El orden del caos

24 2 0
                                    

El caos es divertido, siempre y cuando no estés en medio de él.

Me presentaría, pero no hace falta, a través del tiempo he tenido infinidad de nombres y todos me conocen. No te preocupes, no te haré daño, al menos no por el momento.

Tú eres una persona interesante, lo sé porque te he seguido, por ese motivo estoy seguro de que entenderás lo que diré. ¿Recuerdas que mencioné al caos? Bien, comenzaremos por ahí.

He intervenido en la mente de grandes pensadores para que pudieran explicar al resto de los mortales este concepto. Hice mal, ninguno fue capaz de entender la idea base y la mayoría terminó por decir que es sólo destrucción. Pero vamos, tú sabes que es más que eso ¿Cierto?

Como sea, hay un principio básico en el caos y sé que lo conoces, si no entonces te lo recordaré: «La creación». Sin caos no hay creación y viceversa. Sólo piensa en el pasado, como por ejemplo las llamadas «guerras napoleónicas». Aunque ese pequeño hombre se jactara de ser el mejor estratega, nada hubiera logrado si no me hubiera escuchado en cuanto al «Ordo ab chao». No me dejaras mentir si digo que de ese caos surgieron muchos avances, hoy en día disfrutas de alguno de ellos. Si quieres puedo remontarme más atrás en el tiempo, ¿No? Ésta bien, veo que ya estas entendiendo.

«Ordo ab chao»
Bonita frase, yo mismo la inventé, ¿Te gusta? Es latín, era un buen idioma, podías expresarte mejor con él. Es una lastima que quienes inventaron este gran idioma tampoco pudieran entender mis ideas y terminaran desapareciendo

El orden del caos lo define todo; si eres capaz de dominarlo nunca perderás, no importa cual poderoso sea tu enemigo, siempre vencerás. Te agrada como suena ¿verdad? Ya sabía que tú eras el indicado, hay grandes planes para ti. Sólo te advierto una cosa, trata de no verte envuelto en medio de él, pues una vez dentro, te destruirá. Si quieres ejemplos sólo echa un vistazo al imperio Austro-Húngaro. Ellos comenzaron muy bien con mis designios, pero al final cayeron al abismo del caos y fueron pulverizados, lo único que queda de ellos son memorias y documentos obsoletos. Espero tú no cometas ese mismo error y salgas airoso de tus batallas.

Si sigues mis instrucciones veras que es muy divertido observar este concepto en acción. Todos ahí como ratones en busca de su queso, me parto de risa al recordar «las cruzadas». Ese era auténtico caos, lo mejor es que no aprendían de sus errores y así daban espectáculo para rato. Bueno, ya no nos desviemos del tema. El caos lo puedes controlar desde antes de que se haga visible, tal fue el caso de la «paz armada». Pero sabes, las mentes jóvenes son más susceptibles para moldear, deberías aprovechar la gran cantidad de jóvenes que hay en tu país. Los niños siempre han sido buenos peones, sácales provecho.

Por último, quiero advertirte que si llegas a caer en él yo iré personalmente a buscarte, ¿Entiendes? Sólo espero no hagas algo estúpido para evitar mi llegada. Pondré todo a tu disposición, mi poder será tuyo; serás casi como un dios para tu pueblo, siempre y cuando no me decepciones, si lo haces te castigaré por el resto de los tiempos.

Ahora dime, ¿Aceptas mi proposición? No es necesario que respondas todavía, aunque puedo asegurar que tu respuesta es un sí. Te daré unos días para que lo pienses y medites, yo vendré pronto para recibir mi respuesta. Nos vemos hasta entonces, Adolfo.

Crónicas del miradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora