Amnesia

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Ya habían pasado dos años desde que entré a este lugar, dos años de soledad encerrado en este habitáculo donde todo esta acolchado, ya me había cansado de estar aquí, me había cansado de vivir. En este momento solo tengo una misión, quitarme la vida, y eso haré.

Pasó la noche y ya era el día establecido para que me vaya, como todos los sábados el enfermero me sacaba a dar un paseo por el jardín del hospital. Los enfermeros y los doctores vieron una mejora en mí, pero yo ya me había cansado de estar en este lugar, como siempre, me volvieron a encerrar en aquel lugar tan solitario y me daban dos pastillas, un anti-psicótico para las voces y otro para dormir, lo que ellos no sabían era que yo escupía y guardaba las pastillas para dormir durante varios meses. Después de tomar el anti-psicótico ya era la hora de tomar la pastilla para dormir. Una vez en mi cuarto, en un rincón tomé todas las pastillas que guardé y acto seguido me desplomé y solo pude escuchar... el silencio.

Desperté y solo pude ver a un par de personas.

-¿Dónde estoy? -pregunté.
-Estas en el hospital -me respondió uno de los hombres.
-¿Cómo he acabado aquí?
-Te intentaste suicidar con somníferos.
-¡Qué, no recuerdo nada de esto!
-¿No recuerdas nada?
-No.
-¿Sabes lo que hiciste hace un par de años?
-No me acuerdo de nada.

Al parecer había olvidado estos últimos años... Los hombres que estaban conmigo al parecer eran de la policía solo que no llevaban el uniforme, después de hablar conmigo también hablaron con los doctores. Uno de los doctores entro para hablar conmigo.

-Te someteremos a unas pruebas para asegurarnos si sufres de amnesia. -dijo el doctor.
-Mmm...vale... -dije con serias dudas.

Después de diversas pruebas los doctores concluyeron en que tenía amnesia temporal y no podía recordar un serie de acontecimientos que me sucedieron.

Los doctores y la policía hablaron conmigo y entre ellos para decidir sobre donde tenía que ir después de darme el alta ya que me contaron que estaba ingresado en un hospital psiquiátrico, no sabía porque había acabado allí y ni los doctores ni los policias me contaron el por que.

-¿Y mis padres? -pregunté.

-Tus padres por diversos motivos tuvieron que viajar a Perú con tu hermana, nos dijieron que cuando te hayas recuperado les llamases y ellos te darían dinero para el billete de avión. -dijo el doctor.

Después de esas palabras me di cuenta de que en ese momento esta solo.

-Entonces...¿me he quedado solo?-dije al triste.

-Lo siento...

Desde ese momento no sabía que hacer con mi vida.

Pasó un mes y los medicos me dieron el alta y me dovolvieron mis cosa, incluida las llaves de la casa donde vivía con mis padres, me dijieron que podría vivir allí todo el tiempo que necesitara, siempre y cuando pagase las facturas. Después de esto me fui, lo primero que pensé era en llamar a mis padres, pero lo que realmente quería es estar un tiempo solo. Una vez en mi casa ví que estaba todo vacío y sucio, solo estaban los muebles. Encima de la mesa de la cocina había una nota:

Roberto, te dejo en este sobre 1000€ por si decides quedarte aquí unos días, esto te ayudará un poco a vivir. Cualquier cosa llamanos a Perú, el número esta en la agenda de tu cuarto.

Estos 1000€ me iban a ayudar mucho, como era lógico lo primero que hice fue ir a comprar algo de comida. Después de comprar y cocinar y cenar, me fui a mi cuarto y me paré a pensar que haría yo solo, no puede evitar llorar, y entre llanto y llanto me dormí.

Me desperté y ya eran la 1 de la tarde, así que me prepare algo de comer. Una vez terminado me vestí con la ropa que había en mi armario, por suerte no había crecido mucho desde los 16. Caminando por las calles que no me sonaban, encontre un folleto.

El otro yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora