Veinticuatro.

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Al final llegó el día en que pudimos y decidimos quedar para intentar arreglar algo irreparable.

-Hola.

-Hola.

Así comenzó nuestra conversación de besugos.

Cómo puede ser que habiendo vivido tanto, termináramos tratándonos con tanto respeto e incluso podría decirte que hasta con miedo. Parece que ya no nos acordábamos de todo lo que habíamos vivido.

Bueno, al menos hablamos y nos aclaramos.

Aquella tarde, discutimos, nos besamos, nos gritamos y volvimos a besarnos.

Sin embargo creo que ya había pasado mucho tiempo, nos habíamos hecho demasiado daño y ya no éramos los mismos. Ya que, por más que lo intentamos ya no era como antes. Ya no teníamos ese feeling, ya no me decías esos: "eres preciosa" que hacía que me enamorara cada día más y más.

No te sientas mal, quizá, como pensaba en un principio, no estábamos hechos el uno para el otro.

Creo que aunque me cueste, voy a dejarte ir. Sinceramente te juro que no me arrepiento de nada de lo que hemos vivido, ahora solo recuerdo lo bueno.

¡Quédate! Y ya veremos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora