Capítulo 3

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--¿Has dicho Jakku? Pero niña, ¿no se supone que este planeta todavía esta aislado del resto del universo?

--Bueno... se supone. Yo... es que creo que soy procedente de allí.

Tras explicarle todo a aquel señor la escena cambió. Pareció quedarse más cómodo tras contarle los pocos detalles de los que disponía.

--Quizá te pueda llevar a Jakku. Pero una vez allí no pienso ocuparme más de ti. Seguramente, no volverás a pisar este planeta. Aún así, ¿estás segura de querer venir?

Asentí, estaba segura. Aquella era la decisión más difícil que jamás iba a tomar, de todos modos, la respuesta era inminente. Llevaba toda mi vida buscando información sobe aquello y, ahora que tenía la oportunidad, no iba a desaprovecharla.

--Está bien, como quieras. ¿Sabes? Eres valiente.--dijo por primera vez con una sonrisa en el rostro el señor canoso.--Me llamo Han, Han Solo. Soy transportista, lo que me permite llegar a conocer bastantes sistemas, galaxias y planetas. ¿Y usted señorita?

--Soy Alisa. Alisa Hipwell.--terminé añadiendo para seguir sus pasos.

--Muy bien Alisa, creo que ya conoces a este granduñón de aquí. Será mejor que empiece por contarte lo básico que deberías saber.

Y así fue como Han me dio información sobre aquel universo. Ya eran las seis de la tarde cuando terminó. Me habló sobre el clima de Jakku y las pésimas condiciones de sus habitantes. Me contó que no me preocupara por que no fueran todos iguales a los humanos y que no me quedara mucho tiempo mirando. También me habló sobre planetas y pequeñas galaxias cercanas a las que podía acceder fácilmente y sobre la especie de Chewbacca y derivadas. Sobre los jedais y sobre el lado oscuro. Finalmente me contó donde estaba su nave, el mítico Halcón Milenario y cómo se encontraba flotando sobre la casa  con una barrera de invisibilidad y el error que habían tenido con el que había terminado en esta casa abandonada. Luego añadió gentilmente que me dejaría algo de dinero y que me daría la dirección de uno de sus amigos el cual me podría ayudar a cambio de un poco de trabajo. Cada vez estaba más y más emocionada. Aunque pensaba en la dificultades que iba a tener, y en la posibilidad de no salir bien parada de esa situación, no me importaba en lo más absoluto. Una gran esperanza se cernía sobre mi, una esperanza que por el momento, era imposible destruir.

Poco más tarde fui a mi casa a por provisiones. Y más tarde empecé mi viaje con Han y Chewei. No añoraba la Tierra. No era de allí, y las pocas personas con las que había tenido relación... supongo que las echaría de menos, pero era mejor si me iba sin despedirlas. Nunca fui buena en eso supongo.

Según Han, viajábamos a la velocidad de la luz. No podía creerlo, pero todo aquel panorama galáctico era impresionante. Nunca antes había visto una cosa semejante. La belleza que desprendía el universo era inigualable. Desde el fondo de mi corazón, esperaba que los terrícolas formaran parte de aquel mundo algún día y de que todos y cada uno de ellos pudiera ver lo que yo veía en aquel momento.


--Bienvenida a Jakku. Espero que esté tal y como la recuerdas.--Dijo Han tras aterrizar en aquel desierto.-- ¿Ves aquello de allí? Es la ciudad de mi amigo. Pregunta por un tal Guideón. Seguro que saben quien es. Dile que vas de mi parte. Pero no cuentes demasiados detalles.

--Gracias Han. Por traerme y por todo lo demás. Ha sido de gran ayuda.--le contesté dándole un fuerte abrazo al que él correspondió.

--No ha sido nada. Recuerda. Si quieres volver, solo debes ponerte en contacto conmigo, yo te ayudaré.--dijo alejándose de mi y depositando en mi mano una pequeña bolsita de cuero con lo que parecían ser algunas monedas.--Con esto tendrás para un mes. No lo desaproveches.--dijo guiñándome el ojo.

--No, y prometo que te lo devolveré.--le contesté.

Pero no pude terminar, Chewie ya estaba abrazándome por detrás.

Fue una dura despedida. Pero de algún modo sabía que volvería a ver  a Han y a Chewie. Entonces, empecé mi camino.

Al principio he de decir que estaba un poco asustada por los aldeanos de Jakku. Más aún porque no paraba de llamar la atención debido (supongo) a mis ropas terrícolas. Tras unas horas de paseo, y al ver que la puesta de sol ocurría sin yo tener refugio alguno, me armé de valor y empecé a preguntar por Guideón, el amigo de Han. No tardé en encontrar su casa, a las afueras de la ciudad, donde recientemente se había mudado.

Cuando llegué, me extrañé por la panorámica. Unas cuantas naves se desperdigaban por su casa y muchas personas vestidas con lo que parecía ser una armadura blanca salían y entraban de su casa. Me acerqué un poco más para ver lo que pasaba y entender un poco mejor lo que estaba sucediendo. Entonces distinguí a una persona, también con una armadura, pero esta en negra y él cual me miraba fijamente.

Entonces recordé todo. Aquello era la primera orden. Aquellos soldados estarían allí deteniendo al amigo de Han. Entonces el hombre de la armadura negra habló con uno de los soldado y me señaló. Debía huir, de aquello no me esperaba nada bueno.

Pero ya era demasiado tarde.


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Siento que todo este cap lo debía de haber hecho en dos partes y más largos, creo que he ido demasiado rápido. Espero que me podáis perdonar, pero es que tenía muchísimas ganas de que al menos Kylo Ren apareciese en la historia. ¿Qué os pareció?




Star Wars Episodio VII: Un amor oscuro (Kylo Ren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora