Veo desde mi ventana a Luke caminar rápidamente, parece estar muy enojado, y juzgando por los gritos que escuche, debe de ser así.
¿Siempre es así en su casa? Debe de ser difícil estar en una casa llena de conflictos y también debe de sentirse sólo...sin darme cuenta ya estoy poniéndome los zapatos, tomó mi chaqueta, mi teléfono y las llaves de mi casa y saliendo por la puerta de mi casa en dirección por la cual se fue Luke.
Cruzó en la esquina y lo veo a unos metros caminando lentamente con las manos metidas en sus bolsillos. No puedo ver su cara, pero me imagino que debe de tener una expresión triste. Camino con cuidado de que no me vea. No lo conozco, no tengo ningún derecho en seguirlo, solo se que a mi me gustaría tener a alguien como apoyo en una situación así. Quizás por eso, por como están las cosas en su casa, él es así. En un día de instituto ya he escuchado varias historias sobre lo mujeriego que es, según dicen, solo toma a las chicas y las usa, pero quien sabe si él no es más que un chico en busca de atención, no lo se.
Tengo que correr para alcanzarlo, porque él empieza a caminar más rápido. Dios con esas piernas tan largas, un paso de él son diez míos. Cruza una en una esquina. Voy mas rápido y cruzó por la misma esquina que él. Siento como tiran de mi brazo con fuerza y me pegan contra la pared con brusquedad. Al levantar la mirada, me encuentro con los ojos azules de Luke, mirándome con odio.
-¿Porque mierdas me estas siguiendo?- Pregunto muy cerca de mi rostro.
-Y-Yo sólo...quería saber si estabas...- Y antes de poder seguir, Luke me interrumpió.
-¿Saber si estaba disponible?- Su cuerpo se acerca más. -Claro que si, nena.- Y sin más, me besa de forma dura y hambrienta. Intento apartarme pero Hemmings muerde mi labio lo que me hace abrir la boca por el dolor, y él lo aprovecha para introducir su lengua en mi boca. Tomando fuerza, lo empujó y él me mira con rabia.
-¡¿Y ahora que mierda te pasa?! ¡Vienes y te ofreces para luego hacerte la dura!- Grita muy fuerte. Lo que me hace recordar pos gritos que le pegaban sus padres hace una hora.
-¡Yo no me ofrecí! ¡Vine a preguntarte si estabas bien!- Grite sintiendo un nudo en la garganta.
-No es tu puto problema.- Arrugó su cara con rabia y agregó. -Si no viniste por un poco de diversión, entonces adiós.- Una lágrima se deslizó por mi mejilla y él lo noto, pero no se disculpo. Y antes de darme cuenta, él ya estaba con otra chica comiéndose la boca.