El último día

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JOSH

Intentó hacer su mochila para el día siguiente, pero parecía una tarea imposible. Su mente no estaba allí, en su pieza, sino en ella. O mas bien, en su cuerpo. Mañana seria el ultimo día de escuela, y luego tendría que esperar tres largos meses para poder verla y deleitarse con esa exquisitez, por mientras, solo tendría fotos y mas fotos. No creía poder aguantarse sin ver esas hermosas curvas que lo excitaban por mucho tiempo.

—Si tan solo no fuera la chica más deseada de la escuela... ¡y de la ciudad! —pensó Josh.

Aquella noche se durmió pensando en ella, igual que todas las anteriores. Aquella noche la tubo en su cama y la beso entera hasta cansarse. Como le gustaría que los sueños se volvieran realidad.

ELISA

Primero fue solo una pequeña lágrima la que recorrió su pálida mejilla, algo normal, ya estaba acostumbrada. Luego vino otra, y al rato otra más. El día siguiente sería el ultimo día de escuela, su ultimo día en ESA escuela, la que ella tanto quería.

—Si no fuera por ese estúpido trabajo de mi padre —pensó. Y a esa altura ya había mojado toda la almohada con sus lagrimas —. Estúpida vida, estúpida vida...

—¡ESTÚPIDA VIDA! ¡ESTÚPIDO TRABAJO! —gritó a la gris muralla de su pieza que no tenia culpa de nada, sollozando —¡NO QUIERO... NO! ¡NO QUIERO IRME! ¡NO ME IRÉ!

Sus manos se aferraron a el triste oso de peluche blanco que tenia en sus brazos, ese osito que había formado de un momento muy feliz en su vida y ahora formaba parte de uno de los más tristes.

Yo... te traje un regalo susurro tímidamente con su grave voz.

¿Si? dije sorrojandome.

Claro, es tu cumpleaños, yo soy tu novio...

Me río.

¿De que te ríes?

—Te quiero —susurré.

—Y yo más... ven acompáñame —. Tomó de mi mano, llevándome a la otra habitación —. Feliz cumpleaños.

En sus manos apareció un oso de peluche color blanco, con un corazón rojo en el pecho. Sorprendida y sonrojada agradecí su regalo.

Woow... yo... no se que decir... ¡gracias!

Espera, mira mira... osea, escucha... dijo presionando el corazón rojo en el pecho del oso.

"Lifted me up when I couldn't reach
You gave me faith 'coz you believed
I'm everything I am
Because you loved me... "

Esa hermosa canción que tanto amaba de Celine Dion sonó desde el interior del peluche, sorprendiéndome más aún. No pude contenerme, y me lance sobre él abrazándolo.

Eres genial... susurré en su oído.

Nunca estarás sola Elisa, este osito te acompañara en mi lugar a donde yo no puedo llegar, tenlo y cuídalo, para que nunca te olvides de mi... cuando te vallas...

Esa pequeña frase me llego al corazón, y sentí una punzada de dolor dentro y un enorme nudo en la garganta... "cuando te vallas..." quedaron resonando sus palabras en mi cabeza. Una lagrima callo por mi mejilla, pero antes de que llegara hasta abajo él la atajó con sus cálidos dedos y de repente, de la nada, me besó. "

JOSH

—¡Oye tu, deja de mirarla que se te empezará a caer la baba! —le dijo riéndose uno de sus compañeros.

Josh se sobresalto, despertando de su fantasía con ella. De repente se percato de que llevaba media hora mirando el culo de su chica, ese gran y redondo culo que le encantaba, tan perfecto. Aún así, no dejo de mirarla, le daba igual lo que sus compañeros dijeran.

—Eres un caliente Josh, y ella... —dijo una chica de pelo negro que paso por su lado con una mueca de asco —. Y ella es una puta, no se como te gusta.

Lo correcto seria que la defendiera, y que se defendiera a él mismo también, pero ya estaba acostumbrado. Al principio se enojaba cuando le decían cosas así, pero después de 8 años calló en la cuenta de que quizás era verdad lo que decían: él era un caliente, ya que se excitaba mirando su culo en clase; y ella una puta, una entregada, una popular con grandes tetas y culo, pero no le importaba, ella tenia un cuerpo hermoso.

—¿Porque no la besas y ya? —preguntó su mejor amiga, Oliver.

—No es tan simple y lo sabes, ella nunca se fijaría en un chico como yo — respondió Josh —. Ademas, no solo quiero besarle, no me conformaría con eso, también quiero tocarla.

—¡Eres un caliente! —se rió ella —. Nunca le gustaras a ninguna chica así ¿sabes?

—Si ya lo se, es que ustedes son demasiado complicadas.

Tocaron el timbre para salir de clases, ultimo timbre del año. Josh tomó sus cosas y se paró de su asiento para irse.

—Adiós Oliver, nos vemos —dijo Josh a su mejor amiga, mientras, discretamente le miraba las tetas.

Él se dio vuelta y observó, por ultima vez en aquel año, el hermoso cuerpo de su chica que salia por la puerta principal.

"tres meses y listo" pensó.

Al atravesar la sala de clases chocó con la Thiare, la mejor amiga de su chica. Y al hacerlo aprovecho para tocar su culo, que al igual que su amiga, era grande y redondo.

—¡Estúpido! —gritó ella —¡Ya es como décima vez que haces eso esta semana, gracias a Dios que vienen las vacaciones y no tendré que verte mas!

Josh se río, y siguió caminando.

ELISA

Nunca había llorado tanto en toda su vida. De hecho, ella era la chica fuerte de su familia, de todas sus amigas, y ahora se sentía como la más débil. Cerró los ojos que le ardían, rojos y hinchados, no podía estar peor.

Dio un paso, y luego otro, a penas conseguía mover sus piernas. Esta seria la ultima vez que cruzaría aquella puerta, la puerta de su sala de clases, a la que no volvería jamas. Ya se había despedido de todos sus compañeros, sus amigos, su mejor amiga y su mejor amigo, sus profesores y toda le gente que quería. Bueno, casi toda, una última persona le esperaba de pie en la puerta azul.

—¿y ahora... que? —ella logro sacar esas palabras de su garganta, que le ardía mucho, igual que sus ojos.

—Pues no lo se —susurró el chico que estaba parado delante de ella, con dolor en su cara.

Un minuto de silencio, y luego él se abalanzo sobre ella, abrazándola fuertemente.

—No quiero que te vallas... —Una pequeña lagrima callo de sus ojos, Elisa nunca lo había visto llorar.

—Debo irme.

—No me dejes...

—Adiós —dijo, por primera vez fuerte y segura de sus palabras. Ella odiaba las despedidas largas, solo la hacían llorar más.

—Te quiero, fuiste la mejor novia que pude tener.

Elisa estalló en llanto, ya no podía evitarlo.

—Adiós —fue todo lo que dijo y le dio un pequeño y dulce beso de despedida, el ultimo.

Ella tomo sus cosas, y se fue. Corriendo y sin mirar atrás. Con un dolor enorme en el pecho.






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