Capítulo 50.

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  Un gran ramo de rosas. Formaban un corazón, eran aproximadamente más de diez docenas de rosas rojas. Eran hermosas, y olían demasiado bien. Parecía una caja hecha de flores, un corazón perfecto. Como si fuese una casita de palitos, pero era un corazón hecho por flores. Tenía una notita encima de todas las flores. Mientras admirabas desde la escalera más alta las flores de hasta abajo, pensabas en quién pudo haberlas mandado.
"Harry" fue tu primer pensamiento. Tenías lágrimas aun cayendo por tu mejilla. De verdad te dolía mucho lo que pasaba, tu frustración de no poderlo tener contigo de una buena vez era quien te hacía llorar en ese momento.
La casa de Gustav era reconocida por los grandes arbustos cuadrados y estéticos que formaban una barrera que hacía que nadie viera si subías a casa del lado contrario. Aunque era innecesario eso, se veía perfectamente igual de estilizada la casa. Comenzaste a bajar los escalones para tomar esa notita que estaba escrita a mano. La tomaste y la leíste:

"La sensación que mi cuerpo tiene al verte sonreír, es la misma que saber que te estás enamorando de un alma.
No he encontrado la razón de necesitarte tanto, y tampoco demando encontrarla.
Quiero que sea la última noche que seamos lo que yacemos, y nos convirtamos en un nosotros. Quiero emprender a leer tus páginas, ya que me he enamorado de tu portada.
Necesito cultivarme de tus besos, para que nuestro amor prospere, regarlo cada día para que esto de frutos, frutos que nos convierta en un ser mismo, divino en amor y felicidad.
Quiero que me hagas reír con tu forma de ser feliz, eres como una incógnita, me goza descubrirte.
Y aunque esto no versifique, lo he encontrado en el corazón, como una carta debajo de la manga.
Quiero verte ahora, no puedo esperar más...
-Harry xx."

Te temblaban las manos, creo que era lo más hermoso que te había dicho Harry hasta hoy en día. Caía lo último de lágrimas por tus mejillas... cuando viste que Harry salía de los arbustos. No pudiste emitir un grito por el susto, él no soportó la seriedad y comenzó a reír. Limpiaste tus lágrimas rápidamente, para disimular, ambos comenzaron a reír por el susto. Él iba con unos increíbles jeans oscuros, unos zapatos "Edward Green" cafés que combinaban excelentemente con su saco café oscuro. Llevaba una camiseta blanca, que hacía juego con todo. Su cabello bien arreglado, su sonrisa demasiado blanca y con un olor extremadamente atractivo.

Harry: No quise asustarte.
Tu: está bien. ¿Estabas esperándome?
Harry: Hace media hora. Me dije a mi mismo que si no llevabas en diez minutos me iba.
Tu: -Sonrojaste- ah, estuve fuera. –Era obvio, pero estabas nerviosa.
Harry: Lo supuse. –Sonrió- ¿Quieres ir a cenar conmigo?
Tu: Ah claro, solo que yo... estoy en... -Te miraste la ropa-
Harry: A mí me gusta cómo te ves. –Dijo realmente sincero.
Tu: -Enrojeciste- ¿Me permites cinco minutos? Me pondré algo decente. –No lo dejaste responder, solo entraste corriendo.

Tomaste unos jeans de negros, parecían pantalones de vestir. Te colocaste unos lindos zapatos altos y una blusa de botones que estaba muy holgada de tu cuerpo, se transparentaba un poco tu sostén, pero tu cabello disimulaba un poco la vista de él. Cuando saliste viste a Harry sentado en un escalón fuera de la puerta.

Tu: Listo. –Sonreíste
Harry: -Giró la cabeza, viéndote sobre el hombro. No respondió, pero se sorprendió lo bastante para hacer que se levantara y te viera de frente- Como siempre, te ves hermosa. –Sonrió
Tu: -Enrojeciste- Gracias. Tú te ves increíble.

Te sonrió, estaba un escalón más abajo que tú. Aun con zapatos altos, él podía estar al nivel de tu mirada. Se entrelazaron sus miradas, ambos estaban sin hablar, él moría por besarte, y como si hubiese un intruso tu cabeza, tú también lo deseabas. Se acercaba a ti cuando rápidamente sacaste el gorro que le habías comprado, y se lo pusiste. Lo que hizo que sus ojos se cubrieran lo suficiente para no verte. Soltó una risita, pudiste ver su sonrisa, y volcó tu corazón en segundos.
Tentó el gorro con sus increíbles manos, y luego notó que no era el de él. Se lo quitó, y acomodó su cabello con un movimiento de perrito mojado.

Harry: -Sonreía- ¿Qué es esto?
Tu: Estropee el gorro que me has regalado anteriormente, mañana me lo darán listo. Y... me sentí mal y tuve que comprarte otro.
Harry: No tenías qué.
Tu: ¡Sí! Si tenía lo juro.
Harry: Igual, gracias. –Sonrió- pero no debiste.
Tu: Sí, bueno... ya lo hice. –Miraste el ramo de flores- gracias... por las flores.
Harry: Eres una experta en cambiar de tema. –Soltó una risita- y de nada.
Tu: ¿Me ayudarías a meter las flores?
Harry: Claro. –Dijo al meter el gorrito en su pantalón, ya que no encontraba un lugar para ponerlo mientras te ayudaba con las flores. Soltaste una risita, era increíble que fueras tan desequilibrada emocionalmente. Llorabas hace unos minutos y ahora, ¿No podías dejar de sonreír?
Lograron meterlas sin problema. Luego Harry te dejó salir primero que él y bajaste las escaleras.
Tu: Harry yo...
Harry: Antes de que digas algo, Gustav estaba ayudándome a vernos aquí. Él ya sabe que saldrás y todo.
Tu: Ah no, no es eso. Pero son una mafia juntos... -Dijiste mientras reíste.
Harry: Bien, -Sonrió- entonces dime.
Tu: ¿Podrías explicarme lo de la nota? No quiero confundirme de... -Interrumpió
Harry: Quiero estar contigo...
Tu: Sí, estamos juntos, pero... -Dejaste la oración al aire.
Harry: Te puedo contestar esto, pero quiero que sea especial, ¿Me entiendes?
Tu: ¿Será hoy?
Harry: Sí, será hoy.

No supiste que responderle, él te extendió la mano y la tomaste. Te llevó al auto y te ayudó a subir. Iban en camino, iban al centro de la ciudad, al parecer irían a un lugar romántico, oh algo así. Entraron a una zona donde las calles parecían iguales. Estacionó el automóvil en el estacionamiento del hotel frente a tal vez el lago más bonito de Londres. El restaurante parecía una casa por el balcón de barandal negro y las flores que colgaban de él. Subieron las escaleras y una chica les atendió. Cuando ambos se sentaron pidieron algo de cenar. Él no te decía nada, y comenzabas a desesperarte. Cenaron delicioso, era comida española oh barroca, no sabías realmente pero el lugar parecía tan español como en las películas.
Estaba solo el balcón, fue reservado por Harry, oh tal vez nadie iba al lugar por elevado.
Te levantaste al barandal y te recargaste en él, viendo hacia abajo y evitando un poco el vértigo. Harry se detuvo a tu lado, te observó unos segundos, y no dudó mucho en besarte. Por lo que puso la mano en tu barbilla, giró tu rostro y te besó.

Harry: esto es lo que quiero todos los días... -Dijo entre besos.

Querías que el beso durara, pero solo eran besos pequeños. Rosaba tus labios, y tú no tenías palabras para alejarlo y pedirle espacio.

Harry: Quiero tener el dominio de abrazarte el tiempo que desee, quiero requerirte en la madrugada y que estés hasta el amanecer... eso persigo de ti. –No soltaba tu barbilla, mientras miraba tus labios y te besaba uno, tras otro- ¿Quieres estar conmigo?
Tu: Sí...
Harry: ¿Quieres vivir mis fechorías y crees poder soportar mi forma de vida?
Tu: Quiero hacerlo...
Harry: Entonces... ¿Quieres ser mi novia?

Capitulo Anterior:
Harry: Quiero tener el dominio de abrazarte el tiempo que desee, quiero requerirte en la madrugada y que estés hasta el amanecer... eso persigo de ti. –No soltaba tu barbilla, mientras miraba tus labios y te besaba uno, tras otro- ¿Quieres estar conmigo?
Tu: Sí...
Harry: ¿Quieres vivir mis fechorías y crees poder soportar mi forma de vida?
Tu: Quiero hacerlo...
Harry: Entonces... ¿Quieres ser mi novia?  


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