Daddy's Princess » j. b

VII

─Es hora de irnos ─Dijo Justin abrochando los botones de su camisa azul.

Él debía fingir que estaba en una cena de negocios para que Mia no sospechara.

Jane por otro lado se encontraba guardando todas sus pertenencias en una maleta que Justin le había ofrecido negándose a que las llevara en una bolsa. Una vez hecho esto salieron de la casa tomados de la mano hacia la jeep.

El viaje en la camioneta fue silencioso, ninguno hablaba y la incomodidad del adiós ya era notoria. Todo había terminado de la mejor manera, compartieron lindos momentos, pelearon, pero sobre todo se demostraron el uno al otro cuán importante y especiales eran independientemente. Ahora la hora de verdad se acercaba.

La castaña miraba distraídamente como dejaban atrás lo rural entrando nuevamente a la gran ciudad.

Al entrar a la ciudad la chica sintió como su estómago se ceñía cortándole la respiración.

Justin encendió el radio de la camioneta y luego de conectar su móvil, una canción muy especial se reprodujo aunque Jane pensaba que había sido una linda coincidencia de la vida, Justin sonreía logrando su cometido. Ella era feliz ¿Qué más necesitaría para sentirse completo?

Las ganas de llorar se apoderaron de Jane y parpadeo varias veces evitándolas.

─Cuando se pone difícil, sabes que algunas veces se puede poner difícil, es la única cosa que nos hace sentir vivos ─Comenzó a cantar y el fallido intento de Jane de no llorar se quedó en eso, en un simple propósito.

─Guardemos este amor en una fotografía, construyamos estos recuerdos para nosotros mismos donde nuestros ojos nunca se cierran, los corazones nunca se rompen y el tiempo está congelado, todavía ─Jane se unió a él sin importar que su voz se escuchara rota y como un leve susurro.

─Amar puede curar, amar puede remendar tu alma y es la única cosa que conozco. Juro que será fácil, recuérdalo con cada pedazo de ti, es la única cosa que nos llevamos cuando morimos ─Escucharlo era de los mayores placeres para la menor. Las arrugas que se creaban a los costados de sus ojos demostraban la pasión que entregaba al hacer una de las cosas que más amaba en el mundo; cantar. Por un momento la chica pensó que lloraría, pero Justin es un fiel al refrán "Los hombres no lloran"─. Y si me haces daño, bueno, está bien cariño ─No, no lo está─, las palabras solo sangran dentro de estas páginas, solo abrázame y nunca te dejare ir.

─Cuando me haya ido, recordare como me besabas... oyéndote susurrar a través del teléfono, espera a que llegue a casa... ─Finalizo ella, gesticulando una triste sonrisa.

Es momento se sintió como un para siempre para ambos. Era hora que lo sentimientos fueran rebelados, los secretos dejaran de ser ocultados y el amor fuera el centro de atención de lo contrario ¿Cuándo se presentaría la oportunidad?

─Justin.

─Jane ─Dijeron al unísono una vez termino la pista.

─Habla ─Expreso Justin.

─P-Pero...

─Las damas primero.

Jane asintió y tomo una larga bocanada de aire ─Yo nunca deje de creer en ti, así te equivocaras y todo el mundo te criticara, yo era quien estaba a tu lado. Cuando decidimos continuar con esto no imaginas lo feliz que estaba nada ni nadie podría arruinar mi estado de ánimo porque el estar a tu lado era un triunfo ─Sonrió para sí misma─. En ese tiempo mis calificaciones en la escuela eran una decepción para todos y mis padres estaban tan enojados porque todas las posibilidades apuntaban a que reprobaba el grado, me daba igual. Luego ellos hablaron con algunos profesores y me dieron una segunda oportunidad, pero nunca lo tome en serio hasta que llegaste de esta forma a mi vida, puede sonar estúpido pero fuiste el motor que me impulso durante esas semanas. Lo hice por ti, porque quería ser perfecta para ti y eso no solo implicaba algo físico sino a futuro por ello se esforcé para demostrarles a todos que si podía, para demostrarte a ti que yo era todo lo que necesitabas ¿Sabes por qué? ─El negó─, porque... te amo, siempre lo he hecho ─Mascullo en voz baja, cerrando los ojos─. No quería que te casaras sin saberlo, es importante para mí que lo sepas incluso cuando sé que será un sentimiento que me destruirá o me hará vulnerable.