¡Gracias Sidney Jenkins!

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| Capitulo 23|

FINAL

Nueve meses. Treinta y tantas semanas. Parecía un globo terráqueo había aumentado doce kilos durante estos largos nueve meses. Ya era incomodo hasta para dormir ni se imainan lo que era moverse trasladarse de un lugar a otro. Dormia placidamente. De repente una punzada muy fuerte, me asuste, me levante de golpe y la accion se repitio.
- ¡Sydney! - lo llame pidiendo ayuda
- ¿Qué pasa?
- Creo que viene, él bebe viene - dije con una expresión dolorosa
Sydney me cargo hacia el auto y tomo el bolso, arranco con prisa y en diez minutos llegamos al hospital.

|Narrador|

Gwen acaba de entrar al quirófano, el doctor me dijo que esterilizarían el lugar y lo prepararían para el parto y entonces ahí me llamarían para poder entrar y acompañar a Gwen.
En ese segundo de no saber como sentirme ni que pensar me vino a la mente la noche anterior. La charla que habíamos compartido con Gwen había sido agradable que habláramos como dos buenos amigos, muy buenos amigos desde hace mucho tiempo había sido realmente agradable. Ella reía mostrando sus dientes blancos y dejando escapar unas sonoras carcajadas que eran música para mí, me encantaba oírla reír y verla curvar sus labios en una simple sonrisa. El día que la conocí me pareció una gran mujer y aun lo creo, es mas ahora se que es una completa mujer por dentro y por fuera; ella cambio mi vida para bien y siento mucho que para ella no fuere lo mismo, no quise que esto pasara pero paso.
Me contaba anécdotas de su niñez y la veía recordar y reírse en el intento de contarme la experiencia a mí.
Yo la oía mientras jugaba con su vientre, le hablaba al bebe y lo acariciaba y en vez en cuando depositaba besos fugaces.
Nos estábamos entendiendo de maravilla, este era el momento para contarle lo que siento, para contarle lo que me di cuenta hace no mucho tiempo. Como Gaspar, mi tio, me dijo que la mejor experiencia era la de formar una familia y desgraciadamente el no había podido hacer. No digo que busque a Gwen como madre de mis hijos ni que la deje embarazada a propósito, nada de eso simplemente ocurrió y fue como una señal, ella es la indicada. Ella es la indicada para amarme, ella es la indicada para acompañarme durante toda mi vida y ella es la indicada para darme los hijos más bellos del mundo.

Anoche. El reloj marcaba las doce, nosotros seguíamos hablando y quería decirle, quería sacarme esto de adentro. La mire fijo por un rato y ella me corrió la mirada, junte coraje y me prepare para cualquier reacción que ella tuviera
- Gwen, creo que debo decirte algo ya no debe pasar mas tiempo, yo te amo y me encantaría formar una familia contigo y el bebe, sé lo que habíamos acordad pero te amo y no puedo dejarte ir asi como asi - Gwen no contestaba - ¿Gwen? - no hubo respuestas, la mire a los ojos y sus ojos permanecían cerrados, me sentí patético así que sonreí luego de un gran suspiro y me acosté ahí a su lado, dos minutos después me encontraba placidamente dormido.

