Era una tarde cálida en el Nuevo Mundo, una tarde donde se disputaba una pelea por el puesto del "Mejor Espadachín Del Mundo", los contrincantes, Roronoa Zoro y Dracule Mihawk.
Apartado de la pelea, observando a su subordinado se encontraba el Rey de los Piratas, Monkey D. Luffy, yacía preocupado, por su subordinado, pero también su pareja; así es, ambos tripulantes habían terminado enamorándose, por lo que se sabía habían tratado de mantener el secreto, secreto que no duro mucho gracias al acostón descubierto por el médico del barco, Tony Tony Chopper. Así es, no eran para nada discretos en ese aspecto; rápidamente Chopper se lo contó a la tripulación, ellos entendieron perfectamente, después de todo, su Capitán era su Capitán y le debían respeto.
Cuando el final de la aventura estuvo lo suficiente cerca, no había mucho que hacer, toda la tripulación había cumplido sus respectivos sueños (Todos a excepción de Roronoa) la banda de los Mugiwara se separó, con la promesa de volverse a encontrar algún día; habían pasado grandes sacrificios, uno de los más grandes por parte del capitán, aquel suceso aún lo recuerda con lágrimas en los ojos, suceso por el cuál quería intervenir en la pelea de su segundo al mando, suceso por el cual no quería que alguien más muriera, ese suceso era la muerte de su querido hermano, Portgas D. Ace, sonrió al recordar aquel muchacho pecoso que alegraba sus tardes, había superado su muerte; aún así no podía permitir que la persona que tenía su corazón muriera en un enfrentamiento, aunque sabía muy bien que por su honor, no debería interferir. Zoro se lo había prometido si él se interponía entre él y su destino, tomaría su vida.
Sus pensamientos pararon cuando escuchó un grito, sus ojos se localizaron en el suelo; alivio fue el que lo invadió cuando vio el cuerpo inerte del antiguo mejor espadachín del mundo, corrió lo más rápido que pudo hacía su pareja, para encontrarlo de rodillas, con sus 3 katanas al frente, nunca le había gustado verlo así, la formalidad era algo que realmente le incomodaba y cómo no, fuera o no el Rey de los Piratas, seguía siendo un idiota sin seriedad. Pero en estos momentos, seriedad era lo que más debía tener.
El peli verde se encontraba arrodillado completamente ante el único hombre que merecía su total respeto, al igual que su amor por su puesto; antes de hablar con él le echó un último vistazo, su apariencia no había cambiado casi nada, después de sus dos años de entrenamiento su Capitán siempre le pareció más atractivo que antes. Su capa adornaba perfectamente sus hombros, aquellos detalles de hilos dorados demostraban lo que efectivamente era su pareja, un Rey. Su cabello negro, despeinado cómo siempre, sus cicatrices de alguna manera a él lo hacían ver cada vez más sensual ante sus ojos, determinado a regresar con el peli negro hacía el lugar dónde se quedaban, pronunció con un tanto de dificultad las siguientes palabras.
-Rey de los piratas, he tardado bastante, pero, he cumplido mi promesa, yace ante ti, tu subordinado, tu amante, Roronoa Zoro, quien al fin puede ser considerado el mejor espadachín del mundo.- Terminó el joven costosamente, las heridas en su cuerpo eran bastante graves, pero él seguiría resistiendo con tal de decirle todo a su amado.
-Zoro- Pronunció el capitán.- Levanta la cabeza.- Ordenó para después fundir sus labios con el espadachín.- No importa lo mucho que hayas tardado, inconscientemente ha sido mi culpa, te he distraído de tu objetivo varias veces, y en vez de tomar mi vida, la salvaste, te estoy agradecido.- Terminó de pronunciar aquel joven Rey de los Piratas con unas pequeñas lágrimas que avisaban con salir de sus ojos. - Dijiste que si me entrometía tomarías mi vida, ¿no es así? - Le susurró al oído para acariciarle la mejilla.
- Nunca más vuelvas a decir eso. - Le dijo lentamente tomando su cara con ambas manos. - Te amo, y siempre protegeré tu vida, aunque me cueste la mía, tu eres mi prioridad en todo momento, Rey de los Piratas.- Continuó aquel peliverde desubicado, para besar a su capitán como si no hubiera un mañana y así dejándose llevar por las sensaciones de aquellos momentos que habían pasado juntos, en busca del One Piece, en busca de sus objetivos que en algún determinado momento se volvieron uno solo, en absolutamente todo momento que pudo compartir con aquel peli negro que adoraba cómo a nadie en el mundo.
Sus objetivos habían sido cumplidos, se habían hecho sacrificios, pero lo más importante era que todos su amor y respeto eran respectivamente hacía él.
-El Fin.-
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Hacía Él.
Kısa HikayeEl enfrentamiento final, Roronoa Zoro y Dracule Mihawk, ¿Quién saldrá victorioso? La pelea es observada por el capitán de Zoro, Monkey D. Luffy. Advertencia ⚠ One Shot de One Piece. Zoro x Luffy Si no te gusta el yaoi, no lo leas y ahorrate tus...