Es simple, le amo

2. ¿Te vas? ✓

—¡Eres tonto! ¿Cómo se te ocurre gritar mi nombre de esa manera a estas horas de la noche? ¡Debajo de mi casa, con mis padres en ella!—susurro enfadada y le doy un puñetazo en el hombro.

—¡Perdona! Es que necesito hablar contigo de algo importante.

—¿De qué?

—Pues verás, ya he cumplido los 18 y como ya sabes estoy en el último curso del instituto.

—Sí... ¿Y qué pasa con eso?

—Pues que... voy a irme a la universidad. Ya sabes que quiero estudiar algo relacionado con la medicina...

—Que guay, me alegro mucho Jace, de verdad.

—Pero... lo malo es que la universidad a la que voy a ir está en Londres.

—¿Qué? ¿Pero por qué te vas tan lejos?

—Es una de las mejores universidades y quiero ir allí...

—¿Cuándo te vas?

—Me voy dentro de 1 mes...

—¡¿Un mes?! ¿Y el instituto? No puedes pasar a la universidad sin terminar bachillerato.

—Haré allí los dos últimos trimestres para perfeccionar el idioma.

—Pero... ¡No puedes hacer eso! ¡No te van a aceptar en ningún instituto de allí a estas alturas del curso! ¡Y más en un país diferente! ¡Con un idioma distinto!

—Llevo en una academia de inglés desde los 12 años... Podré ser un chico malo y todo lo que tú quieras pero sabes que no soy malo en los estudios... Tengo varios exámenes de inglés sacados y eso es lo que necesito...

—Te repito, ¿y el instituto?

—Pedí mi plaza en un instituto de allí hace cerca de un año y me dijeron que empezaba en septiembre de este año... No quise porque quería pasar las navidades aquí y pregunté si eso era posible... Me hicieron un examen de inglés online y saqué una nota lo suficientemente buena para poder convencerles de ir en Enero...

—¿Y eso significa que vas a dejarme?

—Yo... Lo siento.

—¿Y ME LO DICES AHORA?

—No quería que te enfadaras...

—Vete a la mierda Jace.

—Kate, no...

—Largo.

—No hagas eso Kate...

—Márchate...—digo a punto de llorar.

Se acerca a mí y me abraza. Minutos después nos separamos y me seca las lágrimas que comenzaron a caer hace ya un rato, vuelve a abrazarme y susurro:

—Estoy enamorada de ti.

Por un momento he olvidado que mis padres están en casa pero sinceramente me da igual todo.

—¿Qué? Joder Kate... No puedes decirme eso ahora...

—Llevo sabiendo que estoy enamorada de ti desde que tengo 14 años y tú no pareces haberte dado cuenta, ¿es qué no te enteras de que en cuanto te echas novia me alejo de ti? No puedo soportar verte con otra...

—Joder, joder, joder...—dice y se separa de mí bruscamente.

Yo me siento en la cama y me miro las manos. Ala, ya lo he dicho.

—¿Te has enfadado?—pregunto

—¿Qué? No, claro que no. Sólo... me ha pillado por sorpresa.

—Ahh...

—¿Por qué no me lo has dicho antes?

—Tenía miedo de que nuestra amistad se rompiera. Prefería tenerte como amigo a no tenerte...

—Joder...—hace una pausa—anda, ven aquí—dice abriendo los brazos.

Me levanto y dejo que me abrace.

—Yo también estoy enamorado de ti...

Se acerca a mí lentamente y me besa.

Este es mi primer beso y es exactamente como lo imaginé y con quien lo imaginé. Me besa con ternura y cuando se separa me dice:

—No sabes las veces que he soñado con besar estos labios...

Vuelve a besarme pero esta vez mucho más pasional. Abro mis labios y su lengua entra encantada y se pone a bailar con la mía. Esto es genial... Noto una electricidad por todo mi cuerpo, es una sensación asombrosa... Me pone las manos en la parte trasera de mis muslos y yo levanto mis piernas y le rodeo con ellas. Se sienta en la cama y yo me quedo sentada encima de él.

Uff, menudo primer beso...

—¿Qué va a pasar ahora?—pregunto interrumpiendo el beso.

—Disfrutaremos el uno del otro todo lo que podamos.

—¿Y cuándo te vayas?

—No pensemos ahora en eso... Tú piensa en el presente, en que ahora mismo nos estamos besando y estamos haciendo lo que verdaderamente queremos.

—Está bien...

Seguimos besándonos un rato y cuando son las 5 y media de la madrugada nos levantamos y se va sin decir una palabra. Me asomo a la ventana y observo cómo se aleja. De repente se gira y grita:

—TE QUIERO.

Lágrimas caen por mis ojos y cierro la ventana. Me tumbo en la cama y al minuto caigo rendida en los brazos de Morfeo.