DESEO TaoRis ChanSoo

1

-Maldita sea, dilo ya de una vez, ¿cuánto necesitas, uno, dos, cinco putos millones? ¿Sabes lo que eso es para mí?, ¿sabes quién soy? ¿Sabes con quien te estas metiendo? Solo espera que te encuentre, y te arrancaré los ojos con mis propios dedos, te cortaré la lengua de una tajada, sólo por el simple hecho de amenazarme-

-Tranquilo señor Wu, recuerde que tengo algo que usted no, así que cierre la maldita boca y escuche, ¿entendido?-
Kris solo pudo apretar el móvil, casi jurando que este crujió un poco por la repentina presión.

-¿Qué quiere de mí? ¿Acciones, dinero, pro..-

-¡Cállese! O quiere que le enviemos un dedo de su amada mascota para que usted pueda cooperar con nosotros?

- ¡JÁ! no se atreverían a tocarlo, es un chico bastante agresivo, así que no me jodan- su tono de altanería junto con su cínica risa provocaron que el sujeto del otro lado de la línea perdiera un poco la paciencia.

-No fue difícil violarlo anoche, así que ¿de qué agresividad me habla?—esa palabra, sólo esa palabra hicieron que la cordura de Wu YiFan se fueran al caño.
Era una obvia mentira, sin embargo, las palabras que salieron de la boca del extorsionador rompieron por completo la confianza que había aumentado su ego, el cual sirvió para responder de esa manera.

-Le daré 45 millones, en efectivo en menos de una hora, es mi ultima oferta, así que; venga por ellos, y entréguemelo- El tono usado fue efectivo, ya que la oferta fue bien aceptada, o por lo menos eso se dio a entender al momento de escuchar aquella risa gutural por parte del sujeto.

-Fue un honor hacer negocios con usted señor Wu-

-Por nada, y por cierto, llevare unas cuantas flores a la tumba de Kyung Soo, porqué ¿aun no la encuentras, verdad Kai?- era jugar con fuego, lo sabía, pero aun asi, Jongin no era lo suficientemente hombre como para meterse con Tao.

Ese chico de mente retorcida solo quería ver un poco de la plata Kris, en un intento de fallida venganza por matar a D.O.
- Ojo por ojo Kris, ojo por ojo.- respondió Kai al escuchar esa ultima frase.

-No lo harías, y lo sabes. Soo te lo prohibió, y el es tu religión, así que metete mis 45 millones por el culo y dame a Tao de vuelta-

-Las promesas mueren cuando las personas ya no respiran Kris. Así que, mejor tu metete esos 45 millones por donde te plazca- un disparo al fondo se logro escuchar justo antes de oir la llamada terminada.

El corazón de Kris dejo de palpitar por unos segundos, aquello había sido un ultimátum bastante fuerte, ¿Cómo había dejado que Tao saliese solo sabiendo que Kai andaba en la ciudad? ¿Cómo fue tan estúpido?

Se dejo vencer por su propio peso, haciendo que sus rodillas absorbieran todo el impacto, mientras cerraba los puños, sintiendo como sus uñas se enterraban en  sus palmas. Se mordía la lengua para no gritar, despertar a su hijo a esa hora de la madrugada no era conveniente.

Tomó un poco de aire manteniendo la cordura lo más que pudo, tallándose los ojos para que sus lagrimas no se derramaran por completo.

Pero aún así, el nudo en su garganta no lo dejaba respirar.

Entonces el celular comenzó a vibrar de nuevo, notando que la causa era un nuevo mensaje de texto.
“50 millones, en 45 minutos, ¿sabías que por aquí hay muchos roedores?”  adjunto a esto se encontraba una dirección.
Sintió el nudo aliviarse, sin embargo, se sentía vulnerable.
Fue a su habitacion y saco 5 maletines de la caja fuerte, vacío el contenido de cada uno de ellos en una maleta que Tao le había obligado a comprar, se coloco un abrigo y un gorro, llevando también una chamarra por si su pareja la necesitara.
Fue hasta el cuarto de su hijo, y después de acariciarle el cabello, lo arropó y dejo un beso en su frente. Tenia menos de 2 horas antes de que pidiera de nuevo de comer.
.
Llego a lugar, dejando el dinero en donde le habían indicado, mirando hacía todas partes buscando a su Panda.
-¿Kris?- la delicada voz de Tao le había dado un ligero susto, él estaba ahí, abrazándose así mismo.
Dejó un gran suspiro en el aire, para después abrazarlo, sintiendo como el mas bajo tiritaba. Se quitó su chaqueta y lo cubrió, para luego inspeccionarlo; no había daño alguno, solo sus ojos se encontraban inchados producto de tal vez horas de llanto continuo.