|capitulo único|

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Jonghyun se levantó y limpió con el dorso el hilillo de saliva que caía desde su boca y terminaba en el filo de su barbilla. Miró el reloj de pared con forma de gato y se dio cuenta de que nuevamente se había quedado dormido. La hoja de su libreta tenía tan solo escrita la leyenda "capitulo uno". Había pasado toda la tarde acoplando ideas en su bloc de notas, pero todas parecían absurdas o vacías. ¿En qué momento toda su inspiración se había desvanecido? Él, un romántico en potencia, escritor nato, no tenía ningún indicio del título que sus amigos le habían dado. ¿Qué había pasado?

Lo sabía bien.

No estaba enamorado.

¿Cuándo había sido la última vez que su corazón había latido con fuerza al ver, escuchar o pensar en alguien? ¿Un año? ¿Dos? Había perdido la cuenta de cuantos días habían pasado en vano, sin ser dedicados a alguna persona. Tampoco era como si el mundo girara en torno al amor, pero para él, era un elemento casi indispensable en su vida. ¿Cómo podría hablar de amor cuando ni siquiera él lo estaba experimentando? Pensó en sustituirlo con los sentimientos del pasado pero era inútil, no recordaba ningún detalle sobre ello. Ni bueno ni malo, ni deseo o excitación, ni sufrimiento o miseria. La última persona con la que había salido ya no provocaba nada en él, ni siquiera valía la pena que intentara narrar las anécdotas por las que habían pasado.

Entonces, si tenía que seguir escribiendo, ¿debía enamorarse? Sí, necesitaba una persona por la cual vivir, a quien darle amor, a quién dedicarle hojas y hojas de pensamientos. Necesitaba alguien por el cual gastar la tinta de su bolígrafo. Alguien quien no pudiera sacarse de la cabeza, a quien describir y poner de protagonista en una de sus historias.

—Bien, bien. Kim Jonghyun —dijo para sí mismo—. Necesitas enamorarte y eso está claro, ¿pero de quién? No es como si fueras a salir a la calle y encontrar al amor de tu vida, o al menos a alguien que te haga sentir en las nubes por un tiempo. ¿Qué harás entonces? ¿Inventártelo?

Jonghyun cambió de hoja y comenzó a escribir nombres. ¿Jinki? Era un lindo nombre, pero su mejor amigo ya se llamaba así e imaginarse teniendo un romance con él era algo que prefería evitar. ¿Minho? Ni drogado. ¿Jieun? Era su amiga y era una hermosa señorita, pero tampoco quería que de pronto se le pasara por la cabeza que ella era la protagonista de sus historias. Además, ella era quien las revisaba y daba su opinión.

—Ni loco, pensará que eres un pervertido.

Kibum.

Sí, ese nombre era perfecto. Era hermoso, suave y llamativo. No conocía a nadie que se llamara así y era perfecto para él. Jonghyun y Kibum. Sonaba hermoso. Estaba seguro de que escribiría la mejor historia de amor de todos los tiempos. O bueno, al menos una que lo complaciera a él.

Kim Kibum.

Kibum porque era un nombre hermoso y Kim, justo como él. Kim Jonghyun y Kim Kibum.

—¿Entonces? —preguntó Woohyun—. Será una cita doble, ¿qué dices? Yo y mi chica y tú y Jonghyun.

—Dudo mucho que Jongyun pueda venir.

—¿Por?

«Porque no existe ningún Jonghyun».

—Él ha estado muy ocupado. En su universidad dejan muchísima tarea. Además, está en el taller de redacción y necesita mucha concentración, si lo llamo, puede que pierda la inspiración y no quisiera ser el culpable de arruinarle una de sus maravillosas obras. Él es un gran escritor, ¿sabes? Es MUY talentoso.

«jugarreta al destino» ; jongkeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora