Parte 1

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El amor. Yo diría que es el sentimiento más importante del ser humano, no solo porque cuando lo hallas tu vida se colma de pasión, sino también porque esta misma pasión, te lleva a realizar acciones ilógicas y sin sentido. Está comprobado. Tenemos el claro ejemplo de Jesucristo en la cruz, digo ¿Quién sería capaz de dar su vida por una infinidad de seres insignificantes siendo el un rey? Solo este loco de amor haría tal estupidez ¿Por qué? La respuesta es fácil y ya lo dije antes: Amor.

Me desperté a las 6:30 am como ha sido desde que comenzaron las vacaciones, cada día por un motivo diferente, pero hoy la culpa se la lleva la luz de la lamparilla que seguramente fue prendida por mamá al darse cuenta de que ninguno de sus zapatos le combinaban con la ropa que había decidido ponerse hoy, y claro, en ocasiones como esta ¿Qué mejor que ponerse los zapatos de la chica dormida?

Tomé un baño y en unos pocos minutos estaba lista y en la sala, dispuesta a hacer los quehaceres domésticos. Y, sí. Leyeron bien. Voy a hacer oficio en vacaciones, ciertamente no es algo que me fascine, pero es mil veces mejor que quedarme tirada en la cama mientras hablo con la gente a través de una pantalla. Okey, tal vez no, pero mi sed de hacer algo que involucre todo mi cuerpo definitivamente no se sacia con mover mis dedos al ritmo de una velocidad inimaginable solo por el hecho de querer responder a los chismes que comentan mis amigas. Definitivamente no.

Cumplí con todos las labores y terminé con una casa impecable y una sucia, sudada y alborotada yo. Creo que es hora de tomar mi segundo baño en el día de hoy.

Al salir de la ducha revisé mi celular y vi que tenía una notificación de parte del calendario. Oh no. Hoy cumplo un año de estar saliendo con Allen ¿Cómo se me pudo olvidar?

Me vestí y peine lo más rápido posible, pues ya es tarde y las tiendas están por cerrar. Paré un taxi y me dirigí a una tienda de regalos, compré alguna que otra cosa y luego fui a otra tienda a comprar algunos chocolates. Después me subí a otro taxi y me dirigí a su casa. Estando allí con su regalo en mano, parada justo donde estaría la puerta de su habitación si estuviera cerrada en este momento luego de haber abierto la puerta principal con las llaves que el mismo Allen me dio, mi boca se abrió a tal punto de formar un ovalo y así una lagrima que hace un segundo había estado en mi mejilla se adentró en ella y al instante pude sentir el sabor salado de aquella miserable gota.

Allen me estaba engañando. Todo lo que me decían era cierto. Él no es quien yo siempre creí que era. De pronto las palabras de mis amigas llegaron a mi cabeza como si nunca hubieran salido de allí.

Es el típico chico egocéntrico, popular y mujeriego de los libros para adolescentes de hoy en día— Decía Sophie.

Es un cliché— Decía Daniela.

No te merece— Decía Ámbar.

Pero yo nunca les creí y ahora que lo confirmaba con mis propios ojos, esas palabras se volvían más realistas de lo que antes pudieron llegar a ser. Una relación de un año tirada a la basura. Yo creía haber encontrado mi "Gran amor", pero al parecer me equivoqué.

Hoy no es mi día.

Allen me miró directo a los ojos y luego... la cobardía se apoderó de mí, lo que me llevó a salir corriendo de allí para regresar a mi casa. Podía escuchar a lo lejos la voz de mi, ahora ex-novio, pero por ahora mi único objetivo era llegar a mi hogar. Cuando llegué me di cuenta de que mi mamá no había llegado todavía por lo que no tendría que excusar a mis lágrimas sinvergüenzas que hacían lo que se les viniera en gana. Mejor así.

Ya en mi habitación me tiré en la cama y comencé a llorar mucho más de lo que lo había hecho antes, sin respeto alguno por mi dignidad. Entonces recordé que no había cerrado la puerta principal, pero estaba tan devastada que si me levantaba a cerrarla estaba segura de que me caería.

Me di cuenta de que mi cama estaba húmeda. No, húmeda no, estaba empapada. Literal.

Esto no tenía sentido.

Me quise bajar de ella pero no pude. Mi cuarto se había enchumbado y ahora allí se encontraba un rio de lágrimas que me llegaba hasta las rodillas. ¿Qué es esto? ¿Tanto lloré? Lleve mis manos a mi cabeza mientras con mis dedos masajeaba mi sien buscando tranquilizarme, pero no podía.

El agua iba creciendo rápido y ya me llegaba más arriba de la cintura. Traté de nadar hasta la puerta, pero el agua era tan salada que me ardían los ojos al abrirla estando dentro de ella. Y ahora no podía ver. Esto no podría ponerse mejor. Ya me llegaba hasta la boca. Ahora ni siquiera podría gritar por ayuda. Trate de buscar una salida pero no había tal cosa. Bueno, estaba la ventana y la puerta, pero por la ceguera en mis ojos gracias a la sal del agua no sabía en donde se hallaban. El agua ya cubría todo el espacio de mi habitación y no había oxígeno. ¿Hoy es mi día? ¿Así es como voy a morir? ¿Luego de haber descubierto la porquería que tenía de novio? ¿Moriré ahogada por mis propias lágrimas? ¿Sin haber encontrado al amor de mi vida? Esto no puede estar pasándome. ¿Por qué a mí?

Lo último que pude escuchar antes de quedar inconsciente fueron los gritos de Allen gritando mi nombre y rogándome que le permitiera explicarse, acompañados de aquellos insistentes golpes provocados por el contacto de su puño al tocar o mejor dicho, golpear la puerta.

*****

Yo

He aquí mi primer "capitulo" de la historia de romance que comente en "Familiar desaparecido", espero les haya gustado y no se olviden de : ¡votar y comentar!

Desde por acá te mando un abrazo de oso, pero no cualquier oso, un oso tan grande pero tan grande que... bueno, solo es un oso grande pero creo que di a entender mi punto.

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⏰ Última actualización: Dec 29, 2015 ⏰

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