Era un día como cualquier otro, Yuli se encuentra feliz porque ya comienza la etapa universitaria.
Se levanta, se baña, se viste y se para frente al espejo y comienza a hacer algo que nunca imaginó; toma cosmético por cosmético y se maquilla, se siente divina y le gusta como se ve, la ropa que se puso no le agradó, buscó otra y se sintió mejor. Salio de su casa no sin antes tomar una taza de café y darle un beso a mamá... Tomo el taxi que la llevaría a la escuela
¡Llego el gran momento! Ya estaba ahí, la escena que tanto soñó estaba sucediendo. No perdió mas tiempo y subió las escaleras y con voz temblorosa saludó ¡Buenos días! Y tomo un lugar alejado de los demás.
Yuli sacó cuaderno y lápiz para anotar indicaciones, estaba nerviosa pero tan ansiosa de estar en el lugar de sus sueños; ya no era aquella niñita de secundaria, ya las cosas habían cambiado, todo era diferente. Llego el momento de la presentación y muy nerviosa se paró y dijo su nombre junto a algunas características suyas, casi sin poder hablar dijo porque quería estar ahí. Pasaron las horas y así transcurrió el primer día de clase.
Contenta Yuli regresó a casa para contar cada experiencia a sus papás; anhelando que llegara el siguiente día para volver a la universidad y vivir nuevas experiencias. Se paró frente al espejo y se despidió con un buenas noches.
