Cuando nos conocimos

312 18 0
                                    

Sawada Tsunayoshi, un pequeño niño castaño, de 5 años de ojos color miel, se encontraba jugando solo en un parque en la ciudad de Namimori casi como siempre lo hacía, cuando un grupo de niños mayores se acercaron a él y lo empujaron ante tal acto Tsuna cayó sentado y miro a las personas que lo habían empujado, ya las conocía, todos los días era lo mismo.

- Oye dame-Tsuna deja de estorbar el camino de los demás – hablo uno de los infantes.

- Nos vas a pegar tu estupidez – se burló otro – ya te hemos dicho que no vengas aquí, solo eres un pequeño estorbo

- Yo... me iré, lo siento... – el castaño se levantó rápidamente para irse pero se tropezó cuando alguien le metió el pie por lo que cayó sobre uno de aquellos niños.

- ¡Oye! – el niño sobre el que cayo frunció el ceño y lo empujo – de verdad que tu solo provocas que te hagamos daño.

Tsuna trato de irse rápido, pero fue rodeado y los niños lo empezaron a golpear cuando un niño de cabello oscuro como la noche, ojos azul metálico y su nombre, Hibari Kyoya se acercó al escuchar el alboroto, preparado para morder hasta la muerte a los estorbosos niños que molestaban la paz de Namimori, además de que no era la primera vez que veía a esos herbívoros molestar al castaño, sin embargo nunca lo habían golpeado se conformaban con insultarlo y asustarlo hasta que el menor se iba del lugar.

Al voltear vio a Tsuna echo bolita en el piso mientras lloraba, al azabache le pareció muy lindo, como si fuera un pequeño animalito asustado, así que se acercó y le ofreció la mano para que se ponga de pie.

- gracias por ayudarme – dijo Tsuna tomando la mano del pequeño azabache con los ojos cristalinos – pero es mejor que nadie te vea junto a mi o te pueden tratar mal igual que a mí – suspiro con tristeza.

– herbívoro yo hago lo que quiero– jalo de la mano del castaño para levantarlo – y bien, ¿cómo te llamas?

–esto.... Sawada Tsunayoshi, mucho gusto – sonrió con un leve sonrojo en sus mejilla mientras sacudía un poco su ropa – ¿y tú cómo te llamas?

El pequeño azabache lo pensó por un momento antes de responderle – Hibari Kyoya... y dime tus amigos herbívoros, ¿dónde están? – pregunto porque era normal siempre ver a pequeños grupos de niños jugando o acompañados por sus padres pero a ese herbívoro castaño siempre lo veía solo y siendo molestado.

–y-yo..... No tengo amigos todos me llaman dame-Tsuna y me pegan, al parecer soy muy torpe y eso les molesta a los demás, creo que por eso no tengo amigos.

–"que pasa en la mente de esos herbívoros porque maltratan a un niño tan lindo como el"– pensó el pequeño azabache– Bueno ya veo así que ese es el caso, supongo yo seré tu amigo, herbívoro

– ¿Enserio?– los ojos de Tsuna brillaron – si es así llámame Tsuna y yo te llamare kyoya, claro si no te molesta que lo haga

–Como quieras, me da igual... me encargare de que esos herbívoros no vuelvan a perturbar la paz – y de que no molestaran al castaño de nuevo, eso estaba más que claro.

–enserio eres muy bueno, kyoya – el más pequeño lo miraba con admiración – nunca había visto a alguien tan valiente y fuerte como tú.

– Como sea – bostezo

–oye kyoya vamos por un helado, ¿quieres? – Sonrió y lo tomo de la mano – mi mama me dio dinero

–Está bien herbívoro – suspiro dejándose llevar

–No me llames así– dijo haciendo un lindo puchero – porque mi nombre es Tsuna, no herbívoro...

– Olvide tu nombre – se encogió de brazos – lo siento, para que dejes de reclamar yo te comprare tu helado

–no tienes porque kyoya

– tu solo di que sí o te morderé hasta la muerte – le dedico una mirada aterradora al menor

– ¡que! – Miro a su nuevo amigo algo asustado – está bien si así quieres kyoya... no me negare – rio un poco – después de todo eres mi único amigo...

–Más bien creo que yo te cuidare ya que igual tú eres mi primer amigo – suspiro – además pareces un conejo asustadizo

– ¿hablas enserio? – Lo miro sin creer lo que le decían – pero si eres tan increíble, no puedo creer que no tengas amigos

- me da igual, odio las multitudes no necesito amigos, me basta conmigo.

- Ya veo... como sea, me alegra haberte conocido y que aceptaras ser mi amigo – sonrió

- Si, no le des mucha importancia...

- ya se mañana te llevare a mi casa y además siempre vendré al parque a jugar contigo, ¿qué te parece?

- Supongo que está bien, no suena tan ridículo o molesto...

- Para nada – sonrió – es la primera vez que tengo un amigo...

- Como sea – el azabache suspiro y luego sonrió por la cara de felicidad que tenía su nuevo amigo.

Los dos entraron a la heladería y se quedaron un rato ahí comiendo y platicando, más bien el castaño interrogaba al mayor para poder conocerlo mejor, después el azabache acompaño a Tsuna hasta su casa, donde la madre de este lo invito a cenar y luego llamo al tío del niño porque al ser de noche no iba a dejar a un niño salir solo, cuando el hombre llego el castaño se sorprendió del impresionante parecido que tenía el adulto con su amigo, cuando se fueron el pequeño castaño los despidió sin poder borrar la sonrisa de su rostro, después de todo ese chico era su único, ese día se sentía muy feliz de por ser el día en que se conocieron.

A partir de ese día, Tsuna siempre iba al parque para platicar con su nuevo amigo y a veces lo invitaba a su casa a comer, definitivamente era agradable tener un amigo, sin embargo su felicidad sería muy corta, ya que después se enteraría de una no muy agradable noticia.

Nuestra PromesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora