Amanecer.

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Como cada día, Lucrecia y Hernán amanecían abrazados, Lucrecia sobre el pecho de Hernán, pues se sentía segura y le encantaba escuchar su corazón.

Lucrecia.. -susurró Hernán sonriente, mientras besaba su frente y acariciaba su pelo-

¿Hmmn? -dijo Lucrecia-

Tengo que irme, como me retrase el Cardenal puede quitarme mi puesto, otra vez... -dijo Hernán con un tono de irá y tristeza-

Maldito bastardo. -pensó Lucrecia, mientras se levantaba-

Mientras Hernán se vestía, ella volvía a acostarse, pues todavía era muy temprano.

Antes de irse, Hernán le dio un beso en la mejilla y la abrazó.

Al abrir la puerta, Lucrecia dijo - ¿Esa es forma de despedirse? Ven aquí.

Lucrecia le besó apasionadamente.

Ya sabes que hacer la próxima vez. -dijo Lucrecia con un tono autoritario-

Si, señora Marquesa. -dijo Hernán con tono burlón-

No tiene gracia. -dijo Lucrecia, fulminandole con la mirada-

Lo siento, señora Marquesa. -dijo Hernán riendo-

Eres un caso perdi.. -dijo Lucrecia-

Adiós, te quiero! -dijo Hernán mientras reía y salia de la alcoba, dejándola con la palabra en la boca-

Será posible. -dijo Lucrecia-

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⏰ Última actualización: Jan 20, 2016 ⏰

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Lucrecia y Hernán (Águila Roja)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora