Are You Following Me?

Prólogo

–Mañana vuelvo para allí, no me extrañes mucho cucaracha –Le dije con una sonrisa a mi mejor amigo por teléfono.

–Tranquila nadie te está extrañando –Dijo mi amigo Valentin del otro lado del teléfono.

–Esta bien, entonces me quedaré aquí para siempre, de todos modos conocí a unos chicos re marcados.

–Bueno, pero ven rápido.

–Y si podría apurar un avión lo haría pero eso no es posible –Contesté con un tono sarcástico. –Me tengo que ir a terminar mi equipaje, mándale saludos a  JS.

–Lo haré, adios –Saludó mi amigo.

Corté la llamada y me dirigí al baño para tomar una refrescante ducha antes de terminar las maletas para volver a mi ciudad, Nueva York. Nuevamente chequeé mi boleto para Orlando, ya que primero debería dirigirme hacia allí para luego tomar un tren a casa. 

Luego de diez minutos me vestí, me peiné y me maquillé pero solo un poco para dirigirme al aeropuerto. Terminé mis maletas y volví a revisar la habitación para confirmar que no me haya olvidado nada. Al finalizar bajé con todas mis cosas hacia el Lobby del hotel y con un taxi me dirigí a mi destino. 

–Pasajeros con destino a Orlando por favor prepárense para embarcar. 

Se me hacía tarde y no iba a llegar a embarcar por lo que luego de pasar por seguridad corrí hacia la puerta de embarque. De la prisa no me di cuenta que había chocado con alguien.

–Oye cuidado por donde vas estúpida.

–Uy perdón no me di cuenta –Me disculpé con el joven que me había chocado. –Aunque fue claro que fue tu culpa.– Agregué con un susurro mientras levantaba mis cosas.

En el piso mientras yo recogía mis cosas y el también recogía sus cosas levanté mi mirada y me encontré con unos ojos azules como el agua que hipnotizaban, el me devolvió la mirada pero con una cara de desprecio  y odio hacia mi, por lo que me enoje y corrí hacía la puerta de embarqué.

Al llegar al mostrador entregué mi boleto y caminé mi bolso de mano por la pasarela aeroportuario. Al llegar al avión y ocupar mi butaca miré hacia atrás y me encontré con el de nuevo.

–¿Me estas siguiendo? –Le pregunté al castaño de ojos soñados.