Capitulo 8

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Capitulo 8

-Me voy mamá-dije saliendo de mi casa para irme a la casa de Peter lo cual era mentira. Iba a ir a pescar, pero esta vez sola sin Raimundo. No quiero molestarlo ya que debe estar durmiendo, y también quiero estar un rato sola sin que nadie me moleste.

Llegue  a la orilla del rio, me senté, tiré la caña al agua y espere a que un pez mordiera el anzuelo. Espere, espere y espere. Mientras esperaba pensaba en como hubiera sido la fiesta sin mí, seguramente más aburrida, sin acción ni emoción, pero me daba pena Peter que me había invitado a la fiesta con la mejor intensión y terminó siendo un desastre. Pensé en que les había dicho Peter a sus padres cuando lo vieran con el labio roto y muchos golpes en la cara, especialmente en el mentón y la parte de las cejas. Pensé en mi hermana, estaba muy emocionada por que yo vaya a una fiesta vestida de “princesa”; según ella, la cual creía que iba a ser perfecta pero resulto siendo un desastre. Pensé en muchas cosas más hasta que alguien me devolvió a la tierra.

-Sabía que ibas a estar aquí-dijo Alfonso saliendo de entre los árboles y sentándose a mi lado. No sabía que decir, Alfonso me buscaba a mí y yo no sabía que responderle así que devolví la vista al rio.-te extrañe-dijo sacándome un mechón de pelo de la cara. No pude evitar ponerme roja y soltar la risa más estúpida del mundo ¿Por qué cuando Alfonso está conmigo soy tan patética? Así jamás le gustaré estoy segura.

-¿Qué te pasa?-pregunto mirando al frente.

-Nada es solo que no sabía que ibas a venir a hacerme compañía-dije soltando otra de mis patéticas risas.

-¿Quieres que me vaya?-dijo mirándome ¿Por qué tenía que decir eso? Era obvio que él lo iba a interpretar de esa forma.

-No, no claro que no. Me gusta estar contigo-“No me gusta estar contigo, amo estar contigo” tenía que haber dicho.

-A mi igual me gusta estar contigo-dijo acercándose peligrosamente a mi cara- la verdad es que me encanta estar contigo-dijo esta vez con un tono más grave.

Alfonso me quitó la caña de pescar de las manos y la dejo a un lado para acomodarse mejor sobre mí. Si, estaba sobre mí.

Mi respiración se volvió agitada y podía sentir como mi sangre se calentaba mas cada vez que Alfonso se acercaba. El miraba mis labios, yo no sabía que mirar nunca he estado en esas circunstancias. ¿Qué estaba haciendo? No lo sé, pero si sé que me encantaba y no quería que terminara, nunca.

-¿Estas nerviosa?-pregunto Alfonso.

-No-mentí

-Mentira-me evidenció-estas muy nerviosa-¿Qué clase de juego era ese?-¿Te pongo nerviosa?.

-No-mentí de nuevo.

-¿De verdad? Porque tu a mi si me poner nervioso-dijo, esta vez mirándome a los ojos-me encantan tus ojos cafés y tus pestañas extremadamente largas, me encanta tu pelo negro y largo, me encanta tu forma de hablar y de ver la vida, me encanta que seas más baja que yo, me encanta que no seas como las chicas de aquí, me encanta tu figura; aunque no eres muy delgada ni muy gorda, me encantan tus labios delgados y rojos que resaltan sobre tu piel blanca, me encanta tu risa, me encantas tú-¿Se estaba declarando? No sabía que decir estaba helada. Jamás me habían dicho eso, sentía ganas de llorar porque sentía que Alfonso lo decía de verdad, del corazón. Siempre pensé que no era muy linda como las otras chicas de la isla, pero después de lo que me dijo Alfonso, si cría que era bonita o por lo menos que le gustaba a alguien y que ese alguien sea Alfonso.

Me quede inmóvil, tiesa y roja en las mejillas ¿Qué se supone que debía responder a eso “Alfonso te amo, te amo desde el primer dia que llegaste a mi vida, se que tu y yo fuimos hechos para estar juntos” no puedo decir eso, es demasiado cursi. Pensaba en que responder mientras que Alfonso seguía sobre mi y no me dejaba salir corriendo como una parte de mi quería, mientras que la otra parte de mi quería que Alfonso me besara y se quedara conmigo.

En un lugar muy lejano.Where stories live. Discover now