Dos días habían pasado desde la pelea. Era sábado por la mañana y estaba sentada en le vieja terraza con un café en mano y leyendo un libro que me había regalado mi abuela que ahora se encontraba viviendo en Madrid. Papa se asomo por la puerta despacio y se sentó a mi lado pasando un brazo por mis hombros.
-Mel, tenemos que hablar- río despacio- Erik me ha contado todo lo que ha pasado en él instituto- y aunque un padre normal te diría que la violencia no es la solución estsoy orgulloso de que te enfrentaras con valentía a esa tía. -rei- vamos al salón. Voy a hablar con las dos.
Ella estaba sentada en un sofa aparte del nuestro. Papa la miraba fijamente mientras miraba mis manos.
-Carla, he decidido algo. No me importa lo que digas, ya tengo la orden.-
Levante mi cabeza de golpe y lo mire.
-Decidí que iremos a vivir a Madrid. Pero tu te quedaras aquí, si Melanie lo decide podrá volver a verte o no.- me sorprendí- en estos dos días conseguí un piso, ya tenia pensado hacerlo, él juez me dio la custodia de Melanie hace casi tres meses. No iremos de aquí. Cariño -me miro- dejaras que te vea o no?
Dejar de ver a esa mujer que me lastimaba día a día. Que me hacia bajar mi autoestima, que tanto me lastimó?