Capítulo 11

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Juliette's POV

Despierto y siento como al abrir y cerrar mis ojos éstos comienzan a arder, estuve llorando toda la noche hasta dormir así que no me extraña. Tenía que aprovechar que Harry no me veía, jamás me ha gustado llorar frente a alguien y él ya me había visto. "Eres débil, así que al menos reserva esa información para ti misma" al recordar esas palabras de aquel hombre siento cómo mi corazón recibe un puñetazo de parte de los recuerdos.

Me incorporo y al ver alrededor, al ver algo tan desconocido mi cabeza empieza a dar vueltas.

-Hola.

Esas palabras logran sacarme de mi trance.

-Hola -digo desanimada-. ¿Qué hora es? -Me tallo los ojos suavemente.

-La verdad no lo sé, la luz se encendió tal vez hace media hora o un poco más.

-7:30 -apenas se logra escuchar mi afirmación.

-Podría ser -me ofrece una sonrisa apenas visible.

-¿Ya entregaron el desayuno?

-Aún no -se para-. ¿Tienes mucha hambre?

-Sólo un poco -miento.

-No cenaste -dice ya dándome la espalda ya que está viendo algo en el escritorio.

-Estoy bien -sonrío- de verdad.

-Ten.

Harry voltea y me ofrece lo que ayer era mi diario, yo sólo lo veo extrañada.

-Pero tú dijiste que...

-Sé lo que dije, y lo sigo creyendo pero -se sienta a un costado de mi cama- creo que de verdad querías hacer esto, y si crees que te ayudará de alguna manera entonces que no te detenga un idiota.

Él se ríe un poco y yo suelto una corta carcajada.

-Gracias Harry -tomo el diario.

Antes de que él pueda decir algo se oye la puerta abrirse, algo deslizarse y al instante se cierra.

-El desayuno está listo -sonríe con los labios sellados.

Lo cual me ayuda a descubrir un par de hoyuelos en sus mejillas. Se le ven muy bien.

Harry se levanta y toma ambos platos, me ofrece uno de ellos y sin pensarlo comienzo a llevar cada bocado de mi comida a la boca.

-Cuéntame acerca de ti -oigo de la nada.

-¿De qué hablas? -digo con un trozo de pan en la boca.

-Quiero saber más acerca de la persona que duerme del otro lado del cuarto -dice muy seguro.

-Yo... -alargue la palabra ya que no se me ocurría nada por decir.

No me gusta hablar de mí, jamás me ha gustado.
Las únicas personas que saben de mi pasado son Sophie, Alex y sus padres Emily y Andrew, los únicos que me abrieron las puertas de su casa y de su corazón, como los extraño.

-Bueno mi nombre es Juliette... Moroe, nací en Colorado y cuando cumplí 14 años me fui, a Nueva York. Terminé la secundaria mientras trabajaba -aparto mis cubiertos-, por lo tanto mis calificaciones no fueron las mejores -ambos reímos- así que fue imposible conseguir una beca para la Universidad. No podía hacer nada más que trabajar, yo vivía en un cuarto que me ofrecía la escuela así que en un segundo todo se vino abajo.

No me molestaba contarle eso, era algo vergonzoso que supiera una persona tan importante como él que yo soy prácticamente pobre pero esa parte de mi vida, la verdad es que es la menos vergonzosa.

-Cambié de trabajar medio turno a trabajar turno completo. Conseguí rentar una habitación con una familia que después de unos meses se volvieron mi familia.

Harry sólo me observaba muy pensativo, estudiaba cuidadosamente cada palabra que yo decía.

-Eso es todo, esa es mi vida hasta ahora -tomo de nuevo mis cubiertos y continuo comiendo.

-Pues -dice pensativo- creo que fue una vida dura.

-Es una vida dura -interrumpo- pero me gusta -me voltea a ver algo desconcertado- me hace sentir viva -digo regalando una sonrisa involuntaria.

-¿Por qué escapaste de Colorado?

No pienso decirle mi pasado, mi vida comenzó en Nueva York. Eso es lo único que tiene derecho a saber.

-No me gustaba mi hogar, no lo sentía como eso -bajo un poco la mirada.

No miento, eso es cierto. Jamás fue mi hogar.

-Claro -termina diciendo comprensivamente.

-¿Y tus padres? ¿Hermanos?

Justo la pregunta que menos quería escuchar.

-Viviendo sus vidas y no tengo hermanos -digo indiferente y sin dejar de ver mi plato.

-Bueno, creí que te buscarían o algo después de huir tan lejos.

-Ellos huyeron primero.

Levanto el rostro para observarlo y enviarle con mi mirada un mensaje diciéndole que ya era suficiente.

-Bueno, si el interrogatorio terminó -digo con gracia- creo que tomaré una ducha, con permiso.

Me levanto y coloco mi plato ya vacío debajo de la puerta, tomo algo rápido del vestidor, la verdad es que apenas me doy cuenta de lo que he tomado y entro al baño.
Preparo mis cosas para entrar a la regadera pero de un momento a otro mi mente comienza a trabajar.

-Harry.

Encerrados | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora