Lo afortunada que soy de tenerlo todo, una familia.

12.1K 718 2
                                    

| Capitulo 24|

PLUS

Treinta y seis meses después. Todo cambio y claro que para bien. Excepto por una sola cosa, las tareas del hogar. Las tareas en una gran casa es algo agotador. Estoy en el sótano poniendo ropa en la lavadora y sacando la que esta limpia, la coloco en la cubeta grande plástico y con ella subo las escaleras para luego extenderlas en el patio trasero.
Se oye un grito y luego un llanto. Frustrada camino hacia el lugar donde ocurre todo. Los observo y ambos a mi.
- ¿Qué es lo que paso ahora? - pregunto con mis manos a ambos lados de mi cadera mientras frunzo el ceño
- Yo no hice nada - inmediatamente se excusa Noah. Hago fuerza y levanto a Dylan quien llora y lo siento en la mesada de la cocina
- Dime lo que paso - intenta calmarse para contarme lo sucedido
- Fue Noah, el me quito mi juguete - acuso a Noah quien negó rotundamente lo sucedido
- ¿Qué he dicho de pelear? Son hermanos deben llevarse bien
- Lo sabemos - dijeron a coro, eran tan iguales pero a la vez tan diferentes. Noah siempre fue el temperamental mientras que Dylan solo no opinaba y seguía a su hermano. Noah tiene unos varios centímetros más que Dylan pero pasan desapercibido solo se notan en su registro medico.

Recuerdo todo aquella madrugada. Yo les di vida, yo los sostuve apenas salieron de mi, sentí una gran vacío cuando los desprendieron de mi pero en el momento que los vi a ambos a mi lado todo se esfumo. Recordé cada palabra que dije "yo no quiero la criatura" "no lo amo" "jamás seré lo que merecen" y me retracto y me odio por haber dicho y haber pensado en cosas como esas. En el momento que las vi supe que me cambiarían la vida y asi fue, soy madre que es la cosa mas maravillosa del mundo. No seré la mejor, claro pero intentare ser lo suficiente para ellos les daré lo que pueda para que sean felices y sobre todo los amaré con el alma y con todo mi corazón. Eso fue exactamente lo que supe al verlos en vueltos en mantas blancas chiquitos y rosados. Yo daría la vida por ambos. Si, obvio que fue una sorpresa grande la llegada de Dylan pero al igual que la sorpresa de estar embarazada la mejor cosa de mi vida y de la de Sydney. El hombre que estuvo para mí, siempre.

- ¡Mama!
- ¿Qué es lo que pasa? - me alejo de mis recuerdos
- Dylan preguntaba si Gigi puede oírnos
- Claro que puede hacerlo, asi como ustedes nos oían a nosotros y recuerdo que amaban la voz de su padre - escuchaban sonrientes y atentos - y a Gigi le encanta oírlos pero no cuando pelean - mire a Noah
- Lo siento Dylan -dijo sonando arrepentido - lo siento Gigi, nosotros te queremos
- Si te queremos Gigi - Dylan sonrió
El ruido de las llaves y después de la puerta abriéndose alertaron a los mellizos.

Cuando los mellizos cumplieron un año definitivamente nos mudamos juntos pero a nuestra casa, no era mi departamento ni era su departamento era nuestra casa nuestro hogar en los suburbios de Vancouver. Los mellizos amaban el jardín y su habitación eran su mundo allí ellos jugaban cada día. Yo retome mi trabajo y Sydney el suyo. Le deje en claro al principio que no quería un compromiso no aun y él me respeto. Amo a Sydney y amo absolutamente todo de él hasta las cosas que me molestan pero que me respete y que me comprenda es lo máximo. Se que jamás habrá alguien como él y es por eso que jamás lo dejare ir.

- ¡Campeones! - se oyeron las risas sanas de mis hijos - ¿Jugaron mucho hoy? ¿Y mama?
- ¡Papa!
- Si jugamos y mucho, mama esta en la cocina
Sydney apareció con sus hijos corrección nuestros hijos en brazos y se acerco a mí, planto un beso en mi frente
- ¿Cómo estas Sid?
- Mejor ahora que llegue a casa - sonrió y bajo a los niños, ambos se fueron corriendo hacia el jardín - pensé en ti todo el día - se acerco a mi acorralándome contra la mesada, acomodo mi cabello detrás de mis orejas y llevo mi rostro hacia el de él a lo alto. Saboree sus labios
- Te amo - repitió como cada vez que nos besábamos era lo que lo hacia nuestro momento, era el momento donde nos demostrábamos todo
- ¡Oh, Sid yo también amor! - lo abrace despacio y ¡Oh!
- ¿Sentiste eso?
- Claro que si, le gusta tenerte cerca igual que a mí - envolví con mis brazos su cuello para fijarlo cerca de mí y volví a apoderarme de sus labios, jugaba con su labio inferior mientras al cerrar mis ojos la película de mi vida no dejaba de aparecer por mi mente. Recordaba lo afortunada que soy de tenerlo todo, mi familia.

Changed my life ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora