Capítulo VIII

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No necesitaba explicación alguna, sabía ahora más que nunca que había cometido el error de toda mi vida.

Después de haber salido del departamento del licenciado. Tomé un taxi que me llevase a mi hogar, después de no se cuantos minutos llegué a mi hogar. Entré esquivando a mis padres con un "estoy cansado" y me fui a mi habitación para pensar muy bien lo que estaba pasando.

Los vagos recuerdos empezaron a llegar a mi mente como una cubeta de agua helada cayéndome. Y es que no dudé un segundo, eso estaba pasando y fue más que real.

Las lágrimas de empezaron a caer y es que era de furia pura.

Había tenido mi primer beso.
Había tenido mi primer acto sexual.
Había cometido el más grande error de mi vida.
Y él... Sólo fue un acto de sexo más.

Me dolía demasiado, y es que le había todo lo que tenía. Pero simplemente eso fue más que un error.

Ahora más que nunca quería desaparecer, quería olvidar aquella noche como si nunca hubiese existido.

Lo que más me dolía era la forma en que aún recordando eso, las mariposas atacaban mi estómago. Caí rendido, estaba más que roto. Había tenido sexo con el hermano de el dueño del banco donde yo trabajo y mucho peor, del culpable del mayor fraude que está pasando.

Aún sentía como mi corazón se rompía cuando recordaba mis últimas palabras con él. Porque quería que se repitiera, quería que todo eso fuese real y aceptado, quería que sólo él estuviese enamorado de mí.

Pero la vida no es un cuento de hadas, mañana tendría que enfrentar a Michael para decirle lo que estaba ocurriendo en el banco y aunque eso no fuese lo peor, tendría que verlo aún sabiendo que me había metido con su hermano.

Y aún peor más que yo sabía la verdad, de que eran hermanos.

Mi cabeza dio vueltas como nunca y fui a recostarme a mi cama. Necesitaba dormir, olvidar sus malditas caricias y sus malditos besos.

Cerré los ojos pero el recuerdo de sus labios besándome como si no hubiese un mañana regreso.
Quería desaparecer, pero no. Las lágrimas aún caían por mis mejillas sin fin alguno.

No sé como pero pude dormir.

*

Abrí los ojos y sentí como la alarma de mi móvil era jodidamente estresante. Me puse de pie como pude y apagué la odiosa alarma.

Los recuerdos de ayer me atacaron de nuevo.

No quería delatar a Víctor, no quería que lo despidieran. Lo quería a mi lado aunque sólo sea de la forma más estúpida posible, pero lo quería.

Mi guerra individual seguía, decidí adentrarme a la ducha y esperar que el agua fría me diese la decisión correcta.

Siempre había el chico que siempre hacía lo correcto. Desde declarar una fechoría hasta creer lo que es justo para si mismo.

Aunque ahora, era diferente. Si no hubiese sentido esas malditas mariposas ahora no estaría debatiéndose en decir la verdad. Y es que por más que lo negara... Sabía que no lo iba a delatar.

Y es que no sabía ni porque me sentía una mierda si yo no había hecho nada. Ni sabía porque seguía negando mi enamoramiento.

Tomé mi móvil después de ducharme. Busqué en todos los contactos que tenía encontrando un número correcto para desahogarme.

-¿Kellin? -Cuestionó aquella voz femenina que tanto conocía.

-Sophia... Estoy en problemas. -Murmuré con el corazón latiendo a más no poder.

King For A Night || KellicWhere stories live. Discover now