Querida muerte, hoy te escribo porque la duda de a poco me condujo a tus brazos, y he pasado tanto tiempo rondando por las calles aledañas a tú casa que he llegado a observar maravillado como atraídos por tu dulce néctar todos los hombres pasaban ineludiblemente uno a uno a tú morada... Ni los grandes emperadores, ni los más valientes guerreros, ni siquiera los más castos sacerdotes se resistieron a tus encantos, dime muerte, dime el secreto que escondes, que dulce miel esconde tus labios, y despidete de mi con uno de esos besos que no acaba de ser más que una bienvenida.
La saluda cordialmente, otro hombre del montón enamorado de sus ojos.
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Cartas de un hombre a la Muerte
RomanceNecesito del sabor agridulce de tus labios ahora que conozco el brillo de la oscura incertidumbre que esconden tus ojos. Escrito con @Tamy_biersack