Una chica sola sentada en la cama de su cuarto estaba llorando. Ahí estaba Rin. De 15 años, rubia, y de ojos azules. Su llanto parecía no acabarse nunca, incapaz de comunicarle al mundo lo que sentía solo se quedaba inmóvil por el dolor proveniente de su corazón.
-No puedo creer que lo volví a hacer- Se lamentaba la rubia con una voz entrecortada intentando secar las lágrimas que se negaban a dejar de salir. "Padre, lo siento..." Pensaba mientras veía con unos ojos apagados sus manos. -Lo siento- Terminó diciendo al tiempo que su mejor amiga entraba en su habitación.
-Rin, ¿estás bien?- Preguntó Neru a su amiga con un notable nudo en la garganta, intentando animarla. Era difícil, si es que no era imposible. Cada vez estaba pasando con más regularidad, hasta hace poco solo era una vez al mes, luego 3 veces, ahora era día por medio. ¿Cuándo se acabarán las lágrimas de Rin? ¿Cuando podrá ser una chica sin preocupaciones? Rin nunca supo lo que era la tranquilidad, ese sentir tan común que todos en algún momentos llegamos a sentir. No. La vida de ella siempre fue muy complicada, llena de altibajos, y eso era lo que más entristecía a Neru. El sentirse inútil ante las lágrimas de su mejor amiga, el no poder evitar que esas lágrimas siguieran saliendo de sus ojos azules como el cielo.
-Lo volví a hacer, Neru- Dijo Rin moviendo la cabeza en forma de negación a la pregunta anterior.
-¿Y qué pasó esta vez?- Preguntó la chica de ojos color miel.
-Verás...- Dijo Rin antes de empezar con la historia de siempre. La misma chica de siempre le dijo "fenómeno", ella, sintió arder su sangre, el como sus pies se iban alejando de la tierra y se dirigían cada vez más al cielo. Antes de darse cuenta, estaba levitando. Un extraño sentir dentro de ella hizo que levantara su mano, haciendo también que la otra chica saltara por los aires lejos de donde se encontraba. Esos poderes. Eso que Rin tanto odiaba. Algo que no podía controlar. Eso era lo que hacía de la vida de Rin infeliz.
-¡Pero si es su culpa!- Respondió Neru enojada al escuchar la historia de Rin- Esa chica me las pagará...- Fue la amenaza de Neru, amenaza que la otra chica no escuchó.
-¿Eso crees?- Preguntó Rin al sorprenderse ante la actitud de su amiga.
-Claro- Fue la única respuesta de Neru, junto con una gran sonrisa.
Las horas pasaron, Rin cada vez estaba mejor, solo su mejor amiga era capaz de animarla. Hablaban de miles de cosas y a la vez de nada. De como eran sus nuevas escuelas. No era lo mismo desde que tuvieron que separarse para que Neru cumpliera su sueño de estudiar en la escuela más lejana de la ciudad, esa escuela que tanto deseaba ir, donde toda su familia fue. Tiempo más tarde ya era hora de que Neru se fuera a su casa, Rin la despidió hasta la puerta pensando en lo gran amiga que era esa chica, y lo afortunada que era ella al ser su mejor amiga.
-Hija, tenemos que hablar- Dijo Lily, la madre de Rin a hija que estaba en las nubes. La pequeña rubia pudo sentir como una descarga eléctrica a través de su columna al escuchar esas pocas palabras.
-¿Q-qué pasa?- Contestó tímidamente.
-Debes irte- Le respondió su madre en seco. Rin pudo sentir como como el mundo se le venía abajo, ¿ahora qué rayos pasa? -Él te dirá todo en el camino- Dijo por último señalando a un extraño pelirrojo que nunca antes en su vida Rin había visto.
Finalmente Rin se dio por vencida, no reclamo, encontraba que era más que obvio que la estaban echando de casa por no poder controlar sus poderes. Pero ¿quién demonios era ese hombre? ¿a dónde van? ¿en dónde se encuentran? Un parpadeo antes estaban en su casa, y ahora estaban en un lugar completamente negro.
-Supongo que tienes muchas preguntas- Dijo firmemente el pelirrojo.
-Si- Respondió Rin- ¿A dónde vamos? ¿Dónde estoy? ¿Quién es usted?- Pregunto todo muy rápido a causa de los nervios.
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RinxLen "La Magia De Mi Corazón"
Teen FictionHistoria original hecha por Kiramashao, nosotros. Rin es una chica aparentemente normal, hasta que la llegas a conocer, tiene unos poderes mágicos inexplicables para todos y que no lograba controlar, lo que provocaba que todo el mundo, exceptuando a...