Aprendiendo a ser Romantico

Capitulo #180

Dos días. Dos días desde la despedida... dos días que llevaba, pensando solamente en él. Dos días, que se paseaba ausente por los pasillos de la escuela sin ningún interés.

Habían pasado dos días, y como asegurara en la despedida, las horas se convertirán en años, y eso la hacía extrañarlo aun más. Se había convencido que la ausencia no sería dura. Que si, lo extrañaría, como lo hiciera en el semestre anterior... pero no era lo mismo. A la añoranza se le sumaba la angustia. Antes sabía dónde estaba y qué estaba haciendo. Ahora, Louis estaba en un ambiente totalmente desconocido por ella, arriesgando su vida, y tratando de atrapar al desgraciado de Octavio. Eso era lo que la ponía peor.

Se había topado con Martin en algún pasillo, y este con una mirada de completo desprecio y farfullando algunas palabras hirientes, seguía su camino, seguido de los mismos idiotas de siempre. Cuando no estaba en clases, se pasaba las horas en la biblioteca. A pesar de todo, seguía firme en su propósito de convertirse en una buena estudiante. Y por eso, todas las tardes, acompañada de su fiel amiga Demi Lovato, se enfrascaban en enormes libros, porque después de las vacaciones de invierno, los examenes, estaban cada día mas cerca, y si quería tener un futuro, al menos unas horas debía dejar de preocuparse por su novio, aunque esto ultimo le costaba horrores.

- Demi: No deberíamos andar solas a estas horas de la noche, _________ – le decía Demi , saliendo de la biblioteca cargada de libros.

- Tu: ¿Acaso tienes miedo? – dijo ________ riendo – Vamos, no creo que sea tan tarde.

- Demi: Mas de las diez... - dijo Demi farfullando –...

- Tu: ¡Por favor! – dijo aun riendo mas – no es tan tarde

- Demi: estaras bien?....

- Tu: Demi, no te preocupes, ya no estaremos tanto tiempo en la biblioteca.

- Demi: ¿Ah no? ¿Y se puede saber por qué?

- Tu: ¡Bueno... desde mañana comienzan los entrenamientos! – Demi la miro confundida – ¡De futbol!

- Demi: Ah... estás que te mueres por usar su anillo.

- Tu: Ya lo he usado...siempre... después de estudiar... voy a practicar con el

- Demi: ¿Acaso estás loca? – Chillo su amiga - ¿A que hora duermes?

- Tu: No tardo demasiado y no estoy loca... - sonrió- sólo debo practicar un poco ¿no?

- Demi: Estás demente...

- Tu: Ni tanto... - dijo riendo... llegaron a la escalera – bien... te veo mañana ¿no?

- Demi: ¡Claro! Adiós _____________ y ten cuidado... no es bueno que andes sola.

- Tu: ¡Tu también, Demi! – dijo sonriente. – y no te preocupes.

Después de dejar todos los libros, como era costumbre para ella, tomó la lámpara y salió hacia el campo, a pesar de la nieve y el frío. Desues de ensayar un buen rato se encontró con Martin. Quien la empujo muy fuerte y ___________ cayo al suelo

- Tu: ¡No pensé que fueras tan cobarde, para valerte de la oscuridad y tratar de asustarme... Martin! – dijo burlonamente – deberías avergonzarte...

- Martin: Aprendí la lección Comadreja – dijo Martin. Ella sonrió – Jamás debo menospreciar a un oponente.

- Tu: Ah, bueno, algo al menos te quedó de las palizas que te daba Louis...

- Martin: ¡Louis! - gritó Martin y un corte perfecto en la mejilla de _________ dejó salir mas sangre. Ella se pasó la mano y sonrió. – Creo que así, le encantaras mas a tu novio

- Tu: Tanta envidia le tienes...

- Martin: ¿Envidia? – rieron vamos Styles, tu deberías saber que no es envidia...

- Tu: Y qué es entonces...

- Martin: Odio, rabia...

- Tu: Pobre Martin, que equivocado estás – dijo serena, a pesar de que miraba para todos lados, aterrada. De la oscuridad comenzaron a surgir rostros desconocidos para ella... se vio acorralada. Se maldijo por ser tan confiada. Louis la había prevenido. Con Martin no bastaban dos frases hirientes, debería haber sido mas cuidadosa

- Martin: Y por qué dices eso...

- Tu: Porque tu siempre envidiaste a Louis...

- Martin: Cállate pobretona– se acercó y le dio un golpe en la cara, que le partió el labio – no sabes lo que dices.

- Tu: ¡Y tu no sabes lo que haces! – chilló – cuando Louis se entere...

- Martin: Quizás nunca puedas contárselo...

- Tu: ¿Acaso planeas matarme?

- Martín: ¿Por qué no? Podríamos subirte a ese estúpido edificio y dejarte caer de una considerable altura. Te romperías el cuello, y nadie sospecharía nada. Todo quedaría en un triste accidente...

- Tu: No tienes agallas... nunca las tuviste. ¿Qué te hace pensar que ahora podrías lograr asesinar?

- Martin: Pruébame... ¿crees que soy un niño jugando rudo?

- Tu: Vamos Martin ¿acaso no te habían encomendado matar a el director? – el joven la miró nervioso – ¿no recuerdas que pasó esa noche?

- Martin: ¡Tu no sabes nada!

- Tu: Si, lo sé – dijo desafiante. A pesar de verse disminuida, no iba a dejar que Martin la viera aterrada – Louis me contó– mintió – ¿Recuerdas tu qué sucedió?

- Martin: Cállate...

- Tu: ¡Vamos... me imagino que se lo has contado a los idiotas que siguen al gran líder! ¡Cuéntales Martín!, como te temblaban las piernas y te orinabas en los pantalones... ¿acaso no les dijiste lo cobarde que fuiste?

- Martin: ¡Tu, al igual que Tomlinson , tienes la maldita costumbre de irte de boca... hablar estupideces!

- Tu: ¿Estupideces? Ja... te tembló la mano cuando debías matarlo... ¡Octavio terminó tu trabajo!

- Martin: ¡Cállate! Porque si no...

- Tu: ¿Si no que?

- Martin: Te haré callar...

- Tu: ¡Hazlo, entonces! – gritó – ¡porque te aseguro que cuando pueda valerme por mi misma, te acordaras de mi, por el resto de tu miserable vida!