Luna

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La memoria me pesaba y los deseos me aturdían, que la noche me amaba y me encerraba del día, allí en la terraza, miraba en mi desvelo, estaba la luna oculta entre los pétalos del cielo, no entendía por qué ni que me decía, me abrazaba como un niño regalándome melancolía, le pregunté a ella si todavía me quería, pero me dijo que de sus labios nada bueno saldría, pasaron varias horas, le preguntaba como cansado, por qué las gente sufre por haber amado, porque esos ojos eran sólo mi pasado, y en un suspiro me dijo y me dejó avergonzado, que nada volvería que ya me había olvidado, le grité enojado diciéndole que la amaba, que me ardía el pecho por aquella puñalada, ¿cómo puedo olvidarla? Pero no me dijo nada, y antes de mirarme, se escapó en la mañana.

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