Capítulo 4

139 6 1
                                    

Los amigos de Harry sospechaban que él empezaba a sentir algo por Louis, algo según ellos "anormal".

Una tarde se llevaron a Harry a una fiesta, el alcohol era el trago principal. La idea era pasarla bien hasta que en un momento de la noche Zayn y Modest, otro de su grupo de amistades, se acercaron al rizado. — Harry, acompañanos al estacionamiento —el par se tambaleaba lado a lado — necesitamos tu ayuda para, fium fium —el moreno hace un gesto de guiar — encender el auto.

Inocentemente Harry los acompañó, no había nadie afuera, todos estaban en la fiesta, de momento sintió un golpe muy fuerte en la cabeza, cayó inconsciente al suelo. Cuando despertó estaba amarrado a una silla, no veía nada, percibía un fuerte olor a abandono. Sintió una puerta abrirse.

— ¿Sabes que tu felicidad es un estorbo para la mía?

Harry no podía contestar, tenía la boca vendada con cinta adhesiva demasiado ajustada, pero reconoció la voz, era Modest. Harry no entendía el porqué de sus palabras ni mucho menos que hacía ahí amarrado.

— Siempre aparentas ser el mejor en todo y eres un simple niño engreído. La chicas te quieren por tu físico, no por quien eres. Aunque, ¿quién eres? —burló. — Me das pena Styles, personas como tú son una enfermedad, deberían extinguirse.

La envidia brotaba por los poros de aquel hombre. Luego de eso dejó a Harry amarrado, el rizado se sentía débil, sus ojos hinchados, no comprendía qué había hecho para que uno de los que consideraba su amigo le dijera esas cosas. Hambre. Sueño. Más tarde escuchó un auto llegar, sintió la puerta abrirse nuevamente. Unas manos heladas lo tocaron. Se tensó al contacto. 

— Ni se te ocurra quitarte las vendas de los ojos hasta que escuches el auto arrancar. ¿Entendiste?

Harry asintió frenéticamente. Ésta vez no reconoció la voz. Sentía como lo desatan. Permaneció quieto y obedeció, cuando escuchó el auto irse se quitó las vendas. El miedo lo consumía, salió del lugar, no sabía donde estaba, oscurecía, no reconocía nada. Buscó su celular pero tampoco tenía mucha señal. Con la linterna de su teléfono alumbró lo que supuso era el camino hasta que logró llegar a la carretera. Observó un auto en la distancia, levantó su brazo y alzó el dedo pulgar, indicando a que se detuviera. El auto se detuvo, era Lottie. Ellos no se conocen, ella no estudia en la universidad. Bajó la ventanilla del auto.

— Hola guapo, ¿qué haces tan solo por aquí?

— Me perdí en una fiesta —se limitó a decir.

— ¡Sube!

A Lottie le pareció un chico guapísimo, ganas no le faltaban de robarle un beso.

Harry se subió al auto y posó su mirada a las afueras. — ¿Puedes llevarme a-?

— ¡Mi casa, seguro! vivo por aquí cerca —interrumpió la chica.

— N-no.

— Está decidido, vamos a mi casa, comes algo y luego te vas a la tuya, llamas para que te busquen o te quedas, como sea.

— No, es que mi auto lo dejé en la fiesta, necesito buscarlo. ¿Me puedes llevar?

— Tengo prisa, cuando lleguemos le digo a mi hermano que te lleve.

— Bien —encogió sus hombros, resignado.

— Tienes una voz muy sexy. ¿Viudo, casado, comprometido?

Harry soltó una leve carcajada. — No, nada de eso, estoy soltero.

— Hoy es mi día de suerte.

Torture (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora