Capítulo 98.

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  No respondió.
¡Te estabas desesperando! ¿Por qué no te responde? ¿Qué se cree?
Él definitivamente era más alto, más grande y mucho más fuerte que tú, tomó tu muñeca con su gran mano, y la llevó consigo. Caminó hacia al automóvil y al salir de la casa de Gustav cerró la puerta. Te llevó al automóvil jalándote del brazo. Su mano perforaba tu muñeca...

Tu: ¡Suéltame! –Gritaste, intentando quitar tu mano.

Te abrió la puerta del coche. Ambos se estaban mojando con la lluvia...

Harry: Por favor, súbete al coche. –Te ordenó.

¿Qué? ¿Por qué y para qué?
Te negaste e intentaste caminar hacia atrás. Él te detuvo del antebrazo, te apretaba con fuerza y no te dejaba ir.

Harry: Por favor, entra al coche.
Tu: ¿Para qué? –Desafiaste.
Harry: Sólo súbete al coche, ¿bien?
Tu: ¿Qué pasa contigo?
Harry: ¡Tú!

Trataba de lucir tranquilo, pero estaba impasible, nervioso, y sobre todo furioso.

Harry: Tú eres lo que pasa. Tú lo provocas, tú tienes que ver en todo, eres tú. ¡Tú! –Te apuntó con sus manos- ¡Tú eres todo! –Suspiró, tomó aire...- súbete por favor, nos estamos mojando, y te vas a enfermar.

No respondiste. Obedeciste.
Estabas casi empapada. Harry corrió y aprovechó que estabas dentro del automóvil para tomar rumbo.
Colocó el seguro de la puerta para que no decidieras salir como fugitiva, claro, como si te gustara caer rodando en la acera.

Tu: ¿Qué estás loco? ¿Qué es esto? ¿Un intento de secuestro? –Preguntabas furiosa- ¿Qué acaso quieres darme un paro cardiaco? ¡Estás loco! –lo mirabas. Él no respondía- Sí, si me iré y no te lo dije. ¿Por qué? Porque tus actitudes no me dejan razón para quedarme, y si por mí fuera, ojalá no pudiera cambiar lo que nos hemos dicho, pero así fue, lo pensamos, lo dijimos... y así está todo. –Se quebraba tu voz- Por eso me voy Harry, por cómo estás siendo, por cómo me has tratado. –Reiteraste a su silencio- si querías hablar conmigo, podías pedírmelo de una linda manera, no sacándome a la fuerza de casa de Gustav. Se preocuparán muchísimo cuando no esté ahí y tú serás el culpable... -Tus lágrimas querían salirse. Así que te diste la vuelta mirando hacia la ventana y callaste...

Él no habló en los veinte o media hora de camino. Te llevó a su casa, dónde se estacionó y no salió. Se apoyó en el volante, colocando la frente en él.

Harry: ¿Pensabas irte sin antes hablar conmigo? –Soltó con esa voz ronca.
Tu: Contigo no se puede hablar. –Decías entre lágrimas.
Harry: Ni contigo, últimamente.
Tu: Egoísta, machista... vividor. –Soltaste furiosa, con las lágrimas en los ojos.
Harry: ¡No lo soy! Deja de llamarme así.
Tu: ¡Lo eres!
Harry: ¿Te gustaría que yo te denigrara de esa manera? ¿Qué te dijera lo mucho que odio amarte tanto? ¿Qué detesto todo de ti en este momento? ¿Qué me siento atacado de la única persona que me interesa? ¿Quieres escuchar eso? ¿Qué me haces sentir solo?

Abriste los ojos de par en par... "Me haces sentir solo" "Me siento atacado" "Detesto todo de ti" "Odio Amarte"... "Me haces sentir solo"... tus ojos estallaron en lágrimas. Saliste furiosa del auto a punto de comenzar a romper las ventanas. Él salió en cuanto tú, y rodeó el automóvil para estar cercano a ti y no dejarte ir.

Tu: ¡Yo odio no poder odiarte! –Gritaste entre lágrimas- ¡Abre la maldita cajuela que sacaré mis cosas y tomaré un taxi de regreso! –Gritaste indignada.

Negó con la cabeza. Sus rizos empapados eran tan sensuales. Querías correr a tocarlos...

Harry: ¿Por qué no me consultaste para ver qué día te irías?
Tu: ¡Abre la cajuela! No quiero hablar ya.
Harry: ¡Estamos mandando todo a la basura! ¡Deja de quererte ir de mi lado! -Negaste con la cabeza- ¡No pasó nada entre Kimberly y yo! Te lo juro, ¿Qué más quieres que te diga? ¿Qué más quieres escuchar?
Tu: Quiero que abras la cajuela. Y no quiero escuchar cosas que necesito escuchar, quiero escuchar lo que pasó en realidad, me interesa saber si te gusta ella, si merece más ella que yo. No me interesa saber sus pláticas... -Lo miraste a los ojos- ¡Abre la cajuela por el amor de Dios! –Gritaste, y le diste un pequeño empujón en su pecho.
Harry: Entiéndelo, no pasó nada. –Te tomó de las muñecas- la invité a comer: sí. Somos amigos: sí. Publicidad: es lo que quieren, yo les hice el favor. ¿Qué más? ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué he estado hablando con el "Modest" para conseguir días libres para verte? ¿Qué no he conseguido lo que quiero y que he estado estresado? ¿Qué quieres decirme ahora? –Te sostenía de las muñecas-
Tu: ¡Ábrela ahora mismo! –Ordenaste. Y él volvió a negarse- No sabes cómo me he sentido sin ti estos últimos días, cuanto me has hecho falta, y cuanta falta me harás cuando esté sin ti. Te siento aún más lejos y cada vez más... verte con otra mujer no me molesta, me molesta creerme todo lo leo, creer que tal vez es posible que estés con otra mujer, del hecho de dudar de ti y cuestionarme si realmente me amas. Detesto con todo mi ser cada mujer que está contigo con otras intenciones, que no respeten que eres un hombre y que tengas novia... y que tú mismo no pongas un alto... -Sollozaste- y que te vea sonriendo por ahí con otras mujeres cuando yo acá sin tenerte en mis brazos. Que puedan decirte lo bien que hueles o te ves ese día, que te sonrían con sinceridad y que te vean a los ojos. ¡No me gusta sentir que no me amas! Que no me tienes confianza... que sientas que debes decirme algo sólo porque yo te lo estoy rogando. Si un día me ocultaras algo, lo perdonaría, sé que todos tenemos secretos... pero, ¿Qué puedo ocultarte yo? ¡Nada! Me conoces como al pie de la letra, y yo a ti siento que no terminaré jamás... Y... -Sollozabas- y... y... -Te soltaste de sus manos. Tomaste las llaves del automóvil que estaban dentro del carro y abriste la cajuela.

Estabas a punto de sacar tu equipaje cuando...  


Let's Pretend It's Love | h.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora