Capítulo 74.

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En la mañana te llegaron rosas, de aquel chico que ni nombre sabías.

Ya era noticia que habías pasado bien la noche, ya era noticia que ese chico había sido un coqueto contigo y un mano larga, y sin olvidar, que también era noticia que él te había llevado flores...
Era un conocido... al final de todo, ¿No?
Esa tarde, mientras intentabas recuperarte del alcohol y todo el baile, te encontrabas tirada en tu cama, con aún pijama y mirando hacia la nada. No pensabas en nada más que en Harry, imaginabas cada segundo con él en tu cumpleaños, y todo eso hubiese sido diferente.
No tardaste ni más ni menos que esa misma noche de tu cumpleaños en ser vista por la mitad de fans de Harry, no te interesaba saber qué pensaban de ti, ni qué decían sobre ustedes. Pero esa vez leíste que había una gran hablilla que especificaba que habías engañado a Harry esa misma noche.
Tanto tú como Harry habían prometido no creer nada hasta que saliese de la voz del otro. Pero algo había mal; Harry ya no llamó esa noche.
Después de pasar la mayor parte de la mañana tirada en la cama, lograste tomar fuerzas para recobrar el día. Te metiste a duchar y al salir te volviste a tirar a la cama. Ibas a llamar a Harry, pero no sabías si estaba desocupado o no, no querías ser una molestia, pero querías escucharlo... pero no, pero sí. No necesitaste esperar más, lo llamaste después de unos segundos de pensarlo.

Tu: ¿Amor? –preguntaste al escuchar que contestaron
Harry: Hola –Dijo algo seco.
Tu: Ah... ¿Cómo estás?
Harry: Bien. ¿Tú?

Pensabas: ¿Qué pasa? Creo no debí llamar.

Tu: Bien... am... ¿Todo está bien?
Harry: Sí. –respondió ásperamente.
Tu: Bueno... -Hiciste un silencio incómodo, pero apresuraste a decir- Creí que llamarías anoche.
Harry: No pude hacerlo. –Respondía áspero y con pocas ganas de hablar-
Tu: lo sé... -Susurraste-
Harry: Te la pasaste muy bien, ¿No? –No lo notaste, pero su comentario estaba lleno de sarcasmo.
Tu: Sí, la verdad estuve muy cómoda y me divertí mucho.
Harry: Ya veo...

No sabías que pasaba, pero sabías que algo estaba mal. Luego recordaste todo lo que estaba en las redes, y todo el mundo. Y no pudiste responderle calmada, estabas algo exasperada por su comportamiento.

Tu: ¿Por qué no me dices qué es lo que tienes y terminamos la conversación ya? Es tan irritante que me respondas así. –Trataste de calmar tu tono de voz.
Harry: ¿Qué quieres qué haga? –Preguntó un tanto ofendido- Si mi novia estaba siendo lisonjeada por otro chico.
Tu: ¿Qué? –Preguntaste agraviada.
Harry: Odio esto, odio enterarme de cosas que no reconozco, y me enfada que esas fotos sean tan virales que lleguen a mí.
Tu: ¿De qué hablas?
Harry: ¡Del chico que te estaba halagando! Ahora resulta que puede llevarte rosas, ¿No? –respondió suspicaz.
Tu: -Soltaste una risita, al drama de Harry- ay no por favor... -Murmuraste.
Harry: ¿Qué es tan gracioso?
Tu: ¡Tus celos son nulos! ¿crees que teniéndote a ti buscaré a otro chico?
Harry: No, sé que tú no. Pero ellos a ti si pueden buscarte.
Tu: Nunca le gusté a los chicos, ¿Y ahora resulta que por uno que me trae flores ya está pidiéndome matrimonio?
Harry: Las flores, y sobre todo esas fotos donde casi te toca los glúteos... ¿Quién se cree? Ya ni yo hago eso.
Tu: Tú eres diferente.
Harry: Te veías hermosa, eres hermosa y todos se comienzan a dar cuenta.
Tu: ¿Y qué?
Harry: ¿Te gusta esa atención?
Tu: ¡No sé cuál atención!
Harry: ¡Esa! ¡De recibir flores y ser agasajada! –Exasperó.
Tu: ¿Cómo me sentiré yo cuando vas con mujeres realmente hermosas? ¿He? Confío en ti, pero no sé qué harás o pensarás al verlas. En cambio yo, ni me sé el nombre del chico, ni sé de por qué me habló, y si por mí fuera ya hubiese tirado las rosas. Pero ahora, las dejaré a que se sequen en mi casa. –Respondiste molesta.
Harry: Bien. –Respondió rotundamente.
Tu: -Suspiraste- Lamento haberte llamado. –Colgaste.

Te diste la vuelta en la cama y te tapaste la luz con una almohada. Por cosas infantiles pelearon, y tu orgullo era tan grande que no ibas a marcarle hasta que él se dignara a pedirte una disculpa por insinuar que te gustaba ese tipo de cosas cuando lo único que te importaba era Harry. También tenías algo de culpa, por no darle un lugar a Harry al momento de estar con aquel chico, aunque solo te había dado un beso en la mejilla de despedida. Tú no le pasaste tu información, y no quisiste estar con él, pero Harry no dejó ni siquiera que le explicaras como estuvo ni como fue.
Comenzaron a pasar los días y ninguno de los dos se hablaba, éste chico intentaba tener comunicación contigo pero la verdad no estabas interesada, ni querías utilizarlo contra Harry, él no merecía esto, ni tú ser la mala ni él el malo.
Todo se volvía tan frustrante, todo comenzaba a ser pesado. Todo te molestaba, y hasta te molestaba ver a Harry en la televisión.

TM: No sé qué te he hecho yo, pero tienes un humor insoportable. –Decía mientras se sentaba a un lado tuyo- ¿Qué pasa? ¿Qué tienes?
Tu: Nada.
TM: -Se miraba las uñas- ¿Fue Harry? ¿Fue tu papá? ¿Quién te hizo enojar? Porque no estoy dispuesta a soportar más días con tu humor así.
Tu: No quiero hablar de esto.
TM: No tengas miedo de llorar, hazlo. Si no, te enfermarás.

Algo te decía que tu mamá olía el problema, como las mamás saben todo, ya comenzabas a creer que poseían un poder mental que leían las mentes. Así era, no querías llorar por Harry, porque bastante mal te pondrías, o eso creías. Sostenías tu cabeza con una palma de la mano, mientras con tu otra mano abrazabas tus piernas. Miraste a la nada por un momento y apenas pensarlo hizo que tus ojos se humedecieran. Le contaste a tu madre, con la esperanza de sentirte mejor. Pero no, no pudiste sentirte mejor. Sentías que de todos era la culpa, menos de Harry, comenzabas a culparte de enamorarte de él, deseabas no haber ido al V Festival, y nunca conocerlo. No te gustaba estar enamorada, pero sólo en ocasiones como estas, que tenían que lidiar con las personas. Pero, ¿Qué clase de vida es la que por miedos no avanza? Habías aprendido mucho con Harry, y muchísimo te faltaba por saber, no tenías palabras de expresar lo mucho que comenzabas a amarlo, pero no te gustaba pelear, y aunque fuese de las pocas veces o tal vez la primera discusión, siempre creías que ahí terminaría todo. Tu madre no te aconsejó nada, porque principalmente apoya la relación sólo porque estás enamorada de verdad, no porque le guste que estés con un chico que vive a más de miles de kilómetros de ti.
Se acababa el mes, se acercaba el cumpleaños de Harry y todo se aproximaba a que él ya no llamaría. No soltabas el teléfono celular y los días se te hacían eternos a falta de habla con Harry.
Te encontrabas en camino a casa de regreso del supermercado...


Let's Pretend It's Love | h.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora