Juguetes.

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Recorrimos medio Ámsterdam para encontrar ese maldito regalo, sabía que Ruben lo olvidaría, no se porque siempre me fió de él con estas cosas.

Noche buena y Navidad llegarían pronto, habíamos tenido una batalla campal para saber donde pasaríamos navidad, con su familia o con la mía.

Mi madre lo amaba, al igual que mis hermanos.
Pero en su Familia...
Su madre y su padre (padrastro mejor dicho) me amaban... Su hermana menor... No tanto.

Siempre que iba de visita me ignoraba, ella odiaba que estuviera con su hermano, era una hermosa niña pequeña, pero difícil.

-¡Te lo he dicho mil veces, ella no te odia!- me dijo Ruben la vez que habíamos terminado de cenar en mi departamento.
-¡Ruben, me preguntó que cuando te iba a dejar!
-Es porque esta un poco celosa... Es normal, siempre le había dicho que me casaría con ella.
-Lo se... Bueno al menos le comprare el juguete que quiere para navidad.
-Veras que con eso te la ganas.

Sonreí.
Había ahorrado para gastar en su regalo. Ruben le había preguntado por mi y quería una muñeca nueva que hablaba y era la nueva sensación, como Ruben había ganado la batalla pasaríamos navidad con su familia y así podría llevar acabó mi plan de regalarle algo a Mía...
Claro... El plan era ese hasta que Ruben olvido comprar la maldita muñeca y ahora estaba agotada en España.

Esto me remite al presente.
Corriamos por las calles de Ámsterdam preguntado por la condenada muñeca.

-Aveces te odio muchísimo.-le dije tras salir de una juguetería abarrotada donde tampoco había.
-Lo siento mucho, lo he olvidado, no quería hacerlo...
Me tomo con más fuerza de la mano y roso sus labios con los mios, pero me saque.
No lo besaría hasta encontrar la muñeca.

Había buscado en internet y el único país que disponía de la muñeca era Holanda, y en una búsqueda más profunda era Ámsterdam. Había arrastrado conmigo a Ruben.

Por fin cuando me estaba dando por vencida en una juguetería clandestina ahí estaba.
Emocionada solté a Ruben de la mano y corrí a comprarla.
Justo cuando estaba por tocarla una mujer la tomo primero.

-¡No por favor!- le dije mirándola suplicante.-Vengó desde España para comprarla mi hija la quiere mucho.-mentí .

Ruben llego a mi lado y miro a la mujer.
-Sois muy jóvenes para tener un hijo ¿no?
-¿Un que...?-comenzó Ruben pero le hice daño con la rodilla.

-Por favor. -Volví a suplicar.
-Bueno supongo que sera mi acción de año.-dijo ella y me entrego la muñeca.

Regresamos a España al día siguiente.

En noche buena Mía como siempre estaba con Ruben, yo había dejado el regalo debajo del árbol y mi suegra estaba fascinada.

En la mañana cuando Mía abrió los regalos me sentí algo nerviosa.
Pero unos brazos me rodearon por detrás susurrando que no me preocupara.
Gire mi cabeza y le di un beso en la mejilla.

-¡OH DIOS MIO, PAPÁ, MAMÁ MIRAD!
Sus brazos sujetaban la muñeca con vehemencia.
De pronto sus brazos me rodearon por la cintura y me dijo gracias.

Sonreí y la abrace igual.
Desayunamos un poco de recalentado y nos sentamos cerca de la chimenea.
Mía jugaba con la muñeca y Ruben hacia dormido en mis piernas.

-¿Recuerdas quien mas no me quería hasta que un juguete se nos atravesó en el camino?- dijo El padrino sonriendo.

Mire a mi novio dormido, y lo imagine de pequeño ignorando al padrino como lo hacia Mía conmigo hasta que el arreglo su juguete.
-Parece que es de familia.-dije por fin sonreí.

Obsesión Por El Verde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora