En el cuarto mes de haberlo conocido y de la quinta petición de cita, por fin acepte la invitación.
Primero me llevó a desayunar, luego estuvimos en un recorrido por toda la ciudad que más o menos nos llevo todo el día y durante el trayecto de regreso, comimos de esos helados en sándwich.
Llegamos a su auto, me abrió la puerta, me preguntó que quería de aperitivo y yo respondí que un frappe, cuando estuvo de regreso me dijo que había conseguido que le pusieran algo de licor en las bebidas y emprendimos el viaje.
Tuvo que dejarme una calle antes para evitar que nos viera mi mamá; a ella no le parece que salga con chicos, dice que me distrairán de los estudios y blah, blah, blah, pero no tengo que hacerle caso cuando sé que eso no ocurrirá, así que evito discusiones.
Después de esa cita, salimos los días siguientes, bastante frecuente como nuestras conversaciones. Tuve que hacer tratos con mis amigos para utilizarlos de coartada y que me echaran la mano si algo saliera mal, aunque varios de ellos me advirtieron que no me fiara del todo porque 'de seguro anda de chile loco cuando no está conmigo', así que estoy al pendiente.
Cuando cumplimos un mes de citas, me llevó a un campo dónde en la lejanía vislumbraba un bosque. Puso música, acomodó una cobija sobre el pasto, colocó dos velas y dos rebanadas del pastel que preparó su mamá.
Hablamos sobre los lugares a los que queríamos ir, los sueños más locos que recordabamos y los temores más profundos.-Le quedó increíble el pastel a tu mamá.
-¿Qué dices? Si lo preparé yo.
-Ajá, que mentiroso.
-Bien, sí lo hizo ella, pero estoy aprendiendo a ser experto en todo tipo de comida y pastas.
-Que bien, porque no sé cocinar en lo absoluto.
-Entonces debo aprender más platillos si quiero alimentarte bien.
Se acercó a mi y me rodeo con su brazo.-Hemos salido mucho este mes-comenzó a decir-.
-Ahora entiendo porque no tengo el tiempo de antes-sonreí a milímetros de su rostro..
-Silencio, estoy a mirad de un discurso señorita.
-Disculpe locutor.
-Disculpa aceptada-sus mejillas estaban un poco coloradas soltó una risilla y continuó-. Pienso que nos llevamos muy bien, tenemos la fluidez para nunca acabar las conversaciones y eso me encanta de nosotros. Eres adorable, graciosa, inteligente, me encantas para acortar. Y quiero perdirle a todo tu ser, tu cuerpo, tu sonrisa si ¿quisieran ser la pareja de este humilde campesino?
-Jaa, humilde campesino, que cosas te inventas. En cuanto a lo de la pareja, antes tengo una pregunta.
-¿Y cuál es?
-Que me digas de frente que pasó con todas esas chicas con las que te vieron de chile loco.
-Ah eso. Seré sincero. Es cierto, mientras no tenía nada formal con alguien, estuve con algunas de fiesta en fiesta, pero de eso ya no hay más. Yo estoy aquí y ahora haciéndote esta pregunta que podría cambiar mi pequeña vida.
-Podría ser tu felicidad o tu perdición.
-Sé lo que quieras, pero conmigo.
-En ese caso, quiero ser la pareja de este campesino.Se levantó de golpe y me cargó sobre sus brazos girando y gritando hasta dejarme sorda.
-Gracias pequeña.
-De nada pequeño-y lo besé sin cautela-.
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Si Te Pierdo
RomanceFuimos afortunados de encontrarnos tan jóvenes, que si esto se llegará a acabar... M&E