Encerrados | Harry Styles

Capítulo 2

Juliette Monroe, Nueva York. 12 de Marzo, 1:49 a.m.

-Quiero irme.

-¿Qué? -Sophie se acercó más a mí para escucharme mejor.

-Dije que quiero irme ahora -le digo aún más cerca y con mi voz más fuerte.

Mi mejor amiga me ve algo decepcionada pero entiende y dice:

-Espera un segundo, sólo iré a buscar a Tyler.

-¿Hablas en serio? -dije con un tono exhausto.

-Cariño él nos llevará a casa.

Antes de que dijera algo ella se marchó en busca de Tyler, no sé quién es Tyler.

Comienzo a caminar hacia la salida pero en pocos segundos me pierdo. Comienzo a preocuparme demasiado y a dar vueltas en mi propio eje tratando de saber cómo salir. Claro las personas a mi alrededor no son de mucha ayuda, no puedo casi ni moverme.

Mi estrés sube al máximo por la claustrofobia que tengo desde hace mucho y veo de pronto los baños, decido entrar para calmarme un poco.

Entro y me recargo en el lavamanos mientras me veo al espejo, mi respiración en irregular y mis latidos son muy rápidos. Pongo un poco de agua en mis manos y las llevo hacia mi rostro.

De pronto escucho como se abre la puerta, alzo la mirada para ver desde el espejo.

-Cariño ¿Estás bien? -Sophie se acerca a mí y comienza a acariciar mi espalda.

-Creo que si, Tyler... ¿Ya está contigo?

-Ya, vine a buscarte para irnos -la vi algo confundida y al instante ella entendió-. Sabía que estarías aquí por todo el escándalo que comenzó a armarse.

-Claro -suelto una pequeña carcajada.

-Es hora de irse cariño -se dirige a la puerta para abrirla.

-Vámonos -la seguí.

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Harry Styles, Londres. 12 de Marzo 2:56 p.m.

-¿De verdad hiciste eso? -apenas pude decirlo, me estaba muriendo de risa.

-¿Tú qué hubieras hecho? -dice mientras se cubre la boca y se pone algo roja.

-Eso es cierto -digo algo más calmado.

Estábamos almorzando en un restaurante cerca del centro comercial dónde nos conocimos ayer, la estábamos pasando muy bien.

Nos quedamos viendo sin nada que decir, pero era un silencio cómodo. Estábamos sonriendo el uno al otro, estudiando cada parte de nuestros rostros.
De pronto no pude contenerme y de mi boca sale un:

-Eres hermosa, pero tú ya lo sabes.

Veo como casi al instante ella se ruboriza.

-Harry, eres muy lindo -baja la mirada un segundo-, gracias.

-¿Quieres salir conmigo?

-Eso estamos haciendo -dice mientras ríe-. ¿No es cierto?

-Bueno si -rio-, pero yo -tomo un sorbo de mi bebida y carraspeo un poco- me refiero a salir en una cita, una cita, cita. ¿Me entiendes?

-Supongo que si -dice algo confundida pero riendo.

-Bien, tú y yo pasado mañana a las 9 de la noche, paso por ti a tu casa.

A los dos nos sorprendió que rápido y seguro lo dije.

-Me parece perfecto -dice antes de ver detrás de mí algo seria- ¿Te parece si nos vamos de aquí? La verdad es que no me siento muy cómoda platicando mientras medio mundo nos ve... y la otra mitad nos toma fotos.

Ambos reímos y yo saco mi billetera para pagar la cuenta.

-Harry no, déjame pagar al menos la mitad -ella toma mi mano que sostiene la cuenta.

-Yo te invité y yo la pagaré -digo sin apartar mi mano de la suya.

-Bueno, intentaré entonces invitarte más seguido yo -ríe y quita su mano algo avergonzada, supongo que no se había dado cuenta de la situación.

-Me parece perfecto -me paro de mi silla y espero a que ella haga lo mismo- pero por ahora no olvides la próxima cita.

-Por supuesto que no lo haré- sonríe, se para de su asiento y ambos salimos del lugar.

Espero con ansias esa noche.