Estaba cansado, no quería volver a casa, no quería estar en Belleville, directamente, no quería estar en este continente. La cabeza me dolía, era una jaqueca insoportable.
Saque el celular de mi bolsillo y busque en la dirección el número de mi madre.
- Hola Amor, ¿Qué pasa?
- Hola mamá - conteste mirando el suelo sin muchos ánimos en realidad - Te llamo para avisarte que voy a la casa de un amigo a estudiar.
- ¿Un amigo? - pregunto confundida, lo pude notar por el tono de su voz.
- Si... bueno, no somos amigos, solo compañeros, pero me pidió ayuda y bueno, no pude decir que no
- Esta bien amor, pero no vuelvas tarde.
- Vuelvo el martes, no tengo mucha batería, si consigo cargador cargo el celular. Te amo ma - y corte la llamada.
Cerré mis ojos por unos segundos y luego los abrí para apagar mi celular y tirarlo en la guantera del auto. Encendí el motor de mi auto y me dirigí a un lugar que hace tan solo meses que no visitaba.
Al cabo de unos segundos llegue al cementerio de la ciudad, eran las 20: 30 pm y pensé que no me iban a dejar entrar, pero no había ningún guardia. Así que sin pensarlo mucho entre y me dirigí a la lapida de Cheech.
Una vez estuve enfrente de esta, me senté en el suelo con las piernas cruzadas y me quede observando la lapida de este.
- Sabes algo viejo... - susurre sin quitar mi vista del pedazo de cemento, como si en realidad hubiera alguien escuchándome - Te odio con toda mi alma - Dije con una gran sonrisa, mientras colocaba la palma de mis manos a cada lado de la lapida y apoyaba mi frente justo donde estaba el nombre de él, mi padre - Pero me odio más a mi, por ser igual que vos. Lo único bueno que me enseñaste, aunque no te diste cuenta, no lo supe poner en practica. De tal palo, tal la astilla - mi sonrisa estaba intacta, no sabia porque, pero me sentía mas relajado. Tal vez eso necesitaba, decirle lo que pensaba de él, aunque no este vivo.
Me quede fácil, 20 minutos en silencio en la misma posición, hasta que comencé a sentir un pequeño hormigueo en mi pierna, señal de que se me estaba acalambrando por la incomoda posición.
- Te perdono - respondí, recordando aquella vez en el hospital cuando lloraba pidiéndome que lo perdonase. Me levante con pereza del suelo y estire mis manos y piernas - Pero te sigo odiando - y escupí justo donde estaba su nombre.
El camino hasta mi auto fue tranquilo. Me subí a este y comencé a andar por la ciudad, hasta llegar a una parte de esta en que la luz no era tan presente como en otras partes.
Gire en una calle, en la cual si no fueran por las luces de mi auto, hasta me hubiera chocado con algo o alguien, a cada en la vereda de esta calle, se podía ver a la gente sentada afuera, familias, a veces personas con ropas no muy limpias, con miradas interrogatorios. Todos sentados afuera tomando cerveza, algunos vinos.
Seguí mi camino sin prestar mucha atención hasta llegar al final de la calle, no era el final, pero si seguías solo ibas a tomar el camino de tierra ya que solo había un descampado.
Estacione mi auto, le puse llave y me metí en la ultima casa. Tierra de nadie, así lo llamaba yo a esta parte de la ciudad.
En fin, abrí la puerta de esta casa, la cual solo tenia una puerta de chapa. Me adentre hasta llegar al living comedor, donde se podía ver a un grupo de personas sentadas.
- Tiempo sin verte Matt - Dije con una sonrisa en mis labios, el nombrado me quedo mirando unos segundos y al instante una sonrisa igual a la mía adorno su rostro.
ESTÁS LEYENDO
¿Las personas cambian?// Breddy
FanfictionHistoria 100% mía Puro BREDDY :3 Así que si eres homofóbico retírate