A tan solo dos días de terminar el crucero, nos embarcamos de nuevo en el crucero con una última parada, Mykonos, nuestro lugar más ansiado. Aunque estamos cansados por la noche anterior y el poco dormir, no nos importa, solo queremos disfrutar de la locura que estas tierras liberales nos entregan.
Desayunamos junto a ellos, como habíamos quedado, bajo el sol suave y cálido de la isla mientras que el barco nos conduce a nuestro destino. Hablamos como siempre, es como si la noche anterior no hubiese quedado sin explicación y la verdad es que no la necesitábamos, simplemente fue un momento para recordar para siempre.
En un par de horas estaremos en Mykonos, así que tomamos la decisión de ir todos a descansar. Tenemos dos días para disfrutar de la isla, nos espera mucha fiesta y queremos disfrutarla lo que nuestros cuerpos aguanten.
Por los altavoces nos indican que estamos a punto de llegar a puerto en unos minutos. Son las 12 del mediodía, eso significa que tendremos tiempo antes de la comida de conocer un poco la zona. Nos duchamos, nos vestimos de manera cómoda y vamos al encuentro de nuestros amigos al igual que de nuestro guía turístico de hoy.
Unas magníficas playas de arena blanca y aguas cristalinas nos reciben, el “paraíso gay”, como es llamada la isla nos invita a adentrarnos en ella. Está llena de turistas de todas partes del mundo, al ser verano se multiplica la población y eso se nota. Nos conducen a la parte baja del pueblo, junto al mar se encuentra la llamada “pequeña Venecia”, un lugar perfecto para contemplar la puesta de sol. Es el barrio más pintoresco del pueblo, con casas de dos y tres pisos muy coloridos que se asoman sobre el mar y alojan tabernas, terrazas y bares de copas.
Buen ambiente se nota en la zona, se escucha música de todo tipo, se ve a la gente bailando en la playa junto a los bares que la rodean. Mykonos es una isla muy concurrida por jóvenes adultos en busca de diversión, sexo y desenfreno, obviamente este es nuestro lugar. En el día de hoy concluimos que lo mejor será seguir con el grupo, porque al haber fiesta todo el día, da igual si vamos solos o acompañados, aun así nos deleitaremos con la marcha que tiene la isla.
Después de horas caminando, conociendo el lugar y disfrutando del paisaje, decidimos hacer una parada para comer, quedándonos en una de las terrazas junto al mar. Probamos la comida local por supuesto y bebemos vino bajo el sol picante del verano. La tarde es espectacular, la brisa de la orilla nos refresca, la gente nos anima a disfrutar de la fiesta y la playa nos invita a tomar el sol en sus arenas blancas. El guía nos deja claro que estaremos por largo rato en la “pequeña Venecia”, así que Ana y yo decidimos acostarnos un poco bajo el sol, los chicos por otra parte deciden quedarse en la terraza a tomar unas cuantas copas más, mientras disfrutan de las vistas, aunque personalmente pienso que no se refieren a las playas o las casas del lugar
- claro, claro…las vistas – rio a carcajadas en tono de burla
Un grupo de jóvenes están en el bar del lado, bebiendo y bailando, disfrutando de sus vacaciones al parecer. Entre ellos se encuentra una chica que llama totalmente la atención de juan, es morena, de cabello largo con ondas, su piel tostada por el sol resalta sus preciosos ojos verde esmeralda que atrapa la mirada de cualquier hombre o mujer. Su cuerpo es atlético, sus curvas bien trabajadas al parecer por el gimnasio son cubiertas por su vestido blanco corto que marca a la perfección cada una de ellas.
La chica le deja completamente hipnotizado, aunque él no pasa tampoco desapercibido para ella, le mira fijamente, sonriéndole de una manera bastante descarada y eso le fascina. Por unos minutos sus miradas se cruzan hasta que ella decide entrar al bar donde su grupo de amigos la espera. Juan no quiere perder la oportunidad y le indica a Carlos que entren en ese bar, a tomar unas copas, sin contarle que tenía en su punto de mira a una belleza italiana
- venga, pidamos un par de cervezas, que las chicas se demoran en la playa –
- vale, pero pidamos haberlas pedido en la terraza – dice desconcertado Carlos por el cambio de sitio
- ya, pero aquí hay más ambiente… ¡venga! –
Entran al bar, al fondo en la barra se encuentra ella, riendo y coqueteando con el barman, intentando sacarle unas copas gratis. Juan decide ir a su lado, así que le indica a Carlos que sigan al fondo. Se busca sitio entre la muchedumbre, queda exactamente a su lado, la mira y le sonríe, ella responde a su sonrisa
- ¡¿Qué te sirvo?! – grita el barman
- ¡dos cervezas, y para ella una copa de lo que desee! – indica mirándola, ella corresponde asintiendo con la cabeza y pide la copa
- ¡grazie! – dice mientras toma la copa y le invita a brindar con ella. Sonríe y se va hacia donde se encuentra el grupo, contoneándose para que el la mire por supuesto.
Duran media hora en el bar, las miradas van y vienen entre ellos, mientras que Carlos nota que juan no está muy atento a la conversación, así que sigue con la mirada aquello que roba toda su atención
- ¡vaya tía más buena! –
- ¡como para follarmela! – dice y ríen al unísono - ¡es italiana! ¡me pone mucho, además lleva coqueteándome desde que la vi! – señala mientras cruza de nuevo la mirada con ella
Sin dejar de mirarle, la chica italiana baila de manera provocativa, tratando de decirle con sus movimientos que se acerque a bailar con ella. Rápidamente capta sus señales y se acerca a ella. Se pone a su espalda, ella mueve su culo muy cerca de pelvis y juan aprovecha el momento para tomarla por las caderas, acercándola a él sin dejar espacio entre los dos
- ¡¿cómo te llamas?!, ¡¿hablas español?! – intente iniciar una conversación con ella, aun sin saber si podrán tenerla
- ¡io sono Monica! – contesta en italiano - ¡ y sì, io parlo lo spagnolo, tranquilo!
- ¡mucho mejor! – ríen y siguen bailando mientras juan roza con sutileza su miembro empalmado contra su culo, algo que a ella no le molesta. – Yo me llamo Juan…¡¿ Mónica, te tomaras una copa más conmigo?! –
- ¡puede, pero dopo…después! –
- ¡pero puede que no nos veamos luego! – exclama el pensando que perderá la oportunidad de conocerla mas
- ¡Siamo a mykonos…seguro que nos veremos luego! – responde dejándole claro que en la isla siempre se toparan en algún bar - ¡addio bello, nos vemos para otra copa! – dice dejándolo en mitad de la pista, saliendo detrás de su grupo y despidiéndose con besos desde la distancia.
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Cuestión de Lujuria II: Islas Griegas
General FictionUn viaje de 12 días con Grecia de protagonista, así comienzan Juan y Andrea una nueva aventura en la que el sexo sin limites es parte de su historia. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. PROHIBIDO SU COPIA PARCIAL O COMPLETA. Código: 1305205133102 SAFE CR...