Manual para sobrevivir a la secundaria

Vendetta

Travis

Cosas que pueden arreglar tu día en menos de un segundo: el timbre de la salida. Luego de un largo día de colegio al fin podía escapar de ese infierno. Me dispuse a salir sin ánimos dando una última mirada a los puestos vacíos de Kath y de Aria, quien había desaparecido luego de la hora del almuerzo, suspiré.

En el estacionamiento vi a Joce y a Meli caminando, tal vez necesitaban que alguien las llevará, me monte rápido a mi auto para acercarme a ellas pero al sacar el auto del estacionamiento ya no se encontraban ahí, me encogí de hombros y me dirigí a mi destino el cual no quedaba muy lejos de aquí.

Baje del auto y toque el timbre, la puerta se abrió pero no podía ver a nadie, hasta que mire hacia abajo, la pequeña Lottie me observaba con una sonrisa radiante.

-Hola Travis - se corrió un poco para que pudiera pasar - Kath se encuentra en su cuarto - dijo con una pequeña sonrisa pícara, los niños de esta generación, salió corriendo hacia el patio. Al ya conocer donde se encontraba a habitación de Kath, subí las escaleras y toque la puerta.

-Pase - logre escuchar la voz desganada de Kath, abrí la puerta y me encontré a una Katherine en pijama y mirando su laptop - Nana ya te dije que no quiero helado, estoy bien - levanto su vista de la laptop y me miró con sorpresa, cerró su laptop y la puso a un lado - No te había visto, bueno creo que era obvio, sino no te hubiese llamado Nana - rodó los ojos y reí un poco mientras me acercaba y me sentaba enfrente de ella en el borde de la cama.

-Pensaba que amabas el helado - dije frunciendo el ceño.

-Lo amo pero hay veces que lo que amas no es lo que necesitas - se encogió de hombros y no se porque, pero sus palabras me dolieron.

-A veces lo que necesitas es aquello que amas - le respondí de igual manera y ella frunció el ceño sin entender a lo que me refería, negué con mi cabeza para despejarme - ¿Cómo estás?

-Todo lo bien que se puede estar después de que una de tus mejores amigas empiece a odiarte y tratarte como una perra - suspiro, odiaba verla así y más que se sintiera de esa manera.

-Sabes que no eres eso, pronto todo mejorará - sonreí y ella sonrió a medias era más de lo que había conseguido en estos días. Se sentó en la cama y cogio una coleta para amarrarse el cabello en lo alto de su cabeza.

-¿Qué tal el colegio? - pregunto

-Estuvo bien, pero hubiera sido mejor si te quedabas - me encogí de hombros y una sonrisa escapó de su boca.

-Se que soy fabulosa pero no creo que pueda arreglar algo tan horrible como ir al colegio - sonrió y yo no pude evitar mirarla, era hermosa hasta estando así, en pijama y sin peinar - Travis, es el momento donde tu respondes "Eres totalmente fabulosa pero tu trasero no arreglaría un día en el colegio, soy un idiota" - dijo tratando de imitar mi voz y reí por su intento y por lo que dijo.

-No hablo así - reí aún más y ella rió conmigo - pero créeme que tu trasero puede arreglar un día en el colegio - sonreí pícaro, Kath empezó a sonrojarse y me tiro una almohada en la cara. -¡Hey! Ahora si te metiste en problemas Katherine Montrose - me acerque a ella y empecé a hacerle cosquillas mientras ella soltaba enormes carcajadas.

-¡Travis para! No es para tanto - las palabras le salían entrecortadas por su risa - No es divertido para - siguió riendo.

-Tampoco es divertido que te tiren una almohada - dije mientras seguía haciéndole cosquillas.

-Esta bien, lo admito - dijo mientras se quedaba sin aire - Lo siento - dijo y le deje de hacer cosquillas, pero no me aleje y me di cuenta lo cerca que estábamos el uno del otro, Kath trataba de regular su respiración y yo solo la miraba. ¿Por qué es tan difícil decirle lo que sientes a la chica que te gusta? Al notar que no me alejaba Kath me miró raro - Travis, ¿Pasa algo? - pregunto frunciendo su entrecejo, pase mi mano por mi cabello pensando en sí le debía decir, dentro de todo lo que estaba pasando con sus amigas parecía un malo momento para decírselo pero, sentía que ese momento era el indicado y si no lo hacía ahí nunca volvería a tener esa oportunidad.