- Señor Jenkins puede ingresar - dijo una de las enfermeras, entre a una antesala donde me dieron un uniforme y luego llegue a ella. Estaba sudada y respiraba exageradamente, me preocupe. La mire y ella también, automáticamente me acerque a ella y tome su mano
- No me dejes Sid, te necesito - grito era otra contracción.
Los médicos hablaban entre si para mi eran susurros porque no los oía, mi completa atención estaba posada en Gwen quien me miraba con ojos aterrados
- No me iré, estoy aquí Gwen - acaricia su frente y peine parte de su cabello descubierto
Fueron los cinco minutos más raros de mi vida, a la vez largos y cortos, raros y hermosos. El llanto del bebe inundo la sala, el doctor me llamo para que lo viera y si quería sostenerlo lo hiciera. Claro que lo hice, las enfermeras lo envolvieron en una manta blanca lo sostuve y me acerque con él a Gwen
- Bienvenido Noah - dije limpiando su carita manchada de sangre y grasitud. Luego de mirarlo por unos segundos y de sentirme el hombre mas feliz del mundo se lo entregue a Gwen quien lloraba pero sospecho que eran mucho mas que lágrimas de dolor , estaba feliz y no podía borrar el brillo de sus ojos. Lo cargo con cuidado y temerosa de lastimarlo, con su dedo pulgar acaricio su mejilla hasta llegar a la comisura de su boca. Ella se movió incomoda y en su rostro la expresión de dolor me alerto. Me tendió a Noah, la enfermera se lo llevo. Tome la mano de Gwen quien la apretó con fuerza y grito de dolor - ¿Qué es lo que pasa doctor?
- De esto es lo que hablábamos, sentimos mucho no prever esto antes pero estas cosas suelen ocurrir - estaba aterrado porque algo le ocurriera a Gwen, moriría - puede ocurrir que la bolsa del bebe sea mas grande que la del otro - ¿otro?- y lo cubre haciéndonos imposible verlo, señora usted esta embarazada de mellizos
- ¿Cómo? - dijimos ambos al mismo tiempo asombrados por completo.
El llanto del bebe nos calmo en el sentido de que no precisábamos una explicación solo queríamos ver al otro bebe, yo quería cargarlo en mis brazos y darle la bienvenida. Gwen apretó mi mano varias veces hasta que el bebe salio, el doctor repitió la acción que con Noah y me entrego al bebe, era un poco mas chico que Noah pero eran parecidos en muchos aspectos
- Bienvenido... - levante la vista hacia Gwen quien me observaba mas tranquila pero sin dejar la mueca de dolor - ...Dylan - ella sonrió y extendió sus brazos, coloque al pequeño bebe en sus brazos y la observe jugar con su manito.

Un jugo de naranja. Un trozo de torta. Un café. Un yogurt. Medialunas. Bandeja lista, subo las escaleras al segundo piso por el pasillo A y me freno frente a la puerta 8. La abro y me incorporo dentro, dejo la bandeja sobre una mesa en una de las esquinas de la habitación, camino hacia los niños que los han traído hace unos minutos. Los observo son dos criaturitas pacificas rosas que respiran tan lento que trasmiten paz. Por reflejo me volteo y veo a Gwen quien me observa.
- Buenos días - dice y se incorpora en su cama, se sienta
_ Buenos días - sonrió- ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?
- Me siento bien, me duele absolutamente todo el cuerpo -sonrió
- Creo que no es tan malo después de ver estas criaturitas
- No claro que no - negó
- Te traje algo para que comas debes estar muriéndote de hambre
- Eres lo máximo - me sonrió y recibió la bandeja gustosa. La observe devorarse todo y amarla cada segundo.
Creo que era el momento, el momento es ahora. ¡Vamos Sydney dile!
- Yo...-carraspeé
- Tu eres sensacional gracias a ti no puedo quitarme del rostro esta sonrisa ni dejar de sentirme como me siento, feliz y con tanta suerte. ¡Míralos! Hermosos, sano y míos; son mis hijos Sid y haré lo que este a mi alcance para que me amen y para ser lo suficientemente buena madre...
- Y es por eso que te amo - dije en mis pensamientos pero no solo en mis pensamientos lo dije en voz alta, ella me miro sorprendida - si te amo Gwen eres una mujer excelente y perfecta para mi amo cada detalle de ti, amo a nuestros hijos y declaro que si tu me dices si a formar nuestra familia, nosotros cuatro, seré el hombre mas feliz de todo el mundo
- Si
- Y seré mucho mas que... ¿Qué? - me miraba sonriente
- He dicho que si Sydney, he dicho que sí te amo y que sí voy a hacerte el hombre mas feliz solo si tu me harás la mujer mas feliz de la faz de la tierra
- Eso esta claro - me acerque a ella, tome su rostro acunándolo con mis manos y lo atraje hacia a mi. Probé sus labios, sus tibios y dulces labios. Jamás había sentido lo que siento ahora, esto no se compara con la noche de la fiesta ni con nada, ahora es ella mi amada y yo su amado eso vuelve todo perfecto.

|Fin de Narración|

¡Gracias Sydney Jenkins!

Changed my life ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora