Narrado por Nicolás.
Últimamente ya ni me reconozco. No sé por qué pero me he vuelto en el ser más despreocupado y flojo del universo, o al menos del departamento. Y es que últimamente hasta el gato aporta más que yo. No hago más que estar en mi computador, jugando, viendo alguna serie o simplemente perdiendo el tiempo en internet. En eso se ha resumido mi vida estos últimos días, y soy feliz así.
Nunca en mi vida he tenido la mente tan tranquila como la tengo ahora, ya no le doy tantas vueltas a las cosas, ya no tengo que limpiar nada, el color blanco no me molesta, me da igual que el gato se suba a mi cama y que la cocina este sucia. Mi salud mental nunca ha estado tan bien.
En resumidas cuentas, ya no soy un paranoico. No recuerdo cuándo fue la última vez que sufrí uno de mis famosísimos ataques de ansiedad y no quiero recordarlo. Finalmente tengo paz, no hay nada de qué preocuparme, todo está en orden así que el Nicolás ansioso desapareció.
Ahora mi vida es como en mis tiempos de adolescente: la única luz que recibo es la del monitor. Juego todo el día, hago pausas para comer, trabajar y eso es todo, siento que tengo dieciséis años de nuevo pero con la gran diferencia de que ahora ya no soy la persona amargada y deprimida que solía ser a los dieciséis, ahora tengo a lo que siempre quise, a Edgar. Edgar hace que mi vida sea lo que siempre soñé, todavía no me creo lo bien que resultaron las cosas, vivo con él y estamos enamorados, qué suerte la mía.
Edgar ha adoptado la costumbre de visitar mi habitación mientras juego, se burla de mi falta de productividad, me molesta diciendo que parezco un adolescente, despeina mi cabello desconcentrándome por completo y parece que nunca va a terminar de hacer bromas al respecto, dios mío, lo amo tanto.
Hoy ha sido uno de esos días donde mi nivel de pereza sobrepasa los límites, me he despertado a las 2 de la tarde para desayunar comida instantánea y quedarme pegado a la silla del computador, en la cómoda oscuridad de mi habitación. He escuchado a Edgar salir y entrar de su habitación varias veces pero no ha venido a visitarme, supongo que está ocupado haciendo algo mil veces más importante que lo mío.
He estado literalmente todo el día en la computadora, jugando el mismo juego que me tiene completamente obsesionado, el tiempo se me ha pasado rapidísimo y en un abrir y cerrar de ojos ya son las 10 de la noche. Nada más al notar la hora me doy cuenta que me olvidé por completo de comer algo, tampoco me he bañado, sigo con la ropa que use para dormir la noche anterior, soy un asco.
El Nicolás adicto a la limpieza que suele dormir dentro de mí despierta furioso y me obliga a levantarme de una vez por todas de la silla, busco algo de ropa limpia y termino por tomar otro pijama. Voy directamente al baño, enciendo la luz y me encuentro frente al espejo, realmente doy asco, qué bueno que Edgar no me ha visto en todo el día.
Me meto bajo la relajante agua tibia y comienzo a asearme tomándome mi tiempo, pienso en lo que puedo cenar y decido que la pizza para microondas que lleva días en el congelador es la mejor opción, no tengo ganas de hacer algo más elaborado.
Salgo de la ducha, me visto y mi apariencia mejora considerablemente, sólo necesitaba un baño. Voy directamente a la cocina notando que sólo salgo de mi habitación para comer, realmente siento que regresé a mi adolescencia. Saco la pizza del congelador y la meto durante tres minutos en el microondas esperando que eso sea suficiente, soy tan flojo que ignoro por completo las instrucciones del empaque.
Mientras que esos tres minutos pasan decido ir a la habitación del amor de mi vida para visitarlo, vivimos juntos, pero hoy sólo lo he visto en la mañana y lo hecho muchísimo de menos. Abro la puerta de su habitación y la encuentro vacía, todo está en orden pero él no está. ¿Dónde carajos está? No lo escuché salir.
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Vaso roto
Roman d'amourTodos hemos escuchado alguna vez que lo que no te mata te hace más fuerte pero en la mayoría de las ocasiones lo que no te mata hace que desees estar muerto. Lo que no te mata te rompe, te transforma en un vaso roto... ¿Y qué es un vaso roto? "E...