A pesar de todo [EXO Chanyeol]

I. Un poco sobre mí.

Miraba mi celular, bajaba por la página de inicio de una de mis redes sociales con pereza y un artículo sobre EXO fue lo que llamó mi atención al instante, con solo leer el título de aquel texto me fue suficiente cómo para llamar a mi amigo.

"¿Kyungsoo?" hablé al momento que noté que habían contestado a mi llamada.

"¿Solesito?" un somnoliento Do había contestado a mi llamado y terminando con un bostezo.

"¿Un descanso? ¿EXO se tomará un descanso?" pregunté con emoción.

"¿Cómo supiste?" preguntó soltándo otro bostezo.

"Ya lo sacaron a la luz en un artículo" revelé cautelosa, quizá era un secreto y no quería que se exaltara.

"Ah si, si" mi amigo del otro lado del celular no paraba de bostezar.

"Siento si te desperté..." me disculpé sintiéndome apenada.

"No, no, de hecho me agrada que me hayas llamado, hace mucho que no escuchaba tu voz, te he extrañado ¿sabes?"

"Y yo a ti Soo, pero quería preguntarte, ¿volverás? estuviste volviendo cada medio año y ahora has tardado más"

"Volveré, en realidad lo haré, pero traeré a los chicos conmigo, Sol"

"¿A EXO?" en parte, quería conocer por fin a EXO, pero por otra parte, quería que viniera Kyungsoo solo para ponernos al tanto sobre uno del otro "oh... está bien, te dejaré dormir Soo, mañana hablamos" y colgué la llamada.

Muchos dicen que ser amiga de Do Kyungsoo, miembro de la banda de EXO es simplemente una bendición de Dios. Todos dicen y aclaman que ser amiga de un miembro de una banda tan famosa es genial, y quizá podría serlo si no fuera por las fans locas de él. Solían seguirme a la escuela de vez en cuándo, tuve que borrar mis redes sociales al menos dos veces porque sus fans ya me habían encontrado y me mandaban mensajes o que me alejara de Kyungsoo o que le dijera que lo amaban de su parte, era todo ridículo.

Mi amistad con Kyungsoo se estableció hace años, ambos con seis años de edad y lo que nos había llevado a conocernos fue un dulce tirado en el suelo, tanto él cómo yo lo deseábamos pero no hubo discusión, Kyungsoo fue todo un niño educado y me cedió el dulce sin problemas, conversamos y una relación de amigos de más de diez años se dió.

Solesito o sol, así me llamaba desde que nos conocimos, soy mexicana al cien por ciento, me vine a vivir a Corea por propósitos de trabajo de mi padre por los cuales jamás pregunté, había una canción de mi país, Sol Solesito, así se llamaba, yo solía llorar mucho y me cantaban esa canción para que parara de hacerlo.

Un día Soo me había encontrado llorando en el parque, tenía ya ocho años pero a esa edad aún no asimilas y controlas bien cuando tus padres anuncian que van a separase. Lo primero que escuché después de la horrible noticia para mí fue a Kyungsoo cantándome aquella canción con tranquilidad y suavidad, cariño, se había sentado a mi lado y la canción era corta, pero para cuando el había terminado de cantarla yo ya había parado de llorar, desde ese día se me estableció el sobre nombre de Sol y cuando Soo andaba cariñoso, Solesito.

Por ahora, vivo con mis padres, después de cuatro años de haberse separado mis padres decidieron darse otra oportunidad y fue mero milagro que funcionara su relación de nuevo, durante su separación yo me quede con mi padre, amaba a mi madre -Sonia- pero sin mí mi padre -Enrique- hubiera quedado en ruina, no sabía lavar ni nada sobre labores del hogar, así que tomé la decisión con sólo ocho años de quedarme con él, hasta que recuerdo bien el día en que llegó a casa con una mujer, pero esa mujer no era una cualquiera, era mi madre, yo ya tenía once años y los dos me dieron la gran noticia de que iban a casarse de nuevo. Volvímos a casa, ese día Kyungsoo me había llevado una pulsera hecha con sus propias manos, no era la mejor cálidad pero para mi valía más que todo el oro del mundo, un detalle así por una persona que te importa y aprecias era más que especial.

Todo volvía a la normalidad, pero cuándo Soo y yo comenzamos a crecer todo el vecindario ya había notado que Kyungsoo tenía una voz hermosa, le decían que tenía talento y que debía audicionar, yo por mi parte le decía que tenía talento, pero sabía que si audicionaba sería aceptado y lo alejarían de mí, descarté ese pensamiento de aquello de mi mente ya que Soo no me había dicho nada sobre si iba a audicionar o no, pero un día él llegó a mi casa con una sonrisa en mi rostro y una carta en manos, era la carta de aceptación en la compañía de música SM Enterteinment. Yo lo primero que le dije en realidad fué una pregunta: "¿por qué no me habías dicho que ibas a ir a audicionar?", a lo que él dijo "iba a decírtelo, pero pensé que sería mejor cómo una sorpresa, ¿no te emociona?".
Para ser honesta, no, no me emocionaba, iba a irse, mi mejor amigo iba a dejarme, pero ignoré los pensamientos egoístas que pemanecían en mi mente y lo apoyé, el día de su despedida fue duro para mí, lágrimas se habían escapado de mis ojos y de los suyos cómo si no nos fuéramos a volver a ver, sabíamos que nos reencontraríamos, pero sobre el tiempo no estábamos seguros.

Durante la ausencia de mi único amigo del vecindario había llegado Nathalia Hee, una chica mitad americana mitad coreana, había nacido en Nueva York pero sus razones para mudarse a Corea fueron las mismas que las mías, trabajo de su padre. Me agradaba Nathalia, las dos teníamos dieciséis años y nos agradábamos mutuamente, después de algunos meses ambas nos habíamos dado cuenta de que ella era mi mejor amiga y el sentimiento era mutuo, ella llenó un vacío de amistad que tenía en mi corazón por la partida de Kyungsoo. Él se había y yo me quedé, lo esperé y no volvió hasta dos años y medio después; había vuelto, era un poco más alto, sólo lo suficiente para ser unos dos centímetros más alto que yo, había cambiado físicamente pero no emocionalmente, seguía siendo el Kyungsoo de ántes, sólo que tuvo que volver a SM de nuevo y no lo volví a ver hasta que por fin a mis oídos había llegado la gran noticia de su debut con ahora la famosa banda llamada EXO.