Primer fin de semana de la jornada escolar, ya he terminado mis deberes, así que decido entrar a perder el tiempo en mi computador. Ingreso a mi correo, y mi corazón late por mil, ¡UN MENSAJE DE ÉL! Rápidamente lo abrí, era un simple:
"Hola"
No lo puedo creer, inmediatamente respondí con un "Hola"
Empezamos a hablar y hablar. Estaba decidida a conocerlo, así que le pregunte todo lo que se me ocurría, "Color favorito" "Cuidada preferida" "Actor favoritos" "Fetiches" "Anécdotas de infancia" todo lo que se me ocurría para conocerlo, lo preguntaba. Y él, como buen "habla-escucha" me devolvía las preguntas. Hablábamos sin parar, pasaban las horas y seguíamos hablando. Mientras charlábamos, me contó que una de sus pasiones, era la lectura, sobretodo, la lectura clásica. ¡No lo podía creer! Simplemente, saber que él también era fan de la lectura clásica, logro enamorarme más (sí es que eso fuera posible).
Luego de pasar hablando cuatro largas (pero hermosas) horas, decidí que necesitaba despejar mi mente. Apague mi computador, pero no sin antes darle una cálida despedida (virtualmente).
Mi mente no debajo de pensar en todo lo que habíamos hablamos, creaba una sonrisa inconsciente en mis labios. Y eso, me encantaba. No podía dormir pensando en lo que me había contado, simplemente no podía borrarlo de mi mente.
Al día siguiente, volvimos a hablar, fue muy amable, y me pregunto todo sobre mí. Ese fin de semana, solo lo describía con una palabra: perfecto.
<<Hacías mucho en mí>>
Mi alarma suena, y es momento de volver a iniciar un día más.
Realizo mi rutina de siempre, a excepción que ese día no logre peinarme (por cuestiones de tiempo) y mi cabello, poseía muchos nudos y estaba demasiado despeinado.
Antes del receso, la maestra de Octavo, tuvo una emergencia familiar y se retiró de las instalaciones del colegio. La directora, decidió que algunos de nuestro grado fueran a supervisar lo que hacían. No fui voluntaria, pues no era algo que quisiera hacer, pero aun así me mandaron.
Recuerdo pasar por el colegio, tratando de alisarme el cabello con las manos (lo cual resulto siendo un peor desastre). Mis otros compañeros, tocaron la puerta, y la abrieron. No sé si habíamos llegado a la clase de los de Octavo, o a la jungla. Personas corriendo por todos lados, papeles tirados por doquier, gritos de compañeros. ¡Era inaceptable! Decido entrar temerosamente, pues el caos, no era algo que yo disfrutara. Mientras cruzo la puerta, un papel hecho "bolita" me cae en el rostro. Tengo miedo de los de octavo, pues sus juegos siempre terminan muy bruscos. Me pongo en una posición más segura, y entro. Encuentro la mesa de la maestra vacía, así que decido sentarme en su silla a observar el caos.
Fui enviada con cinco compañeros más (Natalia, Jake, Luis, Ana y Martín) me acomodo en la silla, y busco desesperadamente con la mirada a mis compañeros. Natalia está a mi par hablando con uno de Octavo. Luis y Ana están en el fondo haciendo...¡Luis y Ana se están besando! Esa imagen me perturba la mente, así que busco a Jake, el cual está jugando a tirar unas bolas de papel. Y Mateo, Mateo ¿Quién sabe dónde está? Mientras busco a Mateo con la mirada en el caos, mis ojos se fijan en algo. ¡Evelio! No pude evitar sonreír, estaba sentado sobre una mesa, hablando con el grupo de amigos de mi hermano . No pude aguantar las ganas de reír.
Debajo del escritorio de la maestra, cerca de una pata de la mesa, esta tirado un libro de Isabela Allende. No dude dos veces, y lo recogí. Examine su portada y sin ver el título supe que se trataba sobre "Cuidad de las bestias". (Uno de mis favoritos), abrí las páginas, y sobre la primera estaba escrito con lapicero negro, lo siguiente:
Evelio V.
¡Fue toda una sorpresa! Observe la letra (la cual no era de admirar) y voltee la hoja. Algo dentro de mí, piensa que debo devolverle el libro y hablar con él, pero hoy mi aspecto físico no es nada bonito como para ir a hablarle. Me cómodo en la silla, y empiezo a leer.
Me pierdo en las letras, no me doy cuenta que ya ha pasado casi un periodo (40 minutos). Natalia ya no estaba a mi par, así que la empiezo a buscar, y mientras pasaba mi vista por el caos, observo como unos ojos, me miran, luego bajan la mirada hacia mis manos, y vuelven a mirarme con el ceño fruncido. ¡Es Evelio!, no entiendo por qué está enojado, bajo la mirada, y me doy cuenta que tenía su libro en mis manos, rápidamente me asusto, y lo dejo sobre la mesa. Me levanto y voy a buscar a Natalia, pero Evelio estaba caminando hacia mi dirección. En cuestión de segundos llega. Se pone enfrente de mí, a un metro de distancia. Empiezo a ponerme nerviosa, mis manos sudan.
— ¿Se te perdió algo?— dice sarcásticamente, mientras se cruza de brazos —.
— No, no. Bueno si, ósea busco a mi amiga— digo nerviosa—.
— ¿Y la buscabas en mi libro? – dice mientras con la cabeza señala el libro.
— Jajaja— reí sarcásticamente— No, simplemente estaba aburrida, y tu libro es muy bueno, así que decidí leerlo. Espero no te importara—.
— ¿Dónde lo encontraste?— dice mientras agarra el libro de la mesa—.
— No me estas llamando "ladrona" ¿verdad?— pregunto enojada—.
— ¿Qué?— parece sorprendido— No, nada de eso, es que Donaldo y su grupo de amigos lo escondieron, y no me lo querían dar— .
— Ahhh, tirado por la mesa—.
— Gracias— dice con una sonrisa. El momento era precioso, hasta que alguien lo interrumpe: la maestra de octavo había vuelto, y se miraba muy enojada, así que dice:
— Los de noveno, se van para su clase ¡Ya!— Rápidamente, todos se callan, algunos se sientan y mis compañeros se retiran. Yo también me tengo que ir, así que paso por un lado de Evelio, y él me dice:
— Eres curiosa— ¿Hacía referencia a nuestra conversación por correo? en la cual me tome la molestía de preguntar todo sobre él; o ¿hacía referencia sobre mi curiosidad por el libro?
— Jeje, si gracias— digo mientras apresuro el paso, y salgo de la clase de octavo.
¿Jeje si gracias? ¿Enserio? Mientras me dirijo a mi salón, no dejo de pensar en la humillante respuesta que había dado.
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Amor no correspondido
Fiksi RemajaElla, loca por él. Él, ciego por otra. Ella, perdía orgullo por él. Él, sabía que estaba bajo sus pies. Ella, total y locamente enamorada del chico equivocado. Él, enamoraba a todas, pero solo sentía algo por otra. Ella, se rindió. A él, no le impor...