Friends don't let friends drink bad coffee

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Afuera en el callejón estaba lo suficientemente frío como para que nevara. Los diminutos puntos blancos bailaban con el viento antes de descansar, muertos al fin, deshaciéndose sobre el cristal de las ventanas de las cafeterías. Si eso no gritaba que la navidad estaba por llegar, las recargadas luces de los techos en dos aguas y las pesadas coronas cubiertas en pintura dorada se encargaban del asunto.

Era un hecho. El café bohemio de la esquina, que tenía más fachada de taberna que de cualquier otra cosa, también había tomado las medidas necesarias para recibir calurosamente a los transeúntes que se aventuraban a bajar las escaleras hasta el oscuro sótano. Incluso la puerta sostenía una sencilla corona con piñas y una bufanda roja enrollada en la parte baja de esta. Dentro, el fuerte olor a café de toda la vida se mezclaba con el del rompope y ponche de frutas, únicos de la temporada, con tal armonía como las líneas del panqué marmoleado que descansaba sobre la barra de madera. Líneas de adornos verdes con bayas falsas ribeteaban los bordes libres de dicha barra y la parte más alta de las ventanas (que fungían mayormente como decoración, ya que casi nunca se abrían) para dar paso a la gruesa tela de cortinas de apariencia antigua. El árbol estaba colocado estratégicamente en una esquina para que descansara cómodamente sobre la pared color bermellón. El pobre pino carecía de varias ramas y se inclinaba notoriamente hacia un lado, pero una vez colocadas las esferas y lucecillas se veía decentemente navideño.

Y en medio de todo ese ambiente navideño, el café debería estar lleno de buena voluntad y felicidad por las fechas. Y en realidad lo estaba, todos reían y bromeaban felices, ya sea porque la ocasión lo ameritara, o porque el licor ya estaba haciendo efecto en el cuerpo de los clientes, aunque fuera temprano. Los empleados del café también estaban contagiados de esa alegría, o bueno, debían estarlo, porque para Jared, el joven camarero que contrataron algunos meses antes, estar vestido como un reno no era parte de ser feliz.

Tampoco era que fuera un traje completo, el uniforme navideño que el dueño había impuesto consistía en pantalones caqui de vestir, camisa blanca y un chaleco verde y rojo a cuadros, era horrible, en adición a una diadema con cuernitos de reno (que no querían que se enredaran con la decoración, tampoco), un pequeño accesorio rojo para la nariz (para que no les molestara al respirar), un collar y muñequeras con cascabeles que llenaban el lugar con su molesto sonido cada que los camareros pasaban volando entre la gente con los pedidos, y, según Jared, lo peor de todo: Una cola de reno adherida a esa parte donde la espalda pierde su honorable nombre... Odiaba el uniforme con cada célula de su cuerpo, y por un momento, estuvo seguro de que preferiría usar el uniforme de las tres únicas mujeres que trabajaban allí. Ellas se veían increíbles, con sus shorts, botas y tirantes, ni los cuernos se veían mal en ellas, y hasta podría decir que las colas eran sexys... ¿Qué tenía de sexy una cola de reno en un pantalón de vestir? Si Terry se había pasado de hijo de puta alguna vez, esta le ganaba con creces... Había pensado que su día, o su vida, no podría empeorar, pero como siempre, sólo estaba albergando falsas ilusiones, porque en esos momentos, mientras fregaba una de las mesas, con todo el odio con que puedes fregar una mesa vestido con el peor traje de reno de la historia acompañado del escandaloso sonido de los cascabeles, al café estaba siendo arrastrada la gota que derramaría su cada vez más pequeño vaso de paciencia.

Por la calle medianamente abarrotada dos jóvenes se apresuraban para resguardarse de la nevada, uno notablemente más emocionado (y alto) que el otro. Este último miraba desinteresadamente su teléfono, ignorando gran parte de la cantaleta que su amigo iba soltando por la calle mientras daba like a un post en Instagram con sus guantes de dedos de puntas grises. Su mal humor no se debía a que no le gustara ese ambiente. Shannon disfrutaba de esta época del año en particular, porque le permitía beber café todo el tiempo (como si no lo hiciera hasta en verano) sin que nadie se quejara con el típico "deberías beber algo más refrescante".

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⏰ Última actualización: Dec 30, 2015 ⏰

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You're just like coffee: Dark, bitter and too hotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora