Me puse unos vaqueros ajustados de color negro y una sudadera gris. Tras despedirme de mi tía y de mi prima, me puse mis zapatillas anticuadas; que ya empezaban a dar un poco de tirria de lo hechas mierda que estaban, y me largué. En el camino me crucé con varias personas del campus, obvio, habíamos quedado allí. Una de ellas; una chica que había estado en clase alguna vez conmigo, me preguntó que si estaba de vacaciones, yo le conté todo lo de mi familia y nos despedimos. Tras media hora llegué al lugar donde nos reuníamos y estaban todos menos, bueno, como de costumbre, Moni.
- ¡RYU!
Kai se me tiró a los brazos y me dio un beso. Joder, Kai.
- Pequeña.
Saludé a los demás y al cabo de un par de minutos ya veíamos a la loca corriendo hacia nosotros, con su bolso medio desapareciendo y su pelo flotando. Si no fuera por su expresión de psicópata descarada, diría que era una escena incluso bonita.
- ¡LO SIENTOOOOOOOO!
Paró estampándose contra Tôru, el cual casi tira a Light al suelo, de no haber sido porque Yûki lo salvó. Moni me miró sorprendida, moviendo su cabeza de lado a lado.
- ¿Y Marnie?
- En casa, tenía que "hacer trabajo", pero realmente no quería dejar a mi tía sola.
- Vamos a vuestra casa.
- Moni...
- ¡HE DICHO QUE VAMOS!
- Sí, vamos, así podemos jugar a algo, y no las dejamos solas.
Fue Yûki el que dijo eso. Tenían razón, así que cogimos y fuimos.
- ¿Tía?
- Hola hijo, pasad pasad, Marnie está en su cuarto.
Le di un beso y fuimos todos a buscar a mi prima. Cuando entramos se llevó una grata sorpresa, y la verdad es que se le notaba que estaba alegre.
- ¡Chicos!
- ¡HEY!
Tras hablar un rato decidimos ponernos a jugar a las cartas. Era un juego sencillo. Formamos una redonda y en el sentido de las agujas del reloj cada uno sacaba una carta. Si salía diez, el jugador contínuo tenía que sacar una carta, y si no era ni 10, ni 11, ni 12, el que sacó diez se lleva todo el pilón, y con el 11 se sacaban dos y con el 12 tres, suena complicado pero una vez te pones, es la hostia. Además, si daban dos cartas iguales y picabas te llevabas el pilón, y con un "sandwich" también. Pero, eh, alerta, cada uno tenía quince cartas en un principio y no las podía ver, tenían que estar giradas.
- ¡EH NO SE VALE MIRAR LAS CARTAS YÛKI!
El chaval se comenzó a reír y Moni le quitó una carta y la puso en el pilón.
- ¡EH!
- ¡POR TRAMPOSO!
- ¡CABRONA!
Moni se meaba de la risa mientras Kai señalaba a Yûki y se descojonaba de él.
- Va hombre, sigamos. ¿Quién va?
- ¡YO YO!
Gritó Light con toda su ilusión.
Sacó un cinco, vamos, un nada. Entonces, Marnie; que estaba a su lado, sacó un siete. Y cuando le llegó el turno a Tôru sacó otro cinco. Ya nos veis a todos con las manos sobre la baraja y mirando quién de los seis se llevaba ese pedazo de pilón. Con toda su potra, Kai resultó ser la que tenía la mano debajo del todo, así que se llevó todas las cartas.- Qué bien, qué bien, youtube money bitcheees.
- Ya se está motivando...
Ella me dio un codazo por mi comentario y sacó. Toma, un doce, el karma. Saqué las tres cartas que me tocaban y tuve la suerte de que la última era un diez. Yûki la cagó porque sacó un cinco, y me llevé todo el pilón. Tras dos horas jugando como locos a aquel entretenido juego y riendo como condenados, la genté comenzó a marcharse, así que al final sólo quedamos Marnie, Kai y yo.
- Chicos, yo no tardaré mucho en irme, tengo un par de exámenes esta semana.
Y sacó un once.
- No te preocues, ya quedaremos otro día.
Y saqué un diez, con lo cual me salvaba.
- Sí, claro, además yo aún tengo que terminar lo del trabajo.
y Marnie sacó un tres, con lo que me llevé todo el pilón y ella se quedó sin cartas. Kai me echó una mirada pícara y yo simplemente sonreí.
- Esto ya es cosa de los dos eh.
- ¡Esperad no vaya a ser que me lleve algún sándwich o pareja!
- Cierto es.
Finalmente Marnie no consiguió entrar otra vez en la partida y Kai me ganó, qué cabrona. Cuando esa última partida acabó Kai se fue y yo me metí en la cama, sin cenar ni nada. Estaba reventado.
*Narra Marnie*
- Mamá, ¿cómo estás?
- Bien cariño, prepara tú algo, yo no tengo demasiada hambre.
- ¿Un poco de arroz blanco y nos vamos a la cama?
- Sí, por favor.
Cenamos después de que sirviera la cena y la acompañé a la cama, después me fui a mi cuarto a terminar mi trabajo. Cuando me quise dar cuenta era muy tarde, así que con los ojos rojos como tomates, me dormí, no sin antes rezar por mi padre y por mi madre, para que se recuperase pronto.
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YEEEEEEEEEPAAAAAA. Bueno, nuevo cap, espero que os haya gustado. Y si queréis usar el juego que aparece y no lo acabáis de entender, mandarme un mensaje y os lo cuento bien. Gracias por leer, ¡un beso!
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Maldita conciencia
Novela JuvenilRyu, un joven de 18 años que comenzó a estudiar publicidad porque sus padres querían deshacerse de él, se da cuenta de que desde pequeño, ha sido un chico problemático por el mero hecho de que se preocupa demasiado por las injusticias y termina cobr...