Capítulo 9

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Juliette's POV

-Yo soy cantante.

Carajo, no puedo creer lo estúpida que soy.

-¡Por Dios, sabía que te conocía de algún lado! -lo señalo con mi dedo índice- Que vergüenza, claro, claro -comienzo a reír- no puedo creer que no me di cuenta. Digo, en el momento de verte debí saberlo. Soy una tonta, lo siento.

-Qué dices -ríe por lo apenada que estoy tal vez-, no te preocupes. No me había pasado en mucho tiempo, esta bien, no tenías porqué conocerme.

Sabe que si.

-Pero por supuesto que si -me alzo un poco de mi asiento para poner mi peso sobre mis rodillas- mis compañeras se morirían si te vieran en este momento.

-¿Tus compañeras de la escuela?

-Si -digo alargando la palabra-. Bueno, podría decirse que es una escuela. El término escuela significa en donde aprendes, y ahí siempre aprendo algo así que... Si, escuela está bien -digo aún más insegura que al principio.

-No son compañeras de escuela ¿Verdad? -Dice sonriendo.

-No, la verdad es que no.

Que vergüenza, estoy al lado de una celebridad, de los más famosos, importantes y amados y él está con una simple... Mesera, eso.

-¿Entonces?

-Son mis compañeras de trabajo.

-¿Cuál es tu trabajo?

-Yo... Soy una gran e importante mediadora de intercambios de diferentes bienes consumibles que recibe a cambio utilidades monetarias que son repartidas entre los productores.

-¿Mesera cierto? -Ríe y alza una ceja.

-La mejor de todas.

No me queda de otra más que reírme por la situación. Lo que hace que él ría con más seguridad.

-En serio, siempre recibo más propina que las demás -trato de calmar mi risa ocultando mi boca con mi mano.

-Ya lo creo, sobre todo los hombres son los que te dan más ¿O me equivoco? -Él ya ha calmado su risa pero aún sostiene su blanca sonrisa.

-Bueno si pero eso no hace diferencia alguna.

-¡Claro que lo hace! Los hombres siempre dejamos más propina a las meseras lindas, sobre todo si lucen como tú.

Al momento Harry se da cuenta de lo que acaba de decir y ambos guardamos silencio, uno de los incómodos.
Yo sólo le sonrío un poco. La verdad es que los halagos siempre me han incomodado, sobre todo de alguien como él.

-Creo que sería buena idea revisar el lugar -me paro.

-Pienso igual -él imita mi acción.

-De todas formas no tardaremos mucho -confieso desanimada.

Abrimos la puerta que da al baño.

Es un baño muy lindo, limpio y el azulejo que nos rodea es de un color crema, hay un lavamanos y un espejo rectangular un poco largo, debajo del lavamanos hay muchos rollos de papel higiénico y toallas femeninas.

-¡Gracias bocina! -Digo aliviada y al instante Harry sabe porqué lo digo.

-¿Bocina? -Dice con tono burlón.

-Así le puse al hombre de la voz -río un poco.

-Necesitamos un nombre más original.

-Ya habrá tiempo de pensar en algo -volteo los ojos pero con una sonrisa.

-Claro.

Olvido lo que apenas fue dicho y tomo las toallas para observarlas.

-Y son de las que uso -digo victoriosa.

Harry comienza a reírse y lleva su mano hacia su frente.

-Cualquier otra chica simplemente se hubiera sonrojado con sólo verlas.

-Bueno, considerando que no soy una chica normal y que estaré contigo por un tiempo indefinido supongo que tendré que sentirme muy confiada y cómoda contigo, sino está prisión será aún peor.

-No quiero volver a mencionar que no me gusta que digas esa palabra.

-Creí que lo que no te gustaba era que dijera "compañeros de prisión" -me burlo.

-Lo que sea que tenga esa palabra, sólo no la digas por favor.

-Bien -digo ya satisfecha- lo siento.

-Sigamos viendo.

También hay cajas de dentífricos, cajas de jabón líquido y en barra, de shampoo. Dos cepillos de dientes, uno verde y otro azul.

-Tomaré el verde -dice al instante, lo veo confundida y agrega-. Es que combina con mis ojos.

-Claro y yo azul porque combina con los míos -es una broma claro, ya que yo tengo mis ojos color café.

Harry sólo ríe.

Vemos la regadera, su puerta es de cristal lo cual me incomoda ya que Harry podría verme en cualquier momento por accidente, o no.
Salimos y nos dirigimos a la otra puerta que se supone es el vestidor.

-Pues es un lindo baño -aclara.

-Lo es.

Abrimos la puerta y lo primero que veo es una sudadera. No dudo ni dos segundos y me dirijo hacia ella, estoy casi sin ropa y la verdad es que tengo frío.

Encerrados | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora