Sus labios eran suaves y encajaban perfecto contra los míos. A pesar de que estaba más que sorprendida por sus acciones, sentí como si quisiera esto desde hace mucho tiempo. Me besó con una pasión que nunca antes había sentido.
Después de unos segundos, mis manos subieron por su pecho para terminar detrás de su nuca. Lentamente, se envolvieron en el cabello rizado de Harry. Esto se sentía tan bien, a pesar de que estaba mal. Pero mis pensamientos estaban en blanco mientras seguía el movimiento de sus suaves labios.
De repente, sentí su lengua deslizarse sobre mi labio inferior. Me estaba pidiendo permiso para entrar, y yo se lo concedí. No tenía idea de cómo besar con lengua. Obviamente, había besado antes a un chico en mi ciudad, pero no se comparaba con esto. Nunca había besado a alguien con tanta pasión. Su lengua guiaba la mía mientras casi parecía que bailaban con sincronía. Pero, desafortunadamente, lo que parecía que habían sido varios minutos, fueron solo segundos, tal vez un minuto o dos...
Sus manos, de repente, bajaron de mi rostro hacia el abdomen, terminando en el botón de mi pantalón. Entré en pánico, no venía venir aquel movimiento. Nunca había tenido sexo y quería hacerlo con la persona indicada. Inmediatamente me separé de él, me alejé de él y me paré de un salto. Harry volteó a verme con confusión, le tomó unos cuantos segundos entender lo que pasaba. Después de aclaro la garganta y volteó a verme con una tranquilidad que casi me asustaba.
"Yo... Yo no estoy lista para esto..." Murmuré mientras me quitaba el cabello de la cara.
"No te preocupes, no iba a intentar nada." Su rostro estaba serio. Casi parecía molesto.
No podía creer que Harry dijera algo como eso. Pensé que todo el tiempo lo único que él quería era meterse en la cama conmigo de cualquier manera.
"Yo... Voy por algo para tu... cadera." Rápidamente troté fuera del cuarto. Volteé ligeramente a ver a Harry mientras salía de la habitación. Estaba sonriendo ligeramente, pero de alguna manera lo hacía de manera obscura. No me gustaba para nada esa sonrisa.
Encontré una tela en el baño y la hundí en agua helada. Podía hacer prácticamente casi todo, es más, incluso podía escapar en este preciso momento. Pero de alguna manera no podía. ¿Qué secuestrador le compra revistas a su víctima o la deja hacer lo que quiera?
Dejé que el pedazo de tela dejara de escurrir y regresé al cuarto de televisión. Me sonrojé un poco al recordar lo sucedido hacía solo unos cuantos minutos, pero me mantuve calmada. Harry estaba sentado sobre el sofá viendo televisión.
"Toma." Le dije pasándole la tela.
Me volteó a ver, sus ojos chocaron con los míos casualmente mientras agarraba la tela. Nuestras manos se rozaron ligeramente, y estaría mintiendo si no les dijera que sentí algo muy dentro de mí. Fue un pequeñísimo momento, pero había sentido algo. Tenía miedo de enamorarme de él. ¡No podía enamorarme de un criminal!
Los criminales no aman, de todas maneras.
Sí, los criminales no pueden amar.
Con esto en mente, me senté junto a él en el sofá. Estaba viendo el futbol. Típico de hombres, pero de alguna manera el juego llamó mi atención.
"¿Te gusta?" Harry alzó una ceja mientras clavaba sus ojos en mí.
"Sí, algo."
Asintió y colocó la húmeda tela sobre su cadera.
"Así que... ¿no hay actividades criminales para hoy?" ¡Pregunta estúpida!
"No... no lo creo... Pero los chicos estarán aquí en unos treinta minutos." Me dijo, recostándose contra el sofá.
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The Danger's Eyes || h.s/ tran.
Teen FictionLas reglas son simples, síguelas, y él no las cambiara. Hannah es un libro abierto, no hay duda. Pero... ¿Qué es lo que hubiera pasado si ella no hubiera visto a él y a sus amigos robando esa pequeña tienda en el vecindario de Londres? Entonces...