My curse [m-preg]

Capítulo 8 ~ Idéntico

8.

-¿Por qué tienes mi tatuaje? -exclamó poniéndose de pie trabajosamente y sentándose en la cama, olvidándose que instantes antes Derek había tenido aquel ataque de ira.

-Porque te salvé la vida, ¿no?

El castaño se pasó la mano por la cara y lo miró enarcando una ceja, emitiendo una mezcla entre risa y resoplido. Abrió y cerró la boca varias veces antes de atreverse a hablar.

-A ver cómo te lo digo... ¿Fuiste a clases en tu manada? Es decir, ¿te enseñaron algo de tu especie? ¿De los metamorfos?

-No, no querían que supiéramos cosas que no fueran importantes. -El castaño puso los ojos en blanco.

-¿Y qué consideráis importante los lobos?

-Cazar, ir en manada, luchar contra... las panteras -repuso apretando los labios.

-Cosas que ahora mismo, en este preciso instante, necesitas porque es algo de vida o muerte, ¿verdad? -repuso mordaz.

-¿Puedes dejar de meterte conmigo y decirme de una vez por qué el tatuaje hace esas cosas extrañas? -preguntó Derek desesperándose.

-A ver lobito, cómo te lo digo... Los metamorfos nacen con un tatuaje que es distinto para cada uno de nosotros. El mío es el tribal de la cadera.

-¿Y por qué me ha salido a mí, si no es porque te he salvado la vida? -Stiles lo miró frunciendo el ceño por ser interrumpido.

-Sólo podemos tener otro tatuaje distinto al nuestro cuando nos enamoramos de otro metamorfo -explicó el castaño-. Así que tengas mi tatuaje quiere decir que te has enamorado de mí -murmuró encogiéndose de hombros.

Derek se quedó como si le hubiera dado una bofetada o si se hubiera metido con sus ancestros más honorables. Stiles le aguantaba la mirada impasible, porque quería ver por qué demonios un lobo había acabado enamorándose de un metamorfo que odiaba ser metamorfo. No le cabía en la cabeza.

-Me estás tomando el pelo -repuso logrando cerrar la boca.

-Ojalá -dijo con ironía, y le señaló la cadera-. Que tengas eso significa que sientes algo por mí, aunque quieras negarlo. No hay ninguna otra forma que haga que por arte de magia de repente tengas mi mismo tatuaje en la misma parte del cuerpo, ¿sabes?

-Pero eso es imposible, ¡te odio! -graznó con incredulidad.

-Pues eso dice lo contrario -comentó mordaz y se rio, ganándose un gruñido por parte del lobo-. Mira, yo te estoy muy agradecido por salvarme la vida, pero no puedo corresponderte de la forma que tú quieres -respondió burlón, y dio un salto cuando Derek se lanzó a su cuello.

-Te voy a matar, pantera -ladró el lobo furioso.

-No, no puedes.

Como si fuera por arte de magia, se vio frenado en mitad del salto con las garras fuera. Bufó cabreado y las guardó con gesto hosco. Colocó bien la silla y se sentó en ella, mirando a la pantera, que se había sentado en una de las estanterías más altas de la habitación.

-¿Cómo es que antes te he estado golpeando a mi antojo y ahora no puedo?

-Antes buscabas respuestas. Ahora sólo querías hacerme daño. Y como estás enamorado de mí no puedes -repuso divertido.