Capítulo 63.

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Llegó Harry temprano, con los chicos en el auto.

Al entrar, te sonrió y vigiló que no hubiera tanta gente que pudiera hacer melodrama. Te besó y saludó a Lyla y a Wender.
Lyla sin más comenzó a preparar los cafés que pidió Harry.

Tu: Buenos días amor... -Sonreíste-
Harry: Buenos días. –Se recargaba en el mostrador muy cerca de tu rostro.
Tu: ¿Te irás hoy?
Harry: Si, tomaremos camino... pero en cuanto llegue te marcaré.
Tu: ¿Cuánto tiempo te vas?
Harry: Aproximadamente dos o tres semanas. Pero... a finales de noviembre estaré aquí.
Tu: -Quitaste un cabello de su chaqueta café- esperaré con ansias noviembre.
Harry: Deberíamos hablar con tu tía para que te deje venir conmigo la última semana...
Tu: Le comentaré. –Sonreíste.

Saliste del mostrador al momento que Harry ya se iba. Te besó y abrazó. Luego de verlo partir, te quedaste trabajando todo el día pensando en que sería buena idea estar con él el mayor tiempo posible. Al finalizar la semana, en domingo, Gustav, Tu tía y tú comían en casa mientras el clima residía lluvia.

Gustav: ¿Y tu relación con Harry va enserio? –Decía mientras pinchaba verduras de su ensalada.
Tu: Supongo que sí...
TT: Tanto que te vas de viaje con él sin avisar, ¿No? –Dijo irritada.

Toda la semana estuvo tan irritante y grosera contigo, que ya te olías el porqué de su actitud.

Gustav: -La miró de forma vacía- ¿Cómo?

Estabas en completa extrañeza, ¿Cómo supo?

TT: -Dejó caer ruidosamente el tenedor sobre el plato de cerámica- Creí que íbamos a ser mejores en la comunicación. No puedo serlo, si tú me mientes. ¡Otra más de estas y nos vamos de Londres! ¡Decidido! –Decía furiosa.
Tu: Yo... -Interrumpió
Gustav: Carlota, Basta. –Desafió.

La primera vez que Gustav o alguien de los de ahí le decía por su nombre.
Gustav era como el padre comprensivo y ella como la mamá frustrada. Tú como la hija santa que se hizo rebelde por una mamá estricta. Pero, así eras, ella se ganó ese trato y él te defendía para que no sufrieras "Daños" emocionales.

TT: Estoy furiosa. Lo que le sigue. No te corro de la casa porque no es mía, pero seguro tuviste relaciones sexuales con ese chico, y ese chico te dejará después de esta noche. –Vio que negaste con la cabeza y prosiguió- ¿Dónde está a ver? ¿Eh?
Tu: Está trabajando.
TT: ¡Ay por favor! –Dijo harta.- Eso te dicen, y luego te das cuenta de que estás embarazada. Quiero decirte que si lo estás, seré la primera en volverte a regañar, por comportante como una niñata tonta –Interrumpió Gustav dejando caer el tenedor con rudeza.

Ambas vieron a Gustav y él suspiró ruidosamente.

Gustav: Para reprender no hay necesidad de insultarla. Ella está feliz, ¿No? ¿No la ves feliz acaso? los errores se comenten diario. –Hizo énfasis en diario- y siempre se aprende al final. Ella es joven y tiene derecho a errar sin que la reprendamos. Ella sola aprenderá, y si no la dejas ella se hará atenida, se hará una completa infructífera. Es adolescente, y tiene ganas de experimentar. El chico no es tan estúpido para relacionarse en intimidad con ella y no protegerse. ¿Crees que le haría daño a la chica que estuvo peleando desde hace tiempo? –Soltó una risita- Carlota, abre los ojos. No son nuestros tiempos, son nuevos y hay más cosas para que uno se proteja y pueda estar un casi cien a nivel que estará bien. –Dijo sereno.
TT: ¿Por qué siempre la defiendes haciéndome la mala? –Dijo molesta- Ella muchas veces tiene la culpa. Aparte, es una mentirosa. No puedes negarlo, Ella dijo que estaba aquí.
Gustav: Es adolescente, está joven y si no erra no crece. Entiéndelo. No es una niña de ocho años que necesita ser advertida de muchos peligros. Ella sabe lo que le espera y sabe lo que puede estar por venir. Tú eres un adulto, alguien que debe estar viendo por tener familia. ¿Te has preguntado por qué no confía en ti?

Pensabas: ¿Cuándo esto se convirtió en un debate de televisión?

TT: No sé por qué no confía en mí.

Ambos te vieron, y entendiste que tenías que responder algo.

Tu: Siempre que le cuento algo, -Decías a Gustav- ella apresuraba a decirle a mis papás. Suele juzgarme sin darme la oportunidad de equivocarme, aunque quisiera jamás errar.

Gustav miró a tu tía con cara de "¿Ya oíste?". Pediste permiso para levantarte e irte, estabas algo fatigada de escucharlos "debatir" sobre ti.
Los escuchaste pelear casi toda la noche.
Al día siguiente a la hora de llegar a casa, no te tocó ver a tu tía en la mañana, pero esa noche todo se ponía mejor.
Te encontrabas en la cocina lavando algunos vasos usados. Tu tía se encontraba buscando cosas de su trabajo en su computador. Ella no te dirigió la palabra en todo ese momento, y ella solía siempre hablar.
Por educación, al irte a tu habitación le deseaste buenas noches.

Tu: Buenas noches... -Ella no respondió- que duermas bien tía. –Volvió a ignorarte.

Suspiraste ruidosamente, te colocaste frente a ella y te tragabas las lágrimas y el dolor que te daba no poder ser como ella quería que fueras.

Tu: ¿Por qué no me corre de la casa? ¿He? ¿Por qué? –Preguntaste molesta.
TT: Porque no tienes a ningún lado a donde ir. Y no te corro porque no es mi casa y porque Gustav estaría molesto conmigo que tal vez me corriera también a mí.
Tu: Pues no me corra, prefiero irme yo a estar aquí y que me ignore todo el santo día. Que me tenga amenazada con irme, y que no me hable y que me haga esa carota de disgusto no es de mi agrado.
TT: No digas tonterías. –Decía como mofándose de tu tontería.
Tu: -Te dio rabia que se mofara de esa manera- Bien, me voy. –Dijiste decidida directa a tu habitación.

Sin más, tomaste tu maleta y la comenzaste a llenar de tu ropa. Tomaste el teléfono y localizaste a Lyla. Desde que fueron al concierto de Coldplay, tú y ella comenzaron a ser demasiado confidentes una de la otra. Tal vez no tu mejor amiga, pero si la mejor chica que has conocido en Londres. Le llamaste pidiéndole quedarte esa noche con ella, planearon una huida perfecta. Ella te esperaría a una cuadra de la casa de Gustav e irían a la casa de ella.
Ya estabas saliendo de la casa cuando...


Let's Pretend It's Love | h.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora