Estoy jodidamente aturdida. Nunca me había pasado esto con ningún preso. En mi vida. 257 asesinatos y ningún remordimiento. La mitad de ellos los he llevado a cabo en la cámara de torturas. Simplemente me parece algo absurdo preocuparme por ese tipo al que no le he hecho prácticamente nada. Alomejor son sus ojos. Esos ojos azules tan intensos. Nunca he visto tanta vida, tanto color en unos ojos. Mis ojos son grises, fríos, distantes, carentes de vida. Los de mi hermana son marrón pálido. Nunca antes había visto unos azules. Nose como han podido prácticamente extinguirse a lo largo de los años. Decido olvidar el tema y sacar mi tarjeta de identificación para hacerle una visita al coronel Walker. Tengo algunas dudas.
Unos soldados me escoltan hacia su despacho. Llevo más de tres años trabajando en este edificio y tan solo he visto al coronel dos veces. Una al ingresar las celdas y la otra vez fue para felicitarme por mis magníficos 257 asesinatos en batalla. Absurdo. Una puerta metálica se abre y entro sin titubear. El despacho fácilmente es más grande que toda mi casa. Todo es marrón. Las paredes, los muebles, el suelo, el techo... Hay una delicada alfombra roja que decora prácticamente todo el suelo de la sala. Cada dos metros hay lámparas doradas simulando el movimiento de una llama. También hay una enorme mesa de roble con un candelabro en su centro. Justo en el fondo se encuentra Walker , sentado en una gran silla de madera detrás de una mesa de despacho llena de papeles. No se percata de mi presencia hasta que cierro la puerta de un tirón, ni siquiera le avisé de que iba a visitarlo. En este edificio hago un poco lo que me da la gana.
Levanta su cabeza ligeramente sorprendido y me lanza una mirada asesina. Creo recordar que tenía aproximadamente 20 años. Pelo castaño claro. Ojos verdes esmeralda. Tez blanca. Vaya , el coronel no está nada mal, mucho mejor de lo que recuerdo.Me acerco rápidamente a su mesa.
-Mi coronel, quería hablar sobre el señor Baker, el muchacho que logró escapar la pasada madrugada.
Levanta la mirada en mi dirección.
-No creo recordar que me hayan notificado de que iba a visitarme, comandante Ross-me dice un poco molesto.
-No quería molestar a mis compañeros por una simple visita.
Se levanta de su asiento y se sitúa en frente de mi apoyándose en la mesa. Demasiado joven para su cargo, pienso.
-Esta no es su casa, ni el patio del recreo, la próxima vez que no pida permiso para hacer cualquier visita recibirá una amonestación.
-Está bien mi coronel. Solamente quería saber qué crimen ha cometido el señor Baker para haber acabado en la celda de los acusados. Ya sabe, el que logró escapar del edificio la pasada madrugada.
Me mira fijamente y luego aparta la mirada para mirar a todo su papeleo.
-Con todo mi respeto Ross, pero no creo que sea de su incumbencia, si el señor Baker se encontraba en dichas celdas es por algo. No veo que sea necesario preguntas ni investigaciones. Además, en cuanto logres sacarle la información que necesitamos será inmediatamente juzgado y sentenciado. No podemos permitir que se ría de nuestra seguridad y salga impune.
Se me quita el color de la cara pero rápidamente escondo mis emociones. Menos mal que no me miraba. Creo una postura de indiferencia y trago saliva.
-No creo que alguien tan brillante como para poder escapar de este lugar tenga que ser sentenciado mi coronel.
Cuadra sus hombros y regresa a su silla.
-¿Y a usted comandante, que más le da la seguridad del chico?
-Simplemente me parece un desperdicio de talento.
-A estas alturas debería saber que por mucho talento que tenga el chico, sigue siendo un criminal. Un idiota que ha desafiado a la Tercera Guardia y ha ridiculizado a el estado. Un asqueroso rebelde que recibirá su castigo lo antes posible.
-En caso de que sea sentenciado y trasladado de celda, ¿Qué clase de castigo recibirá?
Walker me mira con una estúpida sonrisa.
-No es tonta Ross, ya sabe qué clase de castigo se le seleccionará. Ha cometido un crimen y luego se ha reído de nosotros. Se le quitará la humanidad.
No me sorprendo, ya sabía cuál sería su castigo, simplemente quería darle a entender que no me importaba. Vuelvo a preguntar.
-Sigo queriendo saber qué crimen cometió Walker.
Mi mira bastante cabreado y sorprendido. Mierda.
-Está usted acabando con toda mi paciencia Ross.-prácticamente escupe las palabras- Primero, no pienso decirle cuál fue el crimen, si tanta curiosidad le ha causado Baker pregúnteselo usted misma. Y segundo, no vuelva a llamarme por mi apellido, no le he dado permiso para dejar de llamarme coronel.
Asiento con la cabeza sin ningún tipo de gratificación. Mi mirada tiene que estar echando chispas en estos momentos. No pienso aparentar sumisión.
-Puede retirarse comandante.
Prácticamente salto de mi asiento y me dirijo a paso ligero hacia la puerta. La cierro de un portazo.
Indignante.
Se ha burlado de mi por completo. Pero si piensa que soy tonta se equivoca. Me dirijo hacia el complejo de ordenadores. Donde se almacena toda la información. Es cuestión de tiempo que sepa cuál fue el crimen de Baker.
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Dispara
Teen FictionSiglo XXVI, el mundo está consumido por el caos y la desesperación. El único objetivo de la sociedad es conseguir un futuro favorable para todos. La Tercera Guardia se hace cargo del poder para restablecer la paz y la estabilidad que todos sus habi...