Me senté en una silla de su escritorio.
La verdad, lo tenían hecho una mierda, todo desordenado, cosas por un lado...
En fin que tiró todo de golpe al suelo y empezamos a hacer él trabajo.
Íbamos a mitad casi terminando, y su hermano gemelo Jesús, me estaba mirando sin parar y pues me ponía nerviosa...
-¿Podrias ponerte una camiseta? Ah y tu también Daniel -ordeno
-Y si no quiero que -dice Jesús
- Bueno y eso, ya queda poco así que te lo llevas a tu casa y lo terminas solita
-¿Por que tu lo digas? -dije
-Porque yo lo digo -dice
-Si si
Me levante de la silla, él se acercaba lentamente hacia a mi.
-Daniel dejame -digo
-Me pone que me digas Daniel -dice agarrándome de las manos
-¿Puedes dejarme? -digo
-¿O qué? -dice
.........