Yo estaba tumbada en el sofá de mi casa cuando de repente me llegó un mensaje. Sono el telefono pero no me di prisa en mirarlo. Pasados unos minutos, me volvió a sonar el telefono y esta vez era una llamada. Puse toda mi atención y la mirada en el telefono cuando pude observar que era un numero que no conocia. Lo coji, y rápidamente una mujer histerica me empezo a hablar:
- Oye, se que no me conoces pero soy la madre de Anna, le a ocurrido algo terrible.
Yo me quedé sin palabras y la voz repetía sin parar:
- Por favor, responde es un asunto muy grave.Anna es mi mejor amiga, se lo cuento y me lo cuenta todo, y por muchas peleas que tengamos, nunca la dejaré de querer.
Entonces fue cuando contesté:
- ¿Si? Que ocurre, que le ha pasado?
- Esta en el hospital, tiene cáncer y nadie, ni los especialistas saven como puede estar la enfermedad tan avanzada en tan poco tiempo.
- No puede ser, pero pero como ha podido ser de un día a otro? No... no puede ser.
- ¿Te parece que te recoja en un cuarto de hora? Ella... ella quiere verte.
- ¡Si, si por favor! Ven rapido, necesito verla.Su madre llegó en un cuarto de hora exacta. Me alegró ver esa sonrrisa en su cara que parecía decirme "tranquila".
Pasado un cuarto de hora llegamos a el hospital y corriendo subí a la habitación. Bajé la cabeza al ver a mi amiga a el borde de la muerte con apenas pelo en la cabeza.Ella estaba sedada y llena de parches y tubos que le salian de la nariz.
No pude evitar escapar un par de lagrimas de mis ojos. Su madre me miraba y al par miraba a la cama en la que estaba mi amiga diciendome que me sentara al lado de ella y la hablara.
Yo no tarde nada en sentarme al lado, y comencé a hablarle:
- Cielo, vas a salir de esta, tu eres fuerte, valiente y una chica preciosa. Hoy no va a ser tu ultimo dia, hoy me tienes aqui y no te voy a dejar ir jamás. Recuerdo aquel dia en el charco, hace muchos años, diez exactamente. Teniamos cinco añitos, mi madre me dijo que no me hacercara a el lago y ahí estabas tu, me acerque y me caí, pero tu caistes con migo. Ahí supe que ivamos a ser mejores amigas. Te quiero Anna, no dejes de luchar.
Su madre me miro y contemple que sus ojos dejaron caer una lagrima a la vez que la mia.
Pocas horas despues, Anna falleció. Ella murio con su mano agarrada a la mia, y su madre agarraba la otra. Desde entonces valoro mucho mas lo que tengo, porque la vida en el caso de mi amiga son quince años.
Soy Elizabeth, ahora tengo 32 años y sufro cancer.
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No Me Sueltes Jamás
RomanceEsta historia trata de una chica llamada Elizabeth. Pero no es una historia de amor entre dos personas de edad similar ni de sexo opuesto, sino de un amor que a pesar de muchos problemas, no se puede evitar.