El frío de la noche me envolvió inmediatamente y ni mi abrigo me salvó de la fuerte brisa helada que atravesó mi, estaba temblando y no veía la hora de llegar al cálido resguardo de mi casa, beber una taza caliente de café con unas galletas de chocolate que había preparado mi tia la noche pasada, si es raro que las tome con café pero siempre me a gustado combinar el chocolate con el café me sienta más agradable. Solo podía pensar en el agradable momento que pasaría cuando llegara a casa por mi taza diaria de café nocturno, mientras caminaba en peso una fuerte lluvia.
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Más que importunarme, adore la belleza del agua al caer ya que el sonido que producía esta me gustaba así que tome un minuto de mi tiempo para contemplarla y veía como caía la lluvia mientras estiraba ligeramente mis manos para sentirla entre mis dedos y subía la cabeza para sentir el agua caer, siempre he gustado hacer eso ya que me hace, sentir libertad, como si todos mis problemas se desvanecieran y sólo quedará paz interior, y así volver a sentirme vivo, era mucho pedir descansar de vez en cuando ya que pasó la mayor parte de mi tiempo estudiando, lo cual no es malo, pero es muy agotador y a veces pienso que no estoy apuntando a nada.
Cuando vi que ya era suficiente, camine para buscar un lugar para resguardármela de la lluvia, ya que estaba empapado, claro no podía echarle la culpa a la lluvia yo fui el imbécil que se quedó parado bajo ella sin hacer nada por casi 10 minutos pese a que ya tenía previsto que pescara un resfriado, por suerte había unas bancas en un paradero de autobús con un pequeño techo, esos que se ponen para dar sombra en los días calurosos, me pare debajo de ella a esperar que disminuya la intensidad de la lluvia. En ello me doy cuenta que había alguien sentado en una de las bancas, tenía las mano sobre un paraguas y la mirada baja, lo que más me llamó la atención era su hermoso cabello rojo que le cubría las orejas y resaltan sus ojos verdes que eran ligeramente iluminados por el alumbrado de la calle, sus labios eran carnosos con un ligero tono rojizo y piel pálida, me quedé pasmado por su belleza hasta el punto de no dejar de observar, ya cuando creí que estaba incomodándola desvía la mirada de ella aunque no vi ningún cambio en su comportamiento a causa de eso así que pensé que no se había dado cuenta aun de mi presencia, la lluvia aun no cesaba y llevaba un buen rato hay, pero la pregunta que rondaba mi cabeza era, porque no se iba ella si tenía un paraguas, me pasaba constantemente por la cabeza que era una psicópata que esperaba personas para secuestrarlas, pero se veía muy tranquila y su apariencia no concordaba con una así que la teoría era muy vaga y simple de descartar, pero a pesar de eso no entendía por que seguía aquí aunque habría una buena razón así que a las finales lo ignore, hasta que oí unos pasos al lado mío, imagine que ya se iba pero.
- Oye... quieres compartir el paraguas? - dijo un poco timida pero pensativa sobre lo que hacía -
Me sorprendí por su propuesta y no sabia que responder ya que no pensé que ella se dirigió con tal propuesta, no era la gran cosa pero si me parecio raro pero lo tomé como un gesto de amabilidad y acepte.
