Capítulo 14

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Harry's POV

-Harry.

Jul suena sin energía, me levanto y veo la puerta del vestidor abierta así que supongo que ella se encuentra ahí.

-¿Qué sucede?

Al entrar al vestidor noto que ella está sentada en el suelo así que me siento detrás de ella y me entrega un oso de peluche, se ve algo viejo.

-¿Qué es esto? -Digo sosteniendo el oso.

-Es mío, era.

-¿Y por qué está aquí?

-No lo sé, lo perdí hace años. Es imposible.

-¿Estas segura de que es tuyo? Me refiero a que seguro hay muchos así y es una coincidencia que...

-Si ¡Harry si! -interrumpe- Estoy segura, lo perdí hace casi 2 años y está aquí, significa que nos están siguiendo desde...

-Desde hace años -interrumpo.

-Estás personas, nos siguen desde hace mucho. Están planeando esto desde hace años, Harry jamás podremos salir de aquí -su respiración comienza a ser entrecortada y me preocupo.

Me siento frente a ella y recargo mis manos en sus rodillas.

-Jul, tranquila. Escucha no impor...

-Diablos Harry ¡Claro que importa! Tuvieron años para pensar en todo y nosotros en unos días o incluso meses no podremos hacer nada -sus manos comenzaron a moverse en el aire como un par de aves que revolotean por todo el cuarto.

Tomo sus muñecas con apenas la fuerza suficiente para hacer que deje de moverlas.

-Jul, no importa cuánto tiempo les haya tomado organizar y crear todo esto, no significa que todo lo que hicieron es perfecto, se hayan tardado años o no hay alguna falla en este cuarto y tú y yo, te prometo que vamos a encontrarla -al decir estas últimas palabras suelto sus muñecas y dirijo mis manos hacia sus mejillas-. Lo prometo.

-Okay.

Ambos nos quedamos viendo algunos segundos y de pronto siento como Jul se abalanza sobre mi haciendo que por poco pierda el equilibrio, después de un segundo entiendo que debo de hacer y mis brazos rodean su cuerpo.
Esconde su rostro en mi cuello y yo recargo mi barbilla en uno de sus hombros, lo cual me ayuda a oler su largo y hermoso cabello.

-¿Estaremos bien? -dice apenas con un hilo de voz.

-Claro que sí -comienzo a acariciar su cabeza.

La verdad es que no sé que pasará con nosotros.

-Sabes -vuelvo a hablar- creo que está bien llorar.

Ella voltea a verme extrañada y me atrevo a decir:

-Me he dado cuenta que no te gusta llorar, o al menos que te vea y no creo que debas esconderlo -ella se separa un poco de mí para escuchar mejor- quiero decir, ahora vivimos juntos -me atrevo a reír un poco- debemos de sentir confianza entre nosotros.

-Supongo que es cierto pero... no me gusta llorar no porque me puedan ver. No quiero sentirme -piensa en una palabra.

-¿Débil?

-Exacto.

-No creo que las personas sean débiles sólo por llorar -le regalo una sonrisa.

-Sólo prefiero no hacerlo -sonríe de vuelta.

Supongo que no sirvió de nada decirle lo anterior.

-Entiendo.



Despierto al segundo en el que las luces se encienden y al ver a una chica durmiendo en la cama de junto recuerdo mi nueva realidad.

Entro al baño y me doy una corta ducha.
Sin saber que hacer para perder el tiempo regreso a la cama, veo detalladamente por varios minutos cada movimiento que hace Jul mientras está dormida.

Llega el desayuno y Jul sigue sin despertar, desayuno y guardo el de ella. Al acabar de comer escucho como Jul suelta un pequeño bostezo.

-Buenas tardes -río.

-Hola -sonríe aún con los ojos cerrados.

Ella en la noche había hecho una coleta con su cabello, ahora estaba casi deshecha por tantas vueltas que había dado al dormir.

-Dime algo -se levanta y va al baño- ¿Ya nos entregaron nuestros "deseos"?

-Aún no -río.

-Que mal, muero porqué veas que pedí.

-¿Y qué pediste? -Estiro un poco mi cabeza para ver que hace pero sólo veo una parte de su cuerpo frente al espejo.

-Dije que era sorpresa -escucho un ruido y supongo que se está lavando los dientes.

-Bien -me quejo-. Cambiando de tema ¿Por qué te levantaste tan tarde?

-Egpeda.

Comienzo a reír por cómo habló mientras se terminaba de cepillar los dientes y después dice:

-No pude dormir por estar pensando en el peluche -está calmada a pesar de lo que dijo- No puedo pensar en cómo es que lo consiguieron.

-Espero que sepamos pronto.

Le entrego el desayuno a Jul y ella come sólo un poco ya que es tarde y pronto nos entregarán la comida.
Después de un par de horas yo me encuentro en el suelo del vestidor al terminar de ver cuidadosamente toda la ropa que tengo. Jul está en el suelo, en medio de las dos camas viendo hacia el techo sin decir nada, sin hacer nada. Es nuestro tercer día y está "rutina"si es que así se puede llamar me está volviendo loco.

Ambos alzamos la vista al escuchar la puerta abrirse, noto como Jul tiene la necesidad de acercarse pero no lo hace tal vez por miedo a ser electrocutada de nuevo. Tal vez en un futuro podamos usar esto para salir pero con un plan más... elaborado.

Al escuchar la puerta cerrarse los dos nos levantamos completamente y nos dirigimos hacia la puerta.

-¿Eso pediste? -digo riendo.

-Te encanta -levanta su deseo y gira hacia la mesa-, lo sé -coloca el nuevo tocadiscos en la mesa y voltea sonriéndome victoriosamente.

-Si, es muy buen deseo pero dime -doy un paso adelante para acercarme a ella- ¿Qué escucharás? -Me burlo.

-Bueno... Tal vez no pensé en eso -cierra fuertemente los ojos, baja su rostro y una sonrisa se forma.

-Sólo un pequeño inconveniente -río un poco más fuerte.

-Uno pequeño -levanta la mirada.

-Podrías pedir un disco en tres días.

-Es una muy buena idea -ríe.

Nuestras miradas se entrelazaron e intercambiamos sonrisas.
Su sonrisa era perfecta, sus dientes derechos y blancos, sus labios gruesos y con un tono rosado natural. No había pensado en que desde hace días a su rostro no lo cubría maquillaje y eso no impedía que se viera linda y atractiva.
Al estar pensando en todas esas cosas de Jul no me percaté de lo cerca que estamos, ella me mira extrañada pero aún con una pequeña sonrisa.
Sin pensar hago que mis dedos tomen un mechón de cabello que estorba en su rostro y lo pongo atrás de su oreja, es algo que siempre hago con las mujeres, nada especial pero claro que Jul no lo sabe.

Estamos en silencio, un buen y cómodo silencio.

¿Y ahora qué?

Encerrados | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